La propuesta Slim
SEMANA LABORAL DE tres días propone el magnate Carlos Slim. Me pregunto ¿qué
sabe el señor Slim que nosotros no? He pensado hasta ahora que a México le hace
falta que sus hijos trabajemos más, que se acabe el fenómeno NINI y que nos
enfoquemos en el trabajo, “sin pajarear”, para hacer las jornadas laborales,
más eficientes y productivas.
SLIM TIEN EL“don Midas”… convierte en oro todo lo que toca. Si esto es cierto,
como se ve, ¿porqué propone trabajar menos? Esta propuesta me confunde. Dice
que en esos tres días debe aumentase el horario laboral a 11 horas.
LAS PEROSNAS QUE tienen jornadas largas, horarios extensos de trabajo, terminan
por hacer mal las cosas, siendo más propensos a equivocaciones o a tener
accidentes laborales. Mis pensamientos nuevamente difieren de los de Slim,
quizás por ello yo soy pobre y él es mucho más que rico.
UNA IDEA COMO ésta, viniendo de un exitoso empresario, del hombre que un año si
y uno no, es el más rico del mundo, es ciertamente unas bomba mediática. Luego
de Paraguay y la ONU, replicó su idea junto a la Embajadora de Israel en
México. Sabe bien lo que hace y cómo lo hace el señor Slim.
JORNADAS LABORALES DE 11 horas por tres días a la semana y un retiro por arriba
de los 70 años, a fin de dar lugar a los jóvenes de ingresar al mundo laboral.
Mi comprensión hasta ahora del esquema laboral nuevamente se violenta. Quiere
Slim que se trabaje hasta los 75 años, que las jubilaciones se prolonguen.
“TENER CUATRO DÍAS sería muy importante para generar nuevas actividades de
entretenimiento y otras formas de permanecer ocupado”. Hay que recordar que
Slim tiene 74 años, sabe bien lo que es ser viejo, experimentado y útil, pero
no sé si sabe bien lo que es ser empleado y pobre.
EN LA VIDA nos trazamos metas. Entonces calcular cuántos años nos faltan para
jubilarnos y tener planes para vivir distinto no serviría de nada. Cuando se
reformó la ley del ISSSTE nos golpeó una roca al saber que aumentaban 5 o 10
años la jubilación. Slim quiere que trabajemos menos horas en la semana pero
más años en la vida.
“PARECÌA SUGERIR QUE estos empleados de semana corta ganaran los mismo que si
trabajaran tiempo completo. Eso es lo que ocurre en Telmex, su empresa, donde
aquellos elegibles para el retiro pueden optar por trabajar una semana de
cuatro días con paga completa”. Lo dice un analista, que a diferencia mía, si
tiene muy claro lo que plantea.
MANTENER TRABAJANDO A los empleados más longevos tiene sentido para las
sociedades, especialmente aquellas que están envejeciendo y en las que menos
jóvenes deberán cargar con pensionados con mayor expectativa de vida. Podrían
preferir semanas más cortas con sueldos más bajos y ocho o nueve horas de
trabajo, en lugar de 11. Sus compañías valorarían retener su experiencia
mientras ahorran dinero de sus salarios. Tesis Slim.
MUCHOS ESTARÍAN COMPLACIDOS de tener seguros tres días de trabajo bien pagado a
la semana. Las máquinas y los servicios públicos y privados deben trabajar 24
horas, las personas merecen más tiempo para esparcimiento y la familia, para
capacitarse y mejores puestos de trabajo. Tesis Slim.
¿HABRÁ LETRAS CHIQUITAS en la propuesta?, ¿el pago de horas extras tendrá que
ver?, ¿será suficiente el poder de Slim para imponer cambios a leyes del
trabajo en todo el mundo?, ¿para dar acceso al mercado laboral a unos se
requiere sacar a otros? Las preguntas son muchas, las respuestas deben
extraerse de su propuesta, vertida en tres eventos distintos.
PROPONE REDUCIR A tres días la jornada laboral en el mundo. Trabajar 11
horas al día en lugar de ocho. Aumentar la jubilación o el retiro de los 60 a
los 75 años. Incorporar a los jóvenes al mercado laboral con mayores
oportunidades. Aprovechar la experiencia de los viejos, dándoles empleo, pero
reduciendo jornales.
CARLOS SLIM TIENE una perspectiva mundial e integral que muchos no tenemos, por
ello, quizás, el alcance de su propuesta me resulta poco viable en un país como
México. También es cierto que Slim es patrón y no obrero o empleado. Aunque lo
hubiese sido, no sé si al concebir su idea, se pusiera en esos zapatos (en esas
botas de trabajo).
EL DEJAR DE trabajar dos días agrandaría los problemas dentro de las familias
mexicanas. En muchos sitios del país más de la mitad de las familias son
disfuncionales. ¿Qué haría un padre de familia en su casa cuando le demandan
más ingreso y el estará sin empleo dos días a la semana? Haría conservas o arrancaría
un “negocito familiar”, se me ocurre.
SIN QUERER SER fatalista imagino a un segmento social que pasaría más tiempo en
las cantinas, billares o lugares de “esparcimiento”, con más tiempo para gastar
el reducido salario de su cómoda semana de tres días. Semana Slim: Tres días
trabajando y cuatro para la familia, la calle o para preparase mejor.
EL QUE LOS viejos sean útiles y así se sientan, es algo muy rescatable de la
propuesta Slim. Muchos hombres al sentirse estrobo o inútiles mueren junto con el
empleo que dejan o del que son expulsados. Quien tiene un ranchito o tierras en
Ejido, tendrá que hacer en sus años de vejez, pero quien requiere de dinero
para llevar a su casa o para mantenerse en su soledad, hoy no tiene opciones.
JÓVENES CON MAYORES oportunidades, incorporados al mercado laboral, por
supuesto que es básico en la propuesta Slim. Pero la gran asignatura es la
pertinencia: Que las empresas y las universidades se coordinen para que se
preparen a las nuevas generaciones en carreras técnicas, tecnológicas o
superiores de cualquier tipo, pero en coincidencia con la innovación y retos
del empleador. Egresados sin empleo es la constante nacional, luego las tentaciones
del “empleo fácil”.
LAS COSAS DE quien vienen, reza un dicho popular. Viniendo del señor Slim esta
propuesta, debería ser suficiente para apoyarla ciegamente, pero hay muchas
razones prácticas para juzgarla inviable. En países como México el empleo es
deficitario, el dinero no alcanza con las 40 horas semanales que prevé el contrato
colectivo, y ni con las horas extras (que podrían acabarse, si se apoya la
propuesta).
TENER UN TRABAJO estable y pagado a tiempo (no dije bien pagado), es una
fortuna laboral. Pensar en tener más de un empleo, es retar al destino. Pagar
con ese empleo colegiaturas, alimentos, transportes, salud mínima o de
urgencia, ropa mínima, pago de impuestos, y algún gusto menor ocasional, es muy
difícil. La economía de la golpeada clase media, de la cada vez más grande
clase baja y de la extensa comunidad empobrecida, son precarias y sin
expectativas.
SLIM SABE SU cuento y pujará con todo el peso de su fama, su dinero y su poder
para logar que su propuesta se convierta en la “ley Slim”. Por lo que a
nosotros toca, seguiremos resolviendo los retos del día a día, que no es poco
decir. Por mi parte, de la propuesta y sus aristas, sigo con más dudas que
certezas, ¿y usted?