domingo, 8 de marzo de 2015

IN FELIZ DÍA DE LA MUJER

(In) Feliz Día de la Mujer
Bienvenidos, amados lectores míos. ¿Cómo amanecieron mis apreciadas ovejillas y mis tiernos corderillos? Confío en que en este día tan especial hagan sus diferencias a un lado pa’ que puedan juntar sus cositas –jijijijiji–. ¿Cómo que por qué? Po’s porque hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer.

Lo malo es que en este nopalero país no hay mucho que festejar al respecto. Las investigaciones que la Organización de las Naciones Unidas, el Foro Económico Mundial, el Conapred, el INEGI, el Instituto Nacional de las Mujeres y otras instituciones privadas han realizado sobre la situación de las nenas en México nos ponen como palo de gallinero.

Y, la verdad, ni cómo hacernos pa’ un lado. Lamentablemente la discriminación de género también la practicamos por estos lares, ya ven que las mujeres no pueden oficiar misa, mucho menos llegar a obispas y ni siquiera pueden ocupar altos cargos de administración. A lo más que aspiran nuestras abnegadas monjitas es a ser directoras de colegios católicos, encargarse del mantenimiento de seminarios, casas de retiro
y atender a los curas en sus últimas boqueadas, pero como esto se oye medio irrespetuoso, mejor nomás decimos que los acompañan en el ocaso de su feliz, fructífera y seráfica existencia.

Bueno, también hay quienes tendrán cuentas que pagar en el más allá porque en el más acá las autoridades eclesiásticas y civiles les hicieron y les han tirado paro, de manera que sus pecados son ocultados y si llegan a trascender luego luego son minimizados y le apuestan al olvido salvador.

¡Ah! sí, también tienen la opción de vender tamales, riquísimos, eso sí, lo mismo que imágenes, estampitas y crucifijos, como los señores que entran a las cantinas a vender semillitas y cacahuates, con un cajón de madera colgado al cuello pa’ mostrar la mercancía.

PRIMERA LECTURA 

No se me espanten, ni empiecen a murmurar, que además de eso ni tenía ganas de hablar. Volviendo al tema, les decía que México se encuentra en el sitio 89 del reporte de equidad del Foro Económico Mundial, dizque porque las mexicanas son discriminadas en la polaca y el servicio público y son subvaloradas en el trabajo y en el mismo hogar.

El reporte está cañón, como dicen los chavos del coro, dado que la lista la integran 135 naciones, o sea que estamos casi al final de la cola, nomás con decirles que están mejor calificados Nicaragua, Honduras y hasta las sufridas Bolivia y Venezuela con sus pintorescos y autoritarios gobernantes.


Digo, ¿qué tienen Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca y Suecia que no tengamos nosotros? Pa’ empezar, al fut no nos ganan.

La discriminación que sufren nuestras prietitas, patas de polvorón –¡chin! a ver si no me acusan de misógino– llega al grado de que ganan alrededor del 20% menos que los varones, aunque ocupen una misma categoría y tengan igual responsabilidad, además de que sus posibilidades de ascenso están más limitadas, y todavía enfrentan el acoso sexual por parte de sus cachondos compañeros y jefes, aunque ni siquiera las puedan con lo que tienen en casa pero a’i andan de coscolinos.

Otro dato que impresiona es que prácticamente el 100% de las féminas combina las actividades extradomésticas con los interminables quehaceres del hogar porque el viejón les salió holgazán, no le ayuda en nada y se la pasa tiradote en el sillón, tomando cheve, comiendo botana y viendo la tele –¿ónde habré visto eso?–.

Llama la atención que más de la mitad de la población son mujeres, pero solamente son dueñas del 25% de las propiedades y menos del 15% son poseedoras legales de las casas que habitan, y que la tasa de desempleo sea 10 puntos más arriba que la registrada en hombres.
SEGUNDA LECTURA 

Otro estudio revela que sólo el 5% de las direcciones generales o presidencias de las compañías en México está en poder de las suaves y cálidas manos femeninas. En cargos intermedios el porcentaje alcanza un 23%, pero en las direcciones apenas alcanzan el 13 por ciento.

La cultura machista nos sigue marcando: no importa que el 55% de los egresados de universidades sean mujeres, que en el trabajo sean menos faltistas y se enfermen menos, sobre todo los lunes, cuando buen porcentaje de los compañeros se echa la falta porque de repente les dio la gripa o chorrillo, pero la verdad es que la crudota les cobró caro los excesos del sábado y domingo. ¡Pobrecillos! los comprendo.

Quizá esa sea la razón de que esté comprobado que las mujeres son más efectivas y destinan casi cinco horas más al trabajo por semana. Son más responsables o a lo mejor sólo buscan obtener mayor ingreso pa’ compensar la discriminación salarial.

Es triste, pero la mujer batalla más pa’ encontrar trabajo formal. Los patrones prefieren contratar solteras, de carnes suculentas y medidas apetitosas, ésa es la razón de que encontremos más madres de familia en la informalidad que machines. Así, la mayoría carece de protección de alguna institución de salud y sólo 4 de 10 en edad de merecer cuentan con servicio de salud por cuenta del centro laboral. A eso agréguele que el 80% de las madres trabajadoras no tiene acceso a guardería.
 
EVANGELIO


En los terrenos de la polaca estamos igual o pior. Ai’ tienen que en lo que respecta del Poder Judicial de la Federación, de más de 300 jueces, menos del 26% son mujeres, y de casi 550 magistrados, éstas no rebasan el 20%. Dentro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de los 10 ministros, dos son mujeres, mientras que en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación entre los siete magistrados sólo se encuentra una mujer.

¿Y eso qué fregaos? se preguntarán. Pos’ se supone que magistrados y jueces son los encargados de velar por la equidad, la justicia y quién sabe qué más, pero nomás nanáis.

Esto me recuerda a la Ley de Organización Judicial de Bolivia que años atrás ordenaba: “No pueden ser jueces los locos, sordomudos, ciegos, los enfermos habituales ni las mujeres”. Aquela…

Lo bueno es que aquí no hicimos lo mismo. Ya ven cuántos funcionarios y políticos hay con esas características, dicho sea sin ánimo de ofender, nomás nos falta avanzar en la equidad de género, pero la carreta de la democracia sigue avanzando, así sea con ruedas cuadradas y estirada por pesados bueyes –y sí, nos referimos a los animales sagrados de la política. Si la India tiene a sus vacas sagradas, nosotros tenemos a su complemento–.

En la ocupación de puestos directivos en la administración pública, el porcentaje es del 35%, y de los 2 mil 445 municipios del país, sólo el 6.9% es gobernado por alcaldesas, el 38.5% son regidoras y el 26.8% son síndicas. Por lo que se refiere al Congreso de la Unión, el 41.2% son diputadas federales y el 35.1% son senadoras.

BENDICIÓN 

Sí, vamos lentos. Este año cumpliremos los 60 años de la primera ocasión en que las mexicanas votaron, pero hace más de 160 años que un grupo de zacatecanas exigieron ese derecho, lo mismo que a ser electas. Transcurrió un titipuchal de años y todavía hay obstáculos pa’ abrir espacios a las mujeres, sobre todo en lo político y laboral.

Claro, los politiquillos contribuyen en gran manera a menospreciar a las Evas. Chente Fox las llamó lavadoras de dos patas; Carlitos Abascal, su compañero de partido, lanzó la frase “¡El hombre a la oficina y la mujer a la cocina”; Manolito Espino se lamentó de que “a pesar de todo, las mujeres también son seres humanos”, y otro pitufo, Paquillo Gárate, quien fue o es diputado, propuso: “No basta con que digan que son 
señoritas, falta que lo demuestren”. Ai’ síganle.

Los espero aquí, la próxima semana, para limpiar sus pecados e iluminar su camino. Besad mi mano y seguid vuestro andar…

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