martes, 21 de mayo de 2013

Vivir en la realidad

Vivir en la realidad

Freud, el creador del psicoanálisis, escribió en 1930 una obra maestra titulada, “El Malestar en la Cultura”. En esta obra encontramos una reflexión tan severa como cierta, obligándonos a poner los pies en la tierra; reflexión de Freud que dice:

“El sufrimiento nos amenaza desde tres direcciones: desde nuestro propio cuerpo, que está condenado a pudrirse y disolverse y ni siquiera puede prescindir del dolor y la ansiedad como señales de advertencia; desde el mundo exterior, que pueden encolerizarse en contra nuestra con fuerzas de destrucción abrumadoras e inexorables; y, finalmente, desde nuestras relaciones con otras personas”.

¿Catastrófica o realista, esperanzadora, o pesimista, la reflexión anterior? Quién en verdad quiera tomar en serio la vida y sacar de ella el mayor jugo, tendrá necesariamente que abandonar su mundo de Disneylandia y aferrarse a vivir en la realidad confrontando lo malo y aprovechando lo bueno que las circunstancias nos manden.

La cita de Freud nada tiene de catastrófica ni de pesimista. Se trata de una reflexión apegada a la realidad, por más cruda que ésta nos parezca. Según cálculos de expertos en demografía y estadística, cuando menos ya han muerto más de 50 mil millones de seres humanos a través de la evolución, mientras que solo permanecemos vivos, 6 mil 700 millones de personas.

¿Quien puede dudar que una gripa, una caída, un ligero accidente automovilístico, nos puede causar la muerte? Polvo somos y en polvo nos convertiremos, nos dice la Biblia. Nuestra fragilidad es de un cristal delgadísimo. Y aún, el hombre más fuerte y sano del mundo, difícilmente pasará de los 90 años. ¿Y somos inmunes ante las fuerzas de destrucción abrumadoras e inexorables de la Naturaleza? Las fuerzas de la Naturaleza no piensan ni tienen sentimientos: terremotos, erupciones volcánicas, sequías prolongadas, eras glaciales, gérmenes de todo tipo, maremotos, huracanes, etc.

¿Y las relaciones interpersonales, en un pequeño porcentaje, no son causas de crímenes? ¿Y nuestras deficientes relaciones con personas queridas, no son en cierto porcentaje causa de divorcios, conflictos, ansiedades, depresión?

Todo lo anterior, corresponde a la realidad. Estar conscientes de esta realidad no es vivir en el catastrofismo y en la desesperanza, sino solamente, tomar conciencia de estos hechos para manejarnos con la mayor cautela e inteligencia en nuestro paso fugaz por la tierra. El optimista ciego, que nada quiere saber de las durezas de la vida, inexorablemente se enfrentará, lo quiera o no, a decepciones, enfermedades, muerte de seres queridos, la vejez (si llega a ella), y la muerte, de la que nadie ha podido escapar ni escapará.

Abandonar Disneylandia es, en todos sentidos, lo más aconsejable. No se trata de asumir una posición existencial pesimista, sino realista, abrazarnos a la realidad y sacar fuerzas de nuestra flaqueza. Solamente la verdad nos hará libres, nos dijo Jesucristo. La verdad es la realidad, y quien vive en un realismo puro, podrá tomar las decisiones más inteligentes.

Siempre he pensado que la Naturaleza en toda su crudeza nos ofrece un mundo de enormes riesgos que no podemos controlar, pero también, nos ofrece un mundo lleno de oportunidades.

Si la fortuna es nuestra madrastra, podremos luchar y esperar nuevas circunstancias en que la fortuna nos llegue como madre amorosa. Si la fortuna es envidiosa y destructiva con nosotros, nuestra inteligencia y prudencia podrán sacar de circunstancias adversas los mejores frutos. Como la fortuna es cambiante como las olas del mar, con paciencia y tiento, podremos aprovechar la miel de la fortuna generosa cuando nos toque la puerta.

¡Vivamos nuestra vida con un profundo realismo, severo realismo que podemos aderezar con nuestra creatividad, aguante, y lucha constante por nuestros mejores propósitos y sueños!

¡Por supuesto, que nunca podremos vivir en Disneylandia, pero la mayoría de las personas, podemos obtener ricos frutos a consecuencia de todo lo que se nos oponga, como lo pensaba Goethe!

Dos valores para el buen vivir

Dos valores para el buen vivir

¡No sé porque me insistes tanto en que lea a Shakespeare! ¡Como tampoco sé la razón de que constantemente me estés hablando de éste escritor inglés! –le dijo el Aprendiz a su amigo el Sabio.

Te hablo mucho sobre éste autor –le contestó el Sabio-, por la sencilla razón de que se trata del más grande escritor que ha dado la humanidad; y además, porque solamente Shakespeare nos puede enseñar cómo navegar mejor en la vida, más que muchísimos escritores juntos. Y es que Shakespeare, seguramente, es el autor que más ha penetrado en los secretos de la vida humana, y también, por el hecho de que Shakespeare es el entendimiento más profundo, vasto y universal, que jamás haya existido.

¡Estoy impaciente de que me cites algunas reflexiones de éste genio! – afirmó el Aprendiz. Empecemos, le dijo su amigo. En su obra titulada, “Los dos Caballeros de Verona”, Antonio, uno de los personajes, exclama:

“La experiencia se alcanza con el esfuerzo, y se perfecciona con el veloz curso del tiempo”.

Es necesario considerar –afirmó el Sabio-, que la experiencia es el caudal de conocimientos, especialmente de índole práctica, que uno adquiere en la vida diaria o en el ejercicio de alguna ocupación.

Pero el problema radica –continuó hablando el Sabio-, en que no podemos alcanzar la valiosa experiencia por el solo hecho del paso del tiempo. Decía Goethe, que “El trabajo hace al obrero”, y Nietzsche por su parte, nos aconsejaba que a fin de poder dominar un oficio, era necesario poseer “una robusta conciencia de artesano”. Todos conocemos a personas de edad muy avanzada, que gozan de muy poca experiencia en la vida. Y es que la experiencia no es sinónimo de “tiempo”. La experiencia sólo se alcanza en la medida en que realmente queramos adquirirla. Si nuestra mente está cerrada y sólo habita en ella los prejuicios, la intolerancia, las creencias irracionales, resulta claro, que la persona no puede adquirir Experiencia.

Una sola experiencia puede transformar para bien o para mal la vida de una persona. A lo largo de nuestra existencia, nos suceden una gran cantidad de eventos (buenos y malos) que pueden llevarnos a la sabiduría, o bien, conducirnos a estrechar nuestro entendimiento y nuestro criterio.

La misma vida (lo que hacemos, más lo que nos sucede), se puede convertir en nuestra mejor universidad, siempre y cuando pongamos mucha atención en lo que queremos hacer y en lo que nos sucede, a fin de poder saber cuáles son las lecciones que podemos aprender de los golpes de la vida.

Y esto es lo que precisamente nos dice Shakespeare cuando en voz de Antonio, advierte: “La experiencia se alcanza con el esfuerzo, y se perfecciona con el veloz curso del tiempo”.

Shakespeare vincula la idea de “la experiencia…”, con la idea de “el esfuerzo…”. Es decir, que para Shakespeare, no podrá haber experiencia sin esfuerzo. Y el esfuerzo implica un empleo enérgico de nuestra fuerza física; o bien, un empleo enérgico de nuestro entendimiento y voluntad, a fin de obtener alguna cosa. Además, todo esfuerzo implica que hagamos las cosas y aprendamos con ánimo y valor.

¡Estupenda reflexión! –exclamó el Aprendiz.

Dado tu interés en Shakespeare, te voy a compartir otra reflexión –le dijo el Sabio, y precisamente, de la misma obra, “Los dos Caballeros de Verona”. Uno de los personajes, llamado “Proteo”, exclama:

“¿Qué, se ha ido sin una palabra? Sí, así debería obrar el amor verdadero. No puede hablar, pues la verdad más se enaltece con hechos que con palabras”.

Shakespeare en ésta reflexión señala que “las verdad más se enaltece con hechos que con palabras”. En el trato humano, lo más fácil es decir palabras dulces y ofrecer promesas. “El prometer no empobrece”, nos dice éste refrán tan popular. Podemos hablar muy bien de la verdad, pero hay ocasiones, en que la verdad o ciertas situaciones no las pueden salvar solo las palabras, sino nuestras obras, nuestros hechos.

Un refrán muy popular dice: “Obras son amores y no buenas razones”. Ante una determinada situación, podemos justificarnos y escondernos con palabras. Al igual que Shakespeare decía en otra de sus obras: “Palabras, palabras, palabras…”.

Nuestras “buenas razones”, constituyen en muchísimos casos, solamente el parloteo hueco y excusas que demuestran nuestra falta de interés o de amor. “Hechos, no palabras”, decía una máxima de la Roma Antigua. Y la Biblia dice: “Por sus hechos los conocereís”.

Cuando se necesite, dejemos a un lado las promesas que se las lleva el viento; no demos “buenas razones”, que sólo demuestran nuestra pereza y nuestra falta de interés y de amor. En cambio, mostremos nuestras “obras”, actuando y haciendo de nuestros hechos, la Joya de la Corona. Recordémoslo siempre, siempre: “Obras son amores y no buenas razones”.

LA DIVINA COMEDIA


 

Un grave mal hábito

¡Cuéntame algo de Dante Alighieri!, le dijo el Aprendiz al Sabio. Con mucho gusto. Dante nació en el año de 1265 y murió en el año de 1321. Su obra cumbre la tituló “La Comedia”, y después al paso del tiempo, sus admiradores la titularon con su nombre actual: ““La Divina Comedia””. Esta obra –continuó hablando el Sabio- está considerada como una de las obras más perfectas de la literatura universal. En “La Divina Comedia”, Beatriz es un personaje central. En la vida real, cuando Beatriz tenía trece años de edad, Dante la vio por vez primera y desde entonces quedó profundamente enamorado de ella para siempre. Beatriz Portinari, que era su nombre completo, fue su guía y la inspiradora de todos sus pensamientos. Beatriz le despertó a Dante un amor apasionado, y cuando ésta bella joven murió, se transformó en una veneración mística para Dante.

“La Divina Comedia” –seguía hablando el Sabio– es una obra de tan elevada inteligencia y de tal riqueza de palabras y conceptos, que muchos piensan que la lengua italiana encuentra su completa creación, gracias a “La Divina Comedia”. ¡Estamos amigo –le dijo el Sabio-, ante una de las obras de la literatura más perfectas que jamás hayan existido!

¡Con todas las virtudes que señalas de ésta obra casi “divina”, dame algunas de sus reflexiones!, le dijo el Aprendiz. Con gusto, amigo: te he escogido varias. Empecemos con la primera. Dante en su camino al infierno, guiado por el poeta de la Roma Antigua, Virgilio, y con la protección de Beatriz, de pronto a nuestro poeta se le apareció una pantera ágil (Símbolo de la lujuria), y luego se le hizo presente un león, que le pareció que se dirigía contra él, “con la cabeza alta, y con un hambre tan rabiosa, que hasta el aire parecía temerle”.

El león que se le apareció –le dijo el Sabio a su amigo-, representaba el Símbolo del orgullo y de la ambición, vicios enemigos del alma. ¡Sigue adelante, por favor, le dijo el Aprendiz a su amigo! Dante continuó con su narración de la siguiente manera:

“Siguió a éste (al león) una loba (quiero que sepas, amigo, que la loba era el Símbolo de la horrenda y enloquecida Avaricia) que en medio de su demacración parecía cargada de deseos; loba que ha obligado a vivir miserablemente a mucha gente. El fuego que despedía (la loba) causó tal turbación que perdí la esperanza de llegar a la cima. Y así como al que se deleita en atesorar, que llegado el tiempo en que sufre una pérdida, se entristece y la llora en todos sus pensamientos, así me sucedió con aquella fiera, que viniendo a mi encuentro, poco a poco me repelía hacia donde el Sol se calla”.

¡No debo hacerte ningún comentario del párrafo anterior, le dijo el Sabio a su amigo! Simplemente, léelo varias veces, y te darás cuenta de la forma perfecta en que Dante descubre los gravísimos males que causa una de las pasiones más mezquinas, bajas y monstruosas de algunos seres humanos: la avaricia. En el Canto ll de “La Divina Comedia”, Dante escribe unas líneas prodigiosas sobre ese mal que tanto nos asalta, y que es la indecisión, sobre la que Dante escribió lo siguiente, dijo el Sabio.

“Y como aquel que no quiere ya lo que quería, y asaltado de una nueva idea, cambia de parecer, de suerte que abandona todo lo que había comenzado, así me sucedía en aquella obscura cuesta; porque, a fuerza de pensar, abandoné la empresa que había empezado con tanto ardor”.

Dante, con su inmensa sabiduría –le dice el Sabio a su amigo-, nos advierte, que cuando hemos tomado una decisión y hemos comenzado a ejecutarla, casi siempre lo mejor es continuar con nuestro proyecto. No se trata de aferrarnos, sino de ser prudentes, y si nuestro proyecto es realizable, no tenemos por que abandonarlo por simple temor. Y es lo que nos sucede comúnmente en la vida de cada uno de nosotros: por el mínimo desánimo, abandonamos nuestras ideas, antes de que la realidad nos haya probado que no funcionan. Más adelante, Dante insiste sobre el mismo tema – siguió hablando el Sabio-, al decirnos: “…. tu alma está traspasada de espanto, el cual se apodera frecuentemente del hombre, y tanto que le retrae de una empresa honrosa, como una vana sombra hace a veces retroceder a una fiera, cuando se introduce en la obscuridad”.

Es asombroso el derroche de sabiduría y de perfección del lenguaje que emplea Dante. Éste tema, de abandonar la empresa que habíamos empezado con tanto ardor, constituye una de las causas de fracaso más frecuentes de toda persona. La manera como Dante nos dice que nuestra alma está “traspasada de espanto”, a tal grado que hace que desistamos de una empresa honrosa, es un tema vital en la vida de cada ser humano.

Lo enormemente interesante de lo escrito por Dante, es que estas perlas de sabiduría nos pueden penetrar hasta lo más profundo de nuestro espíritu, gracias al arte deslumbrante y a la enorme inteligencia con que Dante nos las ofrece.

LAS GUERRAS DE JUÁREZ

LAS GUERRAS DE JUÁREZ

Benito Juárez llegó como Presidente provisional en enero de 1858, cuando Comonfort, asustado en parte y realista en otra, vio la dificultad de aplicar la Constitución de 1857: Juárez, como presidente de la Suprema Corte de Justicia ocupó legítimamente la presidencia en ausencia de Comonfort.

Sin ejército, Juárez recurrió a las guardias nacionales de los estados para crear las fuerzas liberales y sostener su mandato.

Los conservadores tenían las tropas del antiguo Ejército Mexicano, de la época de Santa Anna y de la Guerra del 47, y cuyo pasado, repleto de cuartelazos, se remontaba al Ejército realista, proveedor de la mayoría de los oficiales del Ejército de aquellos años.

La Guerra de Reforma ensangrentó al país por tres años, por lo que se le conoce también como Guerra de los Tres Años. Desgarradora y cruel como todas; pero es un capítulo más de nuestro surrealismo, en la que Miguel Miramón ganó todas las batallas, menos una, y... perdió la guerra. Juárez entró triunfante a la capital del país en enero de 1861 y prometió “amnistía tan amplia como la sana política creyera aconsejarla”. La victoria de los liberales no modificó la situación real del país ni sus problemas endémicos.

Conforme a las Leyes de Reforma, los bienes de “manos muertas” pasaron a manos vivas, vivas en extremo, que en nada favorecieron los intereses públicos.

Según la Memoria que don Manuel Payno publicó al año siguiente, de los 25 millones de pesos estimados conservadoramente como valor de los bienes de la Iglesia, el gobierno obtuvo de ellos cerca de seis millones de pesos, la quinta parte de su valor real, absolutamente insuficientes para resolver problemas de fondo. Se vendieron más de dos mil fincas eclesiásticas, rústicas y urbanas, y por ese camino se consumó la revolución política de la Reforma, pero la crisis económica se agravó hasta poner en peligro los objetivos de la revolución política.

Terminada la guerra, no había pretexto para no convocar a elecciones: Juárez, González Ortega y Miguel Lerdo ansiaban la silla presidencial. Lerdo murió antes de las elecciones y la votación lo favoreció sobre González Ortega, el vencedor de Miramón.

El 15 de junio de 1861, durante su tercer año como presidente interino, Juárez, triunfador de las elecciones, protesta como presidente de la República para el periodo 1861-1865. La bancarrota era total.

El 17 de julio, a 32 días de su toma de protesta, el gobierno tuvo que declararse incapaz de pagar su deuda externa y una semana después las legaciones de Francia e Inglaterra arriaban sus banderas, pero Juárez no podía pagar. Si se había derrochado la riqueza reunida por la Iglesia en 300 años; si para sobrevivir miserablemente tenía el Gobierno que expoliar a quienes podía y se dejaban mediante el sistema del préstamo forzoso; si el bandolerismo campeaba a lo ancho y a lo largo del país, más valía jugarse el todo por el todo en aquella medida desesperada, de declararse en quiebra, y morir de una vez, llegado el caso, en vez de hundirse poco a poco, como un deudor moroso cualquiera.

Las elecciones de Juárez

Las elecciones de Juárez

Juárez, triunfante sobre Maximiliano, sobre los conservadores y sobre el Ejército imperial, fue todo menos que un presidente demócrata.

El país azorado veía que el presidente se había ido convirtiendo en dictador. El azoro creció al ver que pensaba reelegirse otra vez. Juárez no vio que si en 1861 pudo justificar su elección para continuar en el poder y que si en 1867 su defensa de la república le daba legitimidad a su reelección, en 1871 no podía esgrimir ni un solo argumento para empeñarse en su nueva reelección.

Pretendía ignorar que, si ganaba las elecciones, sumaría 18 años en el poder. Su terquedad ciega propiciaba indignación y amenazas de levantamientos armados.

El 26 de junio de 1871 se celebraron las elecciones. Los candidatos eran Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz.

Después de todo el proceso electoral se declaró la victoria de Juárez. “Ni los mismo juaristas se encuentran satisfechos de la farsa electoral del domingo” escribía Ignacio Ramírez en el periódico El Mensajero. Varios periódicos capitalinos señalaban la intromisión del ejército en los comicios.

Pero tal vez la mejor editorial fue la de Emilio Velasco, en el periódico El Siglo XIX: “A no ser tan profunda nuestra fe en las instituciones, cualquiera habría encontrado en las elecciones motivo suficiente para proclamar que la soberanía del pueblo es el dogma de unos cuantos ilusos, y que la humanidad está condenada a la
servidumbre...

Fue un día lúgubre en la Ciudad de México. Por todas partes se encontraba el aparato de la fuerza: Las alturas estaban tomadas; las calles de la ciudad eran recorridas por patrullas; su aspecto era el de una plaza amenazada por un
formidable enemigo.

Ese enemigo era el pueblo, usando los derechos del
sufragio”.

El editorial terminaba dirigiéndose a Juárez: “Habéis caído de vuestro elevado pedestal para confundiros con el vulgo de los hombres; erais el hombre de la ley; sois el hombre de la ambición”.

El que había “merecido bien de las Américas”, como había dicho antes el Congreso de Colombia, era ahora quien tan mal había merecido de la democracia, al grado de que, en noviembre de ese año, su más destacado general en la guerra contra el imperio lo tachaba de haberse hecho un adicto incurable a la Presidencia: “La reelección indefinida, forzosa y violenta del ejecutivo federal ha puesto en peligro las instituciones nacionales”; acusaba a Juárez de haber suprimido la soberanía de los estados y la autonomía del congreso, que había convertido en “una cámara cortesana, obsequiosa y resuelta a seguir siempre los impulsos del ejecutivo”.

Lo acusaba también de malos manejos de las rentas
federales.

Decían que Juárez y su gente: “Han relajado todos los resortes de la administración buscando cómplices en lugar de funcionarios pundonorosos.

Han derrochado los caudales del pueblo para pagar a los falsificadores del sufragio.

Han conculcado la inviolabilidad de la vida humana, convirtiendo en práctica cotidiana asesinatos horrorosos, hasta el grado de ser proverbial la funesta frase de ‘ley-fuga’”.

Luego acusa al presidente de que al Ejército, creado para defender a la patria, lo había hecho represor del pueblo. (Extractado del periódico Público del 6 de febrero de 2004 rubricado por el historiador y académico de la Universidad de Guadalajara, Jesús Gómez Fregoso)

La otra historia de Juárez

La otra historia de Juárez -I parte-

En una alusión a la actitud de Juárez en diversos hechos de la historia, importantes escritores han plasmado varias ideas, que bien merece la pena de ser analizadas y usted tendrá la responsabilidad de creerlas o no.

Cuando en 1850 apareció el cólera en Oaxaca, en forma violenta, segando la vida de los habitantes, Juárez, quien había sido el más implacable enemigo de la Iglesia, se confesó, comulgó y con los brazos cruzados tomó parte en una procesión pública, según lo escribió Mariano Cuevas en su obra: Historia de la Iglesia en México. Juárez, siendo presidente oficializó, como día de fiesta nacional, el día 12 de diciembre en honor a la Virgen de Guadalupe y que después de que le salvó la vida aquella famosa frase de “Los valientes no asesinan”, salió huyendo del Palacio de Gobierno de Guadalajara, rumbo a Manzanillo, Colima, pero fue alcanzado de nueva cuenta, en Acatlán, Jalisco por sus enemigos, se refugió, sin lentitud alguna y todo temeroso, en un templo católico del que fue sacado, por un cura de apellido Vargas, en una canasta pizcadora de maíz y burlando, de esta manera a sus enemigos.

Desde que escaló los primeros puestos de burócrata hasta antes de ser presidente de la república, Juárez manifestó ser siempre católico práctico. Asistía públicamente a procesiones con los brazos en cruz y musitando oraciones tras el santísimo sacramento; no sólo eso, exhortaba a los trabajadores de Oaxaca a que hicieran penitencia y se confesaran y comulgaran para implorar el auxilio divino y se dirigía por escrito a los ayuntamientos oaxaqueños, siendo gobernador, recomendándoles que exigieran a los fieles cristianos el pago exacto a la iglesia de los diezmos y primicias, según Celestino Salmerón en su obra Las grandes traiciones de Juárez.

Sigue diciendo Salmerón que: Juárez, con las leyes de reforma, ninguna separación de poderes hizo, sometió brutalmente a la iglesia al poder del estado, cosa que no es una separación, sino una sumisión de la primera al segundo.

Intentó organizar una iglesia católica mexicana, una vez que consiguiera separar al clero de la obediencia de los obispos.

Para tal objeto, Juárez, en 1859, colmó de poderes al padre Rafael Díaz Martínez para organizar la Iglesia deseada, cuyo jefe o Papa sería el presidente Juárez.

No obstante el sonado fracaso que obtuvo, en 1868 “apareció una Iglesia mejicana dirigida por un comité laico”, teniendo como presidente al Lic. Mariano Zavala, magistrado de la suprema corte de justicia… Juárez no quería ninguna separación de poderes, sino una iglesia sometida a la voluntad y en la que él desempeñara el oficio papal de Enrique VIII o de Isabel de Inglaterra. Juárez hizo educar a sus hijos por sacerdotes católicos y, como dato anexo, cuando su secretario, el cubano Pedro Santa Cecilia, quiso casarse con su hija, solamente por lo civil, Juárez rechazó la proposición diciendo: “Mi hija es una joven decente y el matrimonio civil es un contrato de burdel”.

Relato que registra Mariano Cuevas en Historia de la Iglesia en México. (Extractado del periódico El Informador, del 23 de diciembre de 2000, de Lucio Vázquez)

La otra historia de Juárez -II parte-

En la segunda parte de “La Otra Historia de Juárez”, visto desde la óptica de importantes escritores, donde usted tendrá la responsabilidad de creerlas o no.

Se dice que Juárez, antes de morir pedía, desesperadamente, un sacerdote para confesión.

Igualmente se dice que, sus compañeros de ideología... se lo negaron.

El tratado de tránsito y comercio entre los Estados Unidos y México, suscrito por Robert McLane, ministro de los Estados Unidos en México, y Melchor Ocampo, ministro de relaciones exteriores de México, en Veracruz, el 14 de diciembre de 1859… fue un negocio propio para obtener el reconocimiento de los Estados Unidos como presidente de México, sin importarle vender la soberanía de la patria.

Por ello, don Ignacio Ramírez “El Nigromante”, el jueves 13 de julio de 1871 y en el periódico liberal “El Mensajero”, escribió: “Juárez, el más despreciable de nuestros personajes”.

Pero don Justo Sierra, su defensor ardentísimo, igualmente escribe en Juárez, su obra y su tiempo (Editorial Latino-Americana, S.A. p.p. 206 y 207): “El tratado o pseudo tratado McLane-Ocampo, no es defendible; todos cuantos lo han refutado bien; casi siempre han tenido razón y formidablemente contra él.

Estudiándolo hace la impresión de un pacto, no entre dos potencias iguales, sino entre una potencia dominante y otra sirviente; es una constitución de una servidumbre interminable”.

Don Francisco Bulnes, jacobino y liberal es, quizás, el más honrado de los escritores y quien mejor ha desenmarañado el tratado, dice: “Es ante todo un pacto intervencionista de intervenciones continuas, desde el momento en que se encomienda al Gobierno de los Estados Unidos, cuidar a perpetuidad de la conservación de la paz en Méjico, con lo que Méjico quedaba sin soberanía, sin honor y sin una piltrafa de vergüenza”. Textos tomados del periódico El Informador, del 23 de diciembre de 2000, página 5, del médico Lucio Vázquez.

Sin lugar a dudas, dice el notable escritor Carlos Monsiváis, que Benito Juárez fue el forjador del Estado mexicano; un notable estadista; el héroe de la patria; el primer presidente de la República indígena; el hombre, autoritario y enamorado del poder, pero humano, con virtudes y defectos, prodigiosamente terco, doctrinario, inteligente, solemne y austero; fue un orgulloso indio que nunca aparentó lo contrario; un auténtico liberal, fue un nómada en su famosa carroza; un demonio según el clero, glorificado no sólo en México, sino en el mundo, ateo o creyente laico, bueno, eso parece estar en discusión.

Ya no se sabe en dónde empieza o en dónde termina su leyenda y sin lugar a dudas, usted tiene la mejor opinión. 

La otra historia de Juárez -III parte-

“La presidencia no se deja sino por un gran ideal o por un gran temor, pero cuando el presidente es indio como yo, ni por las dos cosas o por una sola se deja”, dijo don Benito Juárez a uno de sus compadres y ministros que le reclamaba su aferre a la silla presidencial.

Juárez fue un hombre profundamente católico toda su vida, que vivió de cerca los excesos del alto clero y eso lo motivó a emprender reformas que provocaron la Guerra de Tres Años, la que enfrentó a todo el país. Juárez fue un cristiano ejemplar. Pero como escribe Luis D. Salem:

Se ha discutido mucho acerca del pensamiento religioso de Benito Juárez. Los adversarios lo señalan como impío, enemigo de Dios y de la Iglesia.

Para nosotros Juárez fue un cristiano de altura. Sus luchas no iban contra el cristianismo sino contra el clero conservador. Juárez no atacó a la Iglesia ni a la fe cristiana, sino a los clérigos que utilizaron la fe como defensa de sus intereses políticos”. Se destaca el legalismo de Juárez, pero no siempre se apegó estrictamente a la ley, cuando esto no le favorecía políticamente.

Era más bien un hábil y pragmático político, que por ello escribió: “Querer que un poder extraordinario, creado por la necesidad y por la voluntad nacional, obre con estricta sujeción a la ley, es querer un imposible.

Es querer que haya un huracán sin estragos. Don Emilio Rabasa escribió de Juárez: “Con la Constitución no gobernó nunca”. Y de ahí que lo llamara el “dictador de bronce”.

Hizo lo necesario para quedarse en el poder hasta su muerte.

El fue el verdadero campeón del reeleccionismo. El legendario nacionalismo juarista es
relativo.

Lo fue frente a los franceses, pero no tanto con los yanquis, a quienes, invocando el tratado McLane-Ocampo, nunca ratificado, convocó a una pequeña pero decisiva injerencia naval en su ayuda durante la guerra de Reforma, cosa que ocurrió.

Y tal intervención contribuyó al triunfo de los liberales sobre los conservadores.

La mitología juarista lo presenta como un hombre austero, practicante de la “medianía republicana”.

Así fue durante los años de la intervención, cuando el Gobierno apenas si recibía algunos recursos para sobrevivir.

Tras la caída del Imperio, Juárez mantuvo una imagen de austeridad, se levantaba temprano en la mañana, se bañaba con agua fría. Sus oficinas estaban modestamente amuebladas.

Por la tarde terminaba sus labores y paseaba con algún miembro de su familia en un carruaje propiedad del gobierno, viejo y desvencijado.

Empero, Juárez no era precisamente un asceta. Don Benito tenía varias casas, una de ellas en lo que hoy es la avenida Madero, en el primer cuadro de la ciudad que era una zona de lo más exclusiva. Compró también a su esposa una casa de campo en la colonia San Rafael.

Al morir dejó a su familia una herencia valuada en $151,000 en terrenos y bienes, equivalente a unos 4 millones de dólares actuales, según calculan historiadores. (“Apuntes de Historia de México” -Varios autores- Juan Alberto Vázquez, Constancio Hernández, Manuel Hernández Gómez y José Antonio Crespo)

Víspera de la visita de Juárez a Saltillo

Víspera de la visita de Juárez a Saltillo

Benito Juárez

Benito Juárez

La vida de Benito Juárez es fascinante y desde niños nuestros maestros nos la han enseñado cautivando a los más pequeños.

Fue hijo de indígenas zapotecas, nació el 21 de marzo de 1806, cerca del pueblo de Guelatao, en Oaxaca.

Protegido por un sacerdote español, ingresó en el seminario, donde estudió derecho, y posteriormente en el Instituto de Ciencias y Artes.

En 1847 se convirtió en gobernador de su estado, siendo reelegido en 1848 para un periodo de 4 años. En 1854 promulgó el Plan de Ayutla, en el que exigía la creación de una asamblea constituyente en el marco de una constitución federal.

Fue encarcelado y desterrado a La Habana en 1853, cuando el general Antonio López de Santa Anna tomó el poder. Deportado a Nueva Orleáns, Luisiana, Estados Unidos, regresó a México en 1855 para tomar parte en la revolución liberal que derrocó a Santa Anna.

Más tarde fue secretario de justicia del nuevo gobierno e inició una serie de reformas liberales, llamadas leyes de reforma en 1859, que se incorporaron a la constitución de 1857.

En 1858 se convirtió en presidente provisional, tras estallar una rebelión encabezada por elementos conservadores.

Poco después se vio obligado a huir de la capital, estableciendo su gobierno en Veracruz donde inició una serie de reformas radicales, como la reducción del poder de la Iglesia Católica mediante el embargo de propiedades eclesiásticas.

Derrotó a las fuerzas conservadoras en 1860, volvió a establecer su gobierno en Ciudad de México y fue elegido presidente en 1861 de acuerdo con la Constitución.

Para poder afrontar el caos financiero provocado por cinco años de guerra civil, Juárez tuvo que suspender los pagos a los acreedores extranjeros. Francia, España y Gran Bretaña, como medida de protesta, desembarcaron tropas en Veracruz. Juárez alcanzó un acuerdo con Gran Bretaña y España, y sus tropas se retiraron de México, pero los franceses se mantuvieron en el país y tomaron la Ciudad de México.

Maximiliano, archiduque de Austria, impuesto por el emperador Napoleón III de Francia a petición de los sectores monárquicos, que organizaron un simulacro de plebiscito, fue coronado emperador de México en 1864.

Juárez trasladó su capital al norte del país y prosiguió la resistencia militar.

Cuando el gobierno de Maximiliano cayó en 1867, Juárez regresó a la Ciudad de México y fue reelegido presidente, iniciándose la restauración de la República.

Sin embargo había numerosos sectores que se oponían a su gobierno.

Entre ellos Porfirio Díaz, candidato político sin posibilidades frente a Juárez, que encabezó una rebelión en 1871.

Juárez pasó los meses que le quedaban de vida tratando de reprimir distintas rebeliones, pero murió antes de lograrlo el 18 de julio de 1872 en la Ciudad de México.

Plan de Guadalupe

Plan de Guadalupe

A la caída del gobierno de Francisco I. Madero en forma artera, vía el asesinato, producto de la traición de uno de sus generales: Victoriano Huerta, que se apoderó así del poder ejecutivo, convirtiéndose por propia voluntad como presidente de México.

El entonces gobernador de Coahuila, don Venustiano Carranza, el llamado barón de Cuatrociénegas, se reveló contra el usurpador Victoriano Huerta y parte de Saltillo el 19 de febrero de 1913, formando así el ejército constitucionalista, que defendería la constitución vigente a esa fecha, que era la de 1857, y en su itinerario, rumbo a Piedras Negras, cruzando el desierto coahuilense, en un peregrinar de lugar en lugar y de la hacienda de Anhelo parte a la de Guadalupe en la cañada llamada de los Tres Ríos, como se le conocía en aquella época a la célebre “muralla” y a las 11:00 horas, del 26 de marzo, en una reunión presidida por el Gral. Lucio Blanco, se aprobaron y estipularon los puntos que conformaron el plan de Guadalupe, que principalmente, desconocía al gobierno espurio de Victoriano Huerta y aunque Carranza, presente en la ceremonia no lo firmó por olvido, lo hizo en la Estación Monclova, lo que es hoy ciudad Frontera, en el viejo Hotel Internacional, resolvió su olvido rubricando el documento con su pluma, misma que según prestigiados historiadores, fue la que utilizó para firmar ya siendo presidente de la república, la constitución política de 1917 en la ciudad de Querétaro.

Sesenta y seis personas firmaron el plan de Guadalupe, siendo Venustiano Carranza el número 67.

El de mayor rango en hacerlo fue el teniente coronel, jefe del estado mayor, Jacinto B. Treviño y el de menor, el sub-teniente Salomé Hernández, y entre los más conocidos sobresale el teniente coronel del primer regimiento libres del norte, Lucio Blanco.

Este plan se enriqueció con las adiciones que le hizo el Sr. Carranza en el puerto de Veracruz en 1914, agregándole leyes agrarias que favorecieran la pequeña propiedad, disolviendo los latifundios, revisión de leyes relativas al matrimonio y al estado civil, regulaciones a la explotación de minas, petróleo, aguas, bosques y de los recursos del país para destruir los monopolios.

El plan de Guadalupe fue el antecedente de la constitución actual y los artículos 27 y 123 de la carta magna, fueron aportados por este histórico plan, con la finalidad de acabar con las grandes desigualdades económicas, sociales y culturales.

Creándose tres tipos de tenencia de la tierra: la pequeña propiedad, el ejido y la propiedad comunal, síntesis de las corrientes ideológicas del norte, del centro y del sur del país.

El Plan de Guadalupe Cumplió su primer centenario de existencia.

La Semana santa

La Semana santa

La cuaresma se inicia el miércoles de ceniza después de los tres días del carnaval, que tienen un carácter de desahogo, con fiestas de grandes excesos previo a las abstinencias y recogimiento propios de la Cuaresma.

Cuaresma viene del latín y significa cuadragésimo y dura 45 días, que se viven en penitencia y recogimiento que prescribe el cristianismo como preparativo solemne de la fiesta de Pascua de Resurrección.

La cuaresma se observa desde los primeros días de la Iglesia cristiana a principios de Siglo IV, donde los Papas, lo habían instituido como una conmemoración de los 40 días de ayuno que tuvo Jesús en el desierto, antes de su entrada triunfal a Jerusalén, antes de ser crucificado.

La cuaresma se caracteriza por el ayuno y la abstinencia de carne en algunos días de la semana, donde predominan los viernes, en que los cristianos realizan reuniones y ejercicios espirituales, privándose de diversiones.

La cuaresma no sÓlo la honran y practican los católicos, sino también participan los ortodoxos orientales, los anglicanos y muchas otras ramas derivadas del protestantismo, que observan con mayor o menor rigor este periodo.

Los días considerados importantes en la Cuaresma son: El miércoles de ceniza, donde los fieles toman ceniza, aplicándosela con los dedos de la mano sobre la frente en forma de cruz, rememorando su significado religioso de que fuimos hechos de polvo y que en polvo nos convertiremos al morir, es un día de abstinencia.

El penúltimo domingo, el de Ramos, al que también se le conoce como Domingo de Pasión, donde se distribuye guano bendito en las iglesias, recordando el momento en que Jesús fue recibido gustosamente, mostrándole hojas de palma que eran depositadas a su paso, montado en un borrico desde la entrada de la ciudad de Jerusalén. En la última semana llamada santa, dentro de los 45 días, el lunes, el martes y el miércoles siguientes, se recuerdan las discusiones que Jesús tuvo con sus enemigos; el último jueves, el jueves santo, está centrado en la famosa última cena que Jesús tuvo con sus discípulos; el Viernes Santo, se rememora el sufrimiento de Jesús y su posterior crucifixión por sus enemigos, rodeado de dos reos que sufrieron la misma suerte; la muerte física de Jesús también se recuerda ese día, como también el cumplimiento de la profecía de fracturarse el gran templo de Jerusalén.

El sábado de gloria, se recuerda la sepultura de Jesús, cueva cuya entrada fue cubierta con una pesada piedra y el último domingo, el de resurrección o Domingo de Pascua, es de una auténtica fiesta religiosa, es la cúspide y fin de la Cuaresma, se recuerda la resurrección de Jesús de entre los muertos, donde se aparece a sus discípulos y ante la incredulidad de uno de ellos, le pide que toque sus heridas y su costado lastimado.

Durante estos últimos días de la Cuaresma son comunes las procesiones, recordando el calvario y la crucifixión, con representaciones litúrgicas y los martirios de Jesús.

El Telegrama Zimmermann

El Telegrama Zimmermann

El ministro del exterior de Alemania, Arthur Zimmermann, envió el 16 de enero de 1917 un telegrama a su embajador de México, donde se le proponía a Venustiano Carranza una alianza contra Estados Unidos, para que México recuperara los territorios que le habían arrebatado en el siglo XIX.

Mientras que Alemania desataría una guerra submarina sin restricciones e instalaría bases navales en México, quien recibiría todo el apoyo financiero, además de ser un intermediario para atraer a Japón como aliado.

La propuesta llegó a través del ahora llamado Telegrama Zimmermann, vía la embajada de Berlín en Washington, al embajador alemán en Estados Unidos Albrecht Von Bernstroff y posteriormente es turnado el 19 de enero de 1917 a Von Eckardt, embajador alemán en México.

El telegrama fue interceptado por la sección de Inteligencia Británica conocida como Sala 40 y descifrado en el código alemán número 13040, telegrama que estaba dividido en dos partes, uno para el embajador alemán en Estados Unidos y el otro para el embajador alemán en México en código 7500.

Los telegramas son mostrados en Londres al embajador de Estados Unidos en Inglaterra quien los envía al presidente norteamericano Wilson.

El 3 de febrero Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con Alemania y el 26 de febrero, el departamento de estado de Estados Unidos recibe de su embajador en Londres el telegrama mostrado en la Sala 40, que es publicado por los principales diarios de Estados Unidos el 1 de marzo.

Estados Unidos va a entrar a la Primera Guerra Mundial en abril de 1917 y envía oficialmente al embajador Henry Fletcher para presentar un ultimátum escrito a Carranza.

De manera intencional esta entrevista fue retrasada, Carranza conocía el telegrama y un consejo militar había sido comisionado para verificar la validez del proyecto.

La entrevista se realizó en Guadalajara el 3 de marzo de 1917, con el mensaje: “O ruptura inmediata con Alemania o guerra contra México”.

Carranza responde que no tenía motivos para romper relaciones con Alemania y ante los argumentos que expuso el embajador y agotados éstos vuelve a reiterar su postura.

Carranza sin mostrar temor ni impaciencia y consciente de lo que se jugaba con sus palabras, confirmó su imposibilidad de romper relaciones con una nación de la que México no tenía nada que sentir y de la que siempre había sido amigo de nuestro país.

Fletcher preguntó a Carranza: “¿Y el telegrama Zimmermann?” Sin enturbiarse en punto la claridad de sus anteojos, Carranza contestó: “Usted acaba de decirlo, el telegrama, en caso de que exista, es de Zimmermann, no de nosotros para él.
No tenemos ningún conocimiento de ese telegrama ni podemos ser responsables de actos ajenos”.

Y tendiendo la mano el papel del ultimátum enviado por el presidente Wilson, se lo regresa al embajador Fletcher, concluyendo el diálogo con la misma decisión con que había empezado: “Señor, yo no tengo absolutamente motivo para hacer la guerra a ningún país. Muy buenas tardes”.

Hecho que permite a Venustiano Carranza iniciar su periodo constitucional como Presidente, sin compromisos ni conflictos internacionales. Carranza declinó oficialmente la propuesta el 14 de abril de 1917.

“Código Carranza ZT-2 -El telegrama Zimmermann” de Horacio Domínguez Lara. 2007

Como agua para chocolate

Como agua para chocolate

Película que inspiró la novela original de Laura Esquivel, publicada en 1989, es un amplio recetario de cocina con las más prolijas instrucciones para preparar los platillos más suculentos del reconocido fogón mexicano.

Donde la cocina se convierte en el refugio y la sede de una curiosa variante del poder femenino.

Entre la comedia, el melodrama y el realismo mágico, la historia atraviesa por la Revolución Mexicana y presenta algunas ideas sobre la condición de la mujer, el machismo y el amor, la trama de esta historia se supone que sucedió en nuestra ciudad durante la época revolucionaria, su esposo, el actor y director cinematográfico Alfonso Arau Incháustegui, la hizo película siendo su mejor producción, con un presupuesto de tres mil millones de viejos pesos, donde participaron el italiano Marco Leonardi y las mexicanas Lumi Cavazos, Ada Carrasco, Regina Torné, Yareli Arismendi, Pilar Aranda y Claudette Maille.

Esta cinta de 143 minutos de duración se exhibió en 1992.

A pesar de que la trama es en Piedras Negras, se construyó una casa especial en el territorio de la presa de La Amistad en Acuña, casa que intentó reproducir la vieja casona del ejido San Isidro, donde también se filmaron escenas y en Piedras Negras, las poquísimas se realizaron en el exterior del viejo hotel del ferrocarril y el puente negro.

El lunes 15 de abril de 1991, único día en que se realizaron las tomas, se acondicionó la calle de Estudios cubriéndola con arena, escenas que provocaron gran curiosidad entre nuestra gente que estuvieron como espectadores, con agentes de Policía controlando el orden, las filmaciones duraron varias horas, el viejo hotel fácilmente fue adaptado para la película, ocultando los objetos de la época actual, incluyendo dos puestos de comidas que se negaron a abandonar el lugar.

En las escenas participaron cientos de personas como extras, dentro del grupo de revolucionarios y federales que pasaban frente al hotel con atuendos de la época y hasta se logró una impresionante explosión e incendio, como parte de los efectos especiales.

Cada vez que iniciaban la filmación de una escena con gran cantidad de extras, donde algunos iban montando sus cabalgaduras, se producía una gran polvareda que incomodaba a la gran cantidad de curiosos.

Alfonso Arau estuvo atento, gritando sus instrucciones a través de su micrófono bocina portátil, donde se escuchaban los característicos gritos de: Silencio, corre y el de corte.

Se impidió el acceso a la estación del ferrocarril que aún funcionaba, desviando el tráfico.

En la película se utilizaron técnicas cinematográficas hollywoodenses y con un gran sentido comercial.

El resultado es un filme fiel a la novela original, excelentemente producido e inteligentemente comercializado.

Los 10 arieles otorgados a esta producción y el éxito internacional de la misma comprueban que Arau sabía muy bien lo que estaba haciendo.

La ruta de Carranza

La ruta de Carranza -I parte-

Después del asesinato del presidente Madero y de la usurpación del ejecutivo federal por parte de Victoriano Huerta, el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, recibió en su domicilio de la calle Hidalgo No. 45 en Saltillo, Coahuila, el 18 de febrero de 1913, un telegrama de Victoriano Huerta dándole a conocer que había tomado el poder, e inmediatamente Carranza cita en ese lugar a sus más cercanos colaboradores.

El 19 de febrero los diputados de Coahuila promulgan un decreto, desconociendo al gobierno del general Victoriano Huerta, autorizando al gobernador Venustiano Carranza, para que proceda a armar fuerzas militares totalmente unificadas, para coadyuvar al orden constitucional en la República, lo que dio origen formalmente al ejército revolucionario, considerado como el primer ejército constitucionalista en México, que es el antecedente del Ejército actual.

El 21 de febrero el gobernador Carranza llamó al Palacio algunos banqueros y vecinos pudientes para solicitarles financiamiento para el movimiento armado que proyectaba.

El 22 de febrero por la tarde, Carranza informa a la ciudadanía desde el balcón del palacio la situación imperante.

El 23 de febrero, a las 6:15 horas, Carranza sale de Saltillo rumbo a Ramos Arizpe, vistiendo por primera vez su inconfundible traje de campaña, con 200 hombres al mando de los jefes Luis G. Garfias, Francisco Coss, Cesáreo Castro, Jacinto Treviño, Luis Gutiérrez, Alfredo Breceda, entre otros, y en ese lugar lanza su primer manifiesto desconociendo el gobierno de Huerta, instalando su cuartel frente a la plaza.

Durante la madrugada del 25 de febrero regresa a Saltillo para seguir las negociaciones para la obtención de un préstamo.

El día 26 vuelve a Ramos Arizpe, va directo a la estación del ferrocarril y desde ahí envía un telegrama a Victoriano Huerta vía Eagle Pass, Texas y luego a la Ciudad de México, que también envía al presidente Taft de Estados Unidos, desconociendo el gobierno del usurpador. Luego regresa a Saltillo para preparar a su familia para que viaje a San Antonio, Texas.

Por la noche del 27 de febrero sale Carranza con su pequeña tropa a la villa de Arteaga donde instala su cuartel general. Ahí se les unen en los siguientes días grupos de ex-maderistas. El domingo 2 de marzo da a conocer un segundo manifiesto.

El día 3 se dirige a Ramos Arizpe, donde se le informa del otorgamiento de un préstamo de 75 mil pesos y ahí se despide de su esposa y sus dos hijas, que partieron a San Antonio, Texas, vía Piedras Negras.

El día 4 da a conocer un nuevo manifiesto a la nación desconociendo a Victoriano Huerta.

A mediodía del día 5 abandona Ramos Arizpe y parte hacia el norte comenzando su campaña armada, pasa por Mesillas y desde ahí, Carranza envía una invitación al general Jerónimo Treviño para que encabece el movimiento armado, invitación que no es aceptada.

Pasa por la hacienda de Paredón, la de Anhelo donde pernocta, sitio en donde luego son sorprendidos por fuerzas federales.

En la madrugada del 8 de marzo, en un tren plataforma, se dirige a Estación Monclova donde instala su cuartel general. El día 9 se va a Piedras Negras donde otorga el nombramiento de comandante militar de esa plaza, al profesor Manuel Calzada...

La ruta de Carranza -II parte-

Continuando con la Ruta que realizó Venustiano Carranza, una vez que el general Victoriano Huerta se apoderó del poder federal después del asesinato de Madero, el 12 de abril de 1913, Venustiano Carranza regresa de Piedras Negras a Estación Monclova y lanza un nuevo manifiesto a la nación. El día 13 Carranza se traslada a Baján.

El día 15 reúne a su tropa en este lugar y lanza una arenga.

El día 16 sale con aproximadamente 1,600 hombres a Saltillo, pernoctan apenas cruzando la Muralla, cerca de la Hacienda de Guadalupe, el día 17 llegan a La Sauceda, cerca de la Estación Hipólito, los días 18 y 19 lo pasan entre Acatita y congregación Santo Domingo, el día 20 llegan por la noche a Ramos Arizpe, el día 21 pasan a la villa de Arteaga, luego al sitio conocido como Los Cerritos, donde instala su cuartel general. Durante los días 21, 22 y 23 se lleva a cabo el pretendido asalto a Saltillo que no se consigue.

El día 23 pasan por Santa María, la villa de Ramos Arizpe, en donde son perseguidos por fuerzas federales y apresuradamente toman rumbo al norte, el día 24 llegan a Santo Domingo donde pernoctan, el 25 pasan por la Sierra de la Gamuza, estanque de Nacapan, para llegar a la Hacienda de Guadalupe. En el trayecto, Alfredo Breceda le propone a Venustiano Carranza los motivos para crear un plan que justifique su movimiento armado, lo que es del agrado del gobernador de Coahuila.

El 26 de marzo, Breceda les propone a el Plan a la tropa, al que han bautizado con el nombre del lugar: Plan de Guadalupe, donde se discute con la moderación de Lucio Blanco y finalmente los ahí reunidos lo firman, nombrando como Primer Jefe a Venustiano Carranza.

El día 27 Carranza envía telegrafistas a Baján para que desde ahí, transmitan a la Estación Monclova y a Piedras Negras el contenido del Plan, Plan que firmó en su totalidad los militares adscritos a esta última plaza cuando lo tuvieron en su poder. Carranza pasa por Santa Teresa y Baján.

El día 28 conoce en Estación Monclova las operaciones militares de Lampazos, N.L., El día 30 Carranza ordena que se imprima el Plan de Guadalupe. El día 1 de abril sale a Piedras Negras donde se edita el Plan en talleres de Eagle Pass, Texas, regresando ese mismo día a Monclova.

El día 4 de abril Carranza regresa a Piedras Negras donde da a conocer el manifiesto al pueblo de Estados Unidos explicando las razones y la justicia de la revolución.

El día 18 parte a estación Monclova donde firma el convenio de Monclova con Roberto Pesqueira, Adolfo de la Huerta y otros.

El día 19 de abril de 1913, Venustiano Carranza parte a Piedras Negras en donde establece de manera oficial el cuartel general en el edificio de la Aduana Fronteriza y por ende, capital del Estado.

Ese mismo día, también en Piedras Negras, los integrantes de la XXII legislatura de Coahuila aceptan, secundan y sancionan el Plan de Guadalupe.

El día 20 Carranza hace un llamado a todos los gobernadores de los estados y generales para unirse al constitucionalismo, reconociéndoles a los Generales, Jefes y Oficiales sus grados.

El día 24, Carranza declaró nulos todos los actos que realice Victoriano Huerta.

El día 26 Carranza firma el decreto que crea 5 millones de pesos en billetes.

La ruta de Carranza -III parte-

Día del niño

Día del niño

La Organización de las Naciones Unidas creó el día universal del niño el 20 de noviembre y recomendó a todos los países que instituyeran el suyo.

Por ejemplo, Paraguay lo celebra el 31 de mayo, Venezuela el tercer domingo de junio, en Uruguay el 9 de agosto, Chile y Argentina lo celebran el segundo domingo de agosto, Perú el tercer domingo de agosto, en Brasil el 8 de octubre, Colombia el último sábado de abril y en México el 30 de este último mes, donde el Día del Niño, es algo parecido a lo que sucede en el Día de las Madres o el Día del Maestro, sólo ese día los recordamos.

Los castigos para quien maltrata un niño parecen ser muy leves. En Coahuila se han analizado no hace mucho las penas para los delincuentes, pero parece que atacar a un niño no es muy grave.

En la ONU se aprobó la declaración de los derechos del niño en 1959, con sólo 10 artículos, donde se destaca el derecho que tenemos a reconocerlos sin importar la raza, color, sexo, idioma, religión, política, origen nacional o social, posición económica y nacimiento; a gozar de protección especial, de oportunidades para poder desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente saludables, en libertad y con dignidad; derecho a tener nombre y una nacionalidad; a tener beneficios de seguridad social, a crecer y desarrollarse con salud, incluso desde antes de nacer, a alimentarse, a tener vivienda, recreo y servicios médicos adecuados; a tener cuidados especiales si se es niño con capacidades diferentes; a crecer bajo el amparo de sus padres bajo un ambiente de afecto y de seguridad moral y material, a no separarse de su madre si tienen corta edad, a disfrutar de ayuda del gobierno en caso de familias numerosas; a recibir educación gratuita y obligatoria, tener derecho de atención, protección y socorro antes que los adultos; a ser protegido en contra del abandono, crueldad y explotación, a no ser objeto de ningún tipo de trata, a no trabajar antes de una edad mínima adecuada, a no tener un trabajo que perjudique su salud, educación o impedirles desarrollarse física, mental y moralmente; a ser protegidos en contra de la discriminación racial, religiosa o de cualquier tipo.

Pero, ¿Cuántos de estos derechos se respetan en realidad? Son conocidas las instituciones educativas en donde se anteponen un sinnúmero de pretextos para no recibir niños con capacidades diferentes, pero, ¿Qué hacen nuestras autoridades para permitir esta discriminación? ¿Cuántos niños son obligados a trabajar sin pago y no les permiten recibir una educación? ¿Cuántos niños son maltratados físicamente y cuántas personas que lo saben, no hacen nada por remediarlo? ¿Qué tanto hemos hecho por respetar los derechos de los niños? ¿Qué tanto ha realizado el Gobierno, para facilitar los elementos que les permitan hacer valer sus derechos? ¿Qué tanto han gestionado los legisladores locales, en implementar leyes que los protejan y castiguen ejemplarmente a quien abuse de los menores?

El día del niño es un buen momento para reflexionar sobre nuestra negativa postura.

La Universidad Autónoma De Coahuila

La Universidad Autónoma De Coahuila

La máxima institución del estado, la Universidad Autónoma de Coahuila, se creó en 1957 por decreto expedido por el Congreso del Estado, como un organismo público destinado a la educación superior, con el nombre de Universidad de Coahuila.

El entonces gobernador del estado, Román Cepeda Flores, designó al Lic. Salvador González Lobo como su primer rector.

En mayo de 1960 se aprobó su escudo diseñado por el Ing. José Cárdenas Valdés y la descripción heráldica el Prof. Ildefonso Villarello Vélez y su lema: En el bien fincamos el saber, del Lic. Arturo Moncada Garza.

El 4 de abril de 1973, se concede la autonomía a la universidad y se elabora el estatuto universitario que norma sus actividades en 1975, posteriormente se agregó la palabra autónoma al escudo.

La universidad se dio a la tarea de atender la demanda educativa en los niveles medio superior, técnico superior, técnico medio superior y de postgrado, distribuida en tres unidades:
Saltillo, conformada por 24 escuelas, facultades e institutos ubicados en las ciudades de Saltillo y Parras de la Fuente; Torreón, con 17 escuelas y facultades e institutos establecidos en los municipios de Torreón y San Pedro de las Colonias; y la del norte, integrada por 10 escuelas, facultades e institutos ubicados en Monclova, Nueva Rosita, Allende, Piedras Negras y Ciudad Acuña.

En su totalidad, la universidad tiene 13 centros de enseñanza del nivel de bachillerato en los sistemas escolarizado y abierto; ofrece 3 alternativas de capacitación para el trabajo: 2 opciones educativas del nivel técnico medio; 2 del nivel medio superior y una salida lateral, que se clasifica en este mismo nivel; 42 carreras del nivel superior; y 41 del nivel postgrado con 17 especialidades, 22 maestrías y 2 doctorados.

Además de las 51 instituciones oficiales, la universidad avala los estudios que se realizan en 54 escuelas del nivel medio superior y superior, incorporadas a la misma y distribuidas en el estado.

La universidad dispone de tres hospitales, dos de ellos ubicados en Torreón y uno en Saltillo, donde se imparte enseñanza teórico-práctica de especialidades médicas; brinda la oportunidad de realizar las prácticas hospitalarias a los alumnos de ciencias de la salud, la realización del servicio social a los egresados y de las demás áreas educativas que así lo soliciten.

Además de brindar atención médica especializada de alta calidad y a bajo costo para la comunidad en general.

Dispone de centros de investigación en sus tres unidades, con instalaciones y equipo adecuado.

También difunde la cultura a través de la coordinación general de extensión universitaria y difusión cultural, con infraestructura apropiada.

La Universidad Autónoma de Coahuila cumple ya 56 años de vida y en este mes de abril, 40 años de autonomía.

El Coahuilense

El Coahuilense

El ferrocarril llegó a Piedras Negras en 1883, con la empresa Ferrocarril Internacional Mexicano, con la ruta a Torreón, que funcionó hasta 1908, en que el gobierno del general Porfirio Díaz nacionalizó varias líneas, creando Ferrocarriles Nacionales de México, que con el tiempo creó un tren de pasajeros que partía de Piedras Negras con rumbo a Saltillo, aprovechando el nuevo ramal que se creó desde Paredón, deteniéndose en todas las rancherías que encontraba a su paso y alimentándose de otras rutas, como del ramal de Ciudad Acuña a Allende y a la vez, en el entronque de Paredón, enviar un vagón hasta Monterrey.

El viaje duraba casi todo el día, salía a las 9 de la mañana y llegaba al atardecer, si no había demoras.

Durante una temporada le agregaron un vagón “pullman” o dormitorio, vagón que en Saltillo agregaban al famoso tren El Regiomontano que lo llevaba hasta la Ciudad de México, regresando al día siguiente, servicio que se suspendió alrededor de 1965.

Después de múltiples esfuerzos por tener un tren de pasajeros de calidad, fructificaron las peticiones del diputado federal Alfredo Jiménez Villarreal y Ferrocarriles Nacionales de México puso en servicio el convoy denominado “El Coahuilense”.

Un convoy de lujo que realizó su primer viaje el 23 de abril de 1988, disponía de un vagón exprés, dos vagones de primera numerada y un vagón de primera especial numerada, este último con aire acondicionado y calefacción, asientos individuales y reclinables, mesas plegables, alfombrados, encortinado, servicio de alimentos y sobrecargo. Sus boletos se podían reservar con anticipación, incluyendo el regreso.

De las 12 horas o más que empleaba el tren social, que también se le llamaba pollero, el Coahuilense las redujo a 7 horas y media a Saltillo, con paradas oficiales en Sabinas, Barroterán (a petición de Alfredo Jiménez) y Frontera y dos paradas técnicas, una en Allende, donde subían los alimentos y se cruzaban los dos trenes Coahuilenses y en Paredón, donde se cruzaba con el pollero.

El vagón de primera especial, con capacidad para 70 pasajeros, se enganchaba al Regiomontano para continuar su viaje a la Ciudad de México.

El 11 de abril de 1991, se le agregó un vagón dormitorio con 10 camerinos y 6 alcobas cómodamente equipadas, con clima artificial, donde también se incluía el servicio de alimentos y sobrecargo, que también se enganchaba al Regiomontano en Saltillo. Sus alcobas tenían capacidad para 4 adultos y dos niños.

El tren fue un éxito total, logró atraer a la clase elitista que disfrutó el viaje como antaño, pero Ferrocarriles Nacionales de México, que ya arrastraba grandes pérdidas, canceló el 9 de abril de 1997, 14 trenes de pasajeros: El Regiomontano, el División del Norte, entre otros y por supuesto, el Coahuilense, regresando una temporada al pollero, en donde se agregaron los vagones del Coahuilense hasta su desaparición definitiva en 1998.

El Coahuilense nació en 1988, en el mes de abril y murió en abril de 1997, dejando sólo la nostalgia de lo que difícilmente volverá, un tren de pasajeros de lujo, que ya es parte de la historia.

Día de las Madres

Día de las Madres

En Inglaterra, en el siglo XVII, se dedicó un domingo para servir a la madre y los criados tenían permiso y el día pagado para ir a visitarlas.

Esto fue extraordinario porque les pagaban su día de trabajo, podían volver a la casa de sus familias y pasar el día con sus madres.

En Estados Unidos el primer día fue sugerido en 1872 por Julia Ward Howe como un día dedicado a la paz.

El origen del día de la madre es la tierna historia de una joven que pierde prematuramente a su madre. Una que concibió la idea de dedicar un homenaje, un día sin igual, para rendirle tributo.

La estadounidense Ana Jarvis de la ciudad de Filadelfia, luego de la muerte de su madre en 1905, decide escribir, a maestros, religiosos, políticos, abogados y otras personalidades, para que la apoyen en su proyecto de celebrar el Día de la Madre, en el aniversario de la muerte de su madre, el segundo domingo de mayo.
Tuvo muchas respuestas y en 1910, ya era celebrado en casi todos los estados de los Estados Unidos.

Viendo la joven Jarvis, la gran acogida que tuvo su iniciativa logró que el Congreso de los Estados Unidos presentara un proyecto de ley a favor de la celebración del Día de la Madre en todos los Estados Unidos.

En 1914, luego de deliberar y aprobar el proyecto, el presidente Woodrow Wilson firmó la petición que proclamaba el Día de la Madre como día de fiesta nacional, que debía ser celebrado el segundo domingo del mes de mayo. Posteriormente otros países se fueron sumando a la celebración y Ana Jarvis pudo ver a más de 40 países de diferentes partes del mundo, unirse a su idea, que no tenía otro fin que rendir homenaje y enaltecer a ese ser que da parte de su ser para dar vidas, y aún su vida por el fruto de sus entrañas.

En México, hace ya algunos años, en 1922, un periodista que laboraba como director del periódico de circulación nacional, Excélsior de la Ciudad de México, don Rafael Alducín, acogió con entusiasmo la idea que desde un año antes tuvo un obrero de esa casa editorial, cuyo nombre el tiempo lo ha perdido, de señalar un día del año para rendir merecido homenaje a las madrecitas mexicanas, lanzando una convocatoria el 13 de abril de 1922 y como resultado de la misma se escogió el día 10 del mes de mayo. Siendo instituida en todo el país, por disposiciones del entonces secretario de Educación Pública, el Lic. José Vasconcelos.

Diez años después, en 1932, la misma casa editorial propuso la construcción de un monumento en honor de las madres; proyecto que se consolidó durante el gobierno del presidente Miguel Alemán.

En 1975 esta casa editorial se dedicó a promover a través de festivales infantiles, cartas de hijos a madres y todo aquello que reforzara el carácter inseparable del binomio madre-hijo.

Desde entonces es una tradición de más 90 años, el festejar en México a la reina del hogar en este día.

Día del Trabajo

Día del Trabajo

En noviembre de 1884, se celebró en la ciudad de Chicago, Illinois, el IV congreso de la American Federation of Labor.

Donde se propuso que a partir del 1 de mayo de 1886, se obligara al sector patronal estadounidense a respetar la jornada de ocho horas.

A iniciativa del trabajador mecánico Ira Steward, en 1886, el presidente de los Estados Unidos Andrew Johnson, promulgó la ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias.

Pero esta ley no se cumplió y las organizaciones laborales y sindicales iniciaron la luchar por su cumplimiento.

En Chicago, Illinois, el 1 de mayo de 1886, se manifestaron los trabajadores de la fábrica McCormik y chocaron con los patrones y rompehuelgas.

El día 4, la manifestación fue rechazada y hubo 6 muertos y numerosos heridos.

Se realizó un mitin en la plaza Haymarket, pero la Policía dispersó a los asistentes. Una bomba estalló, con un saldo de seis policías muertos, lo que provocó que los policías atacaran con un resultado de 38 muertos y 115 heridos.

Algunos de los dirigentes fueron condenados a muerte el 20 de agosto y ahorcados el 11 de noviembre de 1886, víctimas conocidas como los mártires de Chicago.

Después de realizarse el congreso internacional de trabajadores en julio de 1889 en París, fijaron el día 1 de mayo, como día de ratificación de los derechos de los trabajadores y de reclamos contra las arbitrariedades sociales. En 1890, quince naciones reunidas en Berlín, realizaron el tratamiento de la intervención del estado en lo relacionado a las tareas laborales.

Así nació la oficina internacional del trabajo, que más adelante se transformó en Organización Internacional del Trabajo, con residencia en Ginebra, bajo el control de las Naciones Unidas. En México, a finales del siglo XIX, la conmemoración de esta fecha se inició en lugares cerrados.

En 1913, la Casa del Obrero Mundial, organización de trabajadores mexicanos fundada el año anterior, realizó el primer desfile obrero en la capital del país, que congregó a cerca de 25 mil trabajadores, pero el presidente Victoriano Huerta, ordenó encarcelar a varios dirigentes de la Casa del Obrero Mundial.

La constitución de 1917 sentó las bases para el establecimiento de mejores condiciones de vida para los obreros y sus familias, reconociéndoseles diversos derechos, como el de huelga y el de formar organizaciones para la defensa de sus intereses.

En 1918, en Saltillo, Coahuila, se realizó un congreso que culminó con la fundación de la Confederación Regional Obrera Mexicana. Durante la presidencia de Álvaro Obregón en 1923, la celebración del 1 de mayo se instituyó como una fiesta de la clase obrera.

En 1925 la CROM celebró el día del trabajo con un desfile obrero y a partir de ese momento, se conmemora este día con diversos actos organizados por los principales sindicatos y confederaciones de trabajadores, en prácticamente todas las ciudades del país.

La Batalla de Camarones

La Batalla de Camarones

Recordando lo que siguió a la batalla del 5 de mayo en Puebla, rememoramos hoy la batalla de Camarones.

En Francia no se menciona en los libros escolares de historia la batalla de Puebla, en cambio dedican largos párrafos a la batalla de Camarones.

En 1863, durante la segunda intervención francesa, el ejército francés sitió la ciudad de Puebla, después de fracasar en su ataque previo a dicha plaza el año anterior.

Un convoy francés compuesto por 64 carretas salió del puerto de Veracruz el 29 de abril de ese año llevando víveres, material de sitio y 3 millones en oro para pagar a las tropas sitiadoras.

El coronel Pierre Joseph Jeanningros, al mando del regimiento extranjero, envió en las primeras horas del 30 de abril a la tercera compañía a explorar los accesos al poblado de Palo Verde antes de la llegada del convoy.

Sesenta y dos soldados de infantería y tres oficiales de la legión extranjera francesa: El capitán Jean Danjou, y los subtenientes Jean Vilain y Clement Maudet.

Los legionarios eran constantemente enviados a tareas menores como el traslado de provisiones al ejército francés, en el oriente de México, región infestada por la fiebre amarilla y el tifo; tareas encomendadas debido a la mala reputación de que gozaban los legionarios ante el resto del ejército, porque todos eran extranjeros, menos sus oficiales. El coronel mexicano Francisco de Paula Milán les tendió una emboscada a kilómetro y medio de Camarón de Tejada, con su fuerza de 1,200 soldados de infantería y 800 soldados de caballería.

El capitán Danjou ordenó retirada y buscaron refugio en la hacienda del Camarón, en aquel entonces era una pequeña vivienda de adobe. Al final del día, los legionarios fueron vencidos y sólo los 5 sobrevivientes se rindieron.

La versión francesa asegura que murieron más de 200 mexicanos, pero en realidad no llegaron a 90. Pese al valor de los legionarios, este hecho no logró evitar la derrota y el fracaso de la expedición, que pese a imponer a Maximiliano de Habsburgo como emperador de México con ayuda del grupo conservador, al final se retiraron vencidos del país y Maximiliano fue ejecutado por los mexicanos en Querétaro. Los franceses conservan como su máximo trofeo la mano artificial del jefe de la legión que pereció en Camarones.

Extrañamente, si usted le pregunta a un francés sobre la batalla de Camarones, se llena de orgullo al narrar los hechos, pero si le pregunta sobre la batalla del 5 de mayo en Puebla, lo más probable es que el francés se quede asombrado en conocer un hecho que su historia escolar no registra.

(Resumido de publicación periodística del 4 de mayo de 2007, firmado por el historiador José Gómez Fregoso)

Día del Maestro

Día del Maestro

A iniciativa de los diputados, coronel Benito Ramírez García y doctor Enrique Viesca Lobatón, se propuso en el Congreso de la Unión en 1917, se instituyera el día del maestro, proponiendo fuese el 15 de mayo, el día de San Isidro, el día de los sembradores, propuesta que fue aprobada el 27 de septiembre de ese año y el presidente de la república Venustiano Carranza, firmó el decreto.

A partir del 15 de mayo de 1918, México rinde tributo a la persona considerada como el segundo padre: El maestro.

El maestro ha llenado grandes páginas de la historia del país, el Gobierno ha basado su política en la penetración y capacidad de los mentores en todos los sitios, sin importar credos políticos, credos religiosos, sexo, edad, estrato social, etc., el Gobierno federal se apoya en ellos en casi todos sus programas:

Censos, estadísticas, campañas de salud como el de la influenza, campañas políticas, programas sociales, programas especiales, etc., por eso se han invertido cantidades económicas importantes en el renglón educativo.

En las escuelas, el maestro con gran paciencia y en ocasiones con grupos sobrecargados en alumnos, brega a diario desarrollando sus programas escolares, corrigiendo errores, marcando normas de conducta, consolando nuestras penas cuando no fue nuestro día, sacrificando en muchas de las veces su situación económica y familiar con tal de cumplir con su noble labor de educar.

Maestros que no presumen su vestimenta, maestras que no contrajeron matrimonio porque les faltó el tiempo de hacerlo, porque pensaron que la educación de los pequeños era primordial y prioritaria, olvidándose así de su propia persona.

El magisterio es una carrera de grandes sacrificios, del cual no se espera una buena remuneración y pocos son los que se quedan con este pesado paquete.

Hace tres sexenios, el gobierno federal instituyó el sistema de ascensos horizontales mediante exhaustivos exámenes a los mentores, cuya satisfacción no se palpa, porque el bajo presupuesto en este renglón producto de la actual situación económica nacional, presentan contadísimos lugares disponibles, lo que hace desistir al maestro en buscar mejores sueldos.

Pero, el magisterio es atacado frecuentemente por los medios de comunicación, con la idea de que una manzana podrida afecta a las demás, sin ninguna excepción, cuando no es así, se divulga el “gran aumento salarial” que percibirán los maestros, cuando éste es en todos los casos ridículo y se puede apreciar que no le alcanzó para completar su gasto familiar y tiene que alternar su carrera con otros trabajos para poder sobrevivir y pocos son los maestros que sólo se dedican a una sola fuente de empleo.

Al maestro por lo general, no le agrada que le lleven obsequios, lo que les gustaría recibir no es el agradecimiento por la enseñanza impartida o por los buenos ejemplos dados, simplemente no le agrada que lo olviden.

¿Saben cuánto gana un maestro de los dos primeros niveles? ¿Tienen idea del esfuerzo que realiza un mentor para poder educar correctamente?

Difícilmente lo podemos apreciar, como tampoco tenemos idea del resentimiento que llevan dentro por el olvido en que todos nosotros los tenemos.

La Batalla del 5 de Mayo

La Batalla del 5 de Mayo

Terminada la guerra de tres años, el Gobierno de Juárez se encontraba sin recursos y tuvo que suspender por dos años el pago de todas las deudas, y nivelar el presupuesto para atender las necesidades básicas de la población.

La suspensión provocó que los conservadores recurrieran a las cortes europeas para traer a un príncipe extranjero a gobernarnos.

España, Inglaterra y Francia se unieron en Londres y acordaron invadirnos para asegurar el pago de sus créditos y formaron una alianza militar, aunque España deseaba recobrar parte de sus antiguos dominios; Inglaterra aspiraba ensanchar sus dominios en América y Francia quería contener a Estados Unidos y ofrecer a su burguesía la oportunidad de abrir nuevos mercados y establecer colonias mineras.

La armada española fue la primera en llegar a Veracruz en diciembre de 1861, las fuerzas inglesa y francesa arribaron en enero de 1862.

Sus representantes enviaron un ultimátum al Gobierno de Juárez, en el que pedían el pago de sus deudas y la satisfacción de los daños hechos a sus representantes diplomáticos. Juárez manifestó sus deseos de llegar a un arreglo amistoso, y los invitó a conferenciar para determinar el monto de las deudas.

Las naciones aliadas aceptaron la propuesta y en febrero de 1862, se reunieron en el pueblo de La Soledad, donde acordaron el reconocimiento del Gobierno de Juárez y el respeto a la integridad y la independencia nacional.

En marzo de 1862, llegó a Veracruz el conde Laurencez con nuevos refuerzos para los franceses y el general Almonte, se declaró jefe supremo de la nación.

Inglaterra y España se dieron cuenta de que los franceses deseaban derrocar a Juárez y traer a un representante suyo a gobernar, declararon rota la alianza en abril de 1862 y después de arreglar satisfactoriamente sus reclamaciones con el Gobierno de Juárez, se reembarcaron con sus tropas.

El ejército francés, de 6 mil hombres, bien armado y disciplinado, venía de conseguir brillantes victorias en Europa, se negó a retroceder a sus posiciones iniciales como se había convenido y el conde Laurencez ordenó el avance.

Se le unieron varias partidas conservadores, mal armadas, al mando de Leonardo Márquez. Laurencez creía fácil vencer a los mexicanos, sin previa declaración de guerra y sin tomar las precauciones necesarias, ordenó el asalto a los fuertes de Loreto y Guadalupe, que defendían a Puebla.

El general Ignacio Zaragoza, al mando del Ejército mexicano de 4 mil 800 hombres, se fortificó en Puebla, donde detuvo a los invasores, quienes intentaron repetidamente tomar las fortificaciones, pero tuvieron que retirarse vencidos y perseguidos por la caballería mexicana.

La noticia del triunfo de las armas republicanas en Puebla llenó de entusiasmo a todo el país; sin embargo, si militarmente la batalla del 5 de mayo no detuvo el avance del Ejército francés; moralmente levantó a la república del concepto de desánimo y cobardía en que sus enemigos la suponían hundida.

El significado de la Batalla de Puebla

El significado de la Batalla de Puebla

La injusta intervención francesa despertó grandes simpatías por la causa de México en América y en los sectores liberales europeos; la prensa española, inglesa y francesa censuraba a Napoleón y abogaba por el retiro de las tropas invasoras.

Hay dos importantes razones en el gran significado que tuvo la batalla de Puebla para México.

Por un lado, el frente unido de la población mexicana, reforzó la identidad nacional y por la otra, la experiencia de la invasión contribuyó a definir algunos de los principios fundamentales de la política exterior de México, vigentes en las relaciones internacionales: El respeto por la soberanía y la integridad territorial; la no agresión; la no interferencia en los asuntos internos de otros estados; la conciliación de diferencias a través de la negociación y no a través de la fuerza, y la coexistencia pacífica. Mientras duró la dominación francesa, el recuerdo de aquella gloriosa batalla se convirtió en un símbolo de la resistencia liberal.

Después de 1867, se instituyó la celebración cívica del 5 de Mayo para conmemorar la defensa de los mexicanos contra el dominio extranjero.
Los mexicanos que radican en Estados Unidos consideran la fiesta del 5 de Mayo como la más importante.

Su significado se ha enriquecido más allá del sentido que se le da en México.
En las grandes ciudades de Estados Unidos se organizan festejos que involucran no sólo a los mexicanos y chicanos, sino a los
latinoamericanos.

Ese día, el presidente norteamericano emite un comunicado para la comunidad hispana y se organiza una fiesta en la Casa Blanca, a la cual asisten personalidades y artistas hispanos.

Ese día, más que conmemorar el triunfo de México, celebran el orgullo por su identidad latina.

Se recuerda una lucha antiintervencionista, muchos hispanoamericanos han tomado esta fiesta cívica como una bandera que simboliza su resistencia a adoptar ideas y patrones de vida anglosajones.

Permite a los hispanos mostrar y afirmar su presencia cultural y política ante el resto de la sociedad norteamericana.

Todos comparten un sentimiento de familiaridad por ser latinos, por hablar español, por ser racialmente parecidos y tener un pasado similar.

Algunos activistas de grupos latinos expresan sus ideas políticas por que se les reconozca su derecho a tener una identidad bicultural.

También hay grupos indigenistas que el 5 de mayo recuerdan la participación de los indígenas zacapoaxtlas en la batalla, lo cual sirve como pretexto para reconocer la importancia de las comunidades indígenas en la cultura latinoamericana.

En Texas se recuerda a Ignacio Zaragoza porque nació en Bahía del Espíritu Santo, hoy Goliat, cuando Texas pertenecía a México y formaba parte de Coahuila.

El 5 de mayo es una celebración que ha invadido a los Estados Unidos, dándonos una gran satisfacción por haberlos invadido con algo.

Coahuiltecos

Coahuiltecos

Los coahuiltecos eran indígenas nómadas estacionarios, que recorrían territorios de Coahuila, Texas, Tamaulipas y Nuevo León de acuerdo a las estaciones del año, donde se dedicaban a cazar, recolectar y pescar temporalmente.

Su vivienda era temporal y la establecían en cuevas salientes rocosas, bajo frondosos árboles o en campamentos de improvisadas chozas que construían las mujeres utilizando delgados y flexibles troncos de arbustos medianos que servían de base, con varas más delgadas formaban un enrejado en semicírculo, dejando un espacio libre que servía de entrada.

Estas rejillas eran cubiertas burdamente con carrizo, hojas de palmito o pieles de animales, encima una capa de zacate o tule para sellar la vivienda.

Su vestimenta era escasa y simple, durante el verano las mujeres usaban una pequeña falda y los hombres un calzón taparrabos hasta debajo de la rodilla.

En el invierno se cubrían completamente con pieles de conejo, venado o coyotes y para proteger sus pies utilizaban sandalias hechas a base de fibra de maguey, lechuguilla o palma, las que ataban con hilos del mismo material o tiras de cuero.

Adornaban sus cuerpos con collares de piedra o concha perforadas y tatuajes distintivos para cada tribu, algunos perforaban sus orejas y nariz. Su alimentación se establecía de acuerdo a las estaciones del año y a las habilidades de cada tribu.

Los cazadores conocían las rutas migratorias de los búfalos, ciervos, venados, patos, osos y jabalíes; los recolectores ocurrían en tiempo y sitio para obtener los frutos del desierto.

Los pescadores recorrían las orillas de los ríos o lagunas utilizando arpones, flechas, redes, anzuelos y trampas de pita o fibras de maguey. Su estructura familiar no exigía la monogamia, hombre y mujer podían desposarse varias veces o tener más de una pareja a la vez.

Para formalizar un enlace, sÓlo bastaba que el novio entregara algunos obsequios a la familia de la novia y con sólo aceptarlos se consideraba el compromiso finiquitado.

La paternidad le era concedida al hombre con quien estuviera desposada al momento del nacimiento.

El alumbramiento se realizaba en el campo, con la ayuda de algunas ancianas que hacían la función de comadronas. Como un control para la supervivencia y selección de la especie, los recién nacidos con deficiencias congénitas visibles eran sacrificados de inmediato.

En las tribus guerreras, donde el hombre es pieza importante para mantener la seguridad del grupo, se practicaba el infanticidio femenino. Existía la homosexualidad masculina y el matrimonio entre hombres era común. Éstos vestían como mujeres, eran impotentes, hacían oficios femeninos, tiraban con el arco y llevaban pesadas cargas.

Las creencias y ceremonias religiosas, se centraban a simples danzas, comidas, bebidas o invocaciones que plasmaron en las pinturas rupestres. Consideraban al Sol como una deidad.

Los juegos desde niños estaban dirigidos a aprender actividades para sobrevivir: Pescar, cazar, guerra, fabricar utensilios, nadar, etc.

Las prÁcticas funerarias variaban de grupo a grupo, desde una sepultura a cielo abierto cubierto con nopales, ramas espinosas o piedra bola para protección de los depredadores; inhumado en una fosa, en bultos mortuorios depositados en cuevas o la incineración de los cuerpos con la recuperación de los huesos para sus rituales.

(Resumido de “¿Dónde quedaron los Coahuiltecos?” de Horacio Domínguez Lara. 2011)

Pensamientos vacuos

Pensamientos vacuos

Cuanta más información posees, más enlaces mentales construyes, y, como consecuencia, tu memoria se hace más sólida. Tony Buzan

El pensar para muchos se ha convertido en una actividad de lujo y para otros en una actividad extrema con un alto contenido de riesgo; en definitiva todos pensamos, pero la calidad de dicho proceso mental varía en la calidad del mismo, no tiene la misma ponderación el pensamiento que puede expresar sobre física cuántica y temas relacionados Stephen William Hawkin, a los que pueda verter una persona que recién se incrustara en el estudio de dichas cuestiones. La calidad en los procesos de pensamiento varía de la misma forma en que las personas somos distintas entre nosotros.

Una parte importante de todo proceso de pensamiento es la curiosidad, misma que es necesaria para poder determinar en mayor o menor medida que es lo que se quiere saber, siempre existe algo que le interesa a cada persona y cada una de ellas piensa de manera distinta según sus procesos de pensamiento atendiendo a sus conocimientos, costumbre y creencias; no existe una forma única de pensamiento, las hay muchas y muy variadas, de la misma forma en que para resolver una problemática se pueden encontrar muchas formas de hacerlo, de la misma manera no sólo existe un camino para el proceso del pensar.

En nuestro país es muy común que a la sociedad se le esconda la información para que no piense sobre tal o cual situación, no se le niega, pero la misma es cubierta con un velo de nebulosidad y opacidad, mismo que junto a una gran cantidad de distractores que el medio ofrece generan una vaguedad que conduce a un desconocimiento de la información.

La información sobre cual o tal tema se esconde simplemente para que las personas no piensen sobre ella, a fin de que se genere una cultura gris de rumores y chismes, los ejemplos abundan en nuestra sociedad, desde el mismo Estado pasando por la Iglesia y organizaciones sociales, que si bien muchas de ellas proclaman como su bandera la transparencia y la rendición de cuentas en la práctica y en los hechos, la opacidad se señorea en sus acciones, que bajo términos legales y criterios morales esconden la información que les permita a las personas poder adquirir un juicio apegado en mayor medida a lo objetivo.

Otra estrategia muy recurrida cuando se trata de ocultar alguna situación se genera a partir de una premisa muy simple, la de saturarlas de información insignificante a las personas a fin de que se sientan agobiados de tanta información y que la situación citada les genere la falsa conciencia de encontrarse informados, entonces las personas tendrán la sensación de que están informadas, de que piensan aunque en el fondo sólo alcancen a reproducir información vana y carente de fondo.

La realidad se impone y los discursos se develan ante el crisol de la información, para muchos es mejor vivir en el engaño, la mentir y el error, para los menos, quizás unos pocos, son sabedores que la verdad los hará libres.

El autor es director del Círculo Editorial de la Fundación Trascender, A.C./Vínculo de Profesionistas. http://www.trascender.org.mx