sábado, 1 de noviembre de 2014

¡Lo mejor está por venir!

¡Lo mejor está por venir!
Si todos buscamos y queremos ser felices, tener armonía, paz, seguridad ¿Por qué nos empeñamos y hacemos todo lo contrario? Conozco personas que en su afán de ser felices, trabajan y trabajan pensando que el dinero es la felicidad.
No disfrutan de una puesta de sol, de la sonrisa de sus hijos, de verse a los ojos sin decir nada, de bailar, de cantar, de una tarde con amigos.
 
La vida es tan corta que no debemos desperdiciarla con cosas que no aportan un plus a nuestra existencia. Nuestras actividades cotidianas debemos realizarlas con pasión, con el corazón, con amor y por ende vendrá la felicidad.
 
Si somos felices estaremos sanos, vendrá la prosperidad, habrá armonía en nuestra existencia.
 
Debemos dejar de ser víctimas, las victimas creen que las cosas están fuera de su control, y su frase preferida: ¿Oh, porque me pasa esto? ¡Pobre de mí! La mentalidad de víctima esclaviza, es pensar que todo está fuera de control y que nada se puede hacer para cambiar las cosas.
Es culpa de nuestra madre, del padre, del maestro, del gobierno, de Dios, de la evolución.
 
Y existe una alternativa, dejar de ser esclavos y pensar positivamente, dejar de quejarnos, dejar de tenernos lastima y afrontar la realidad.
No importan los hechos de nuestra vida, sino como los interpretamos, como escogemos vivir, tenemos la opción en nuestras manos.
 
Podemos pasar la vida teniéndonos lastima y renegando de todo, sintiéndonos mal, ser limitados, ver lo que nos pasa como un regalo, como una oportunidad para mejorar, nos hará más fuertes, sin límites, sin fronteras para vivir.
 
Buscar ese regalo es la clave. Debemos amar nuestras vidas, quizá con incertidumbre, pero amar todo lo que nos rodea, así como somos, ni más ni menos.
 
El dolor es inevitable nos toca a todos, el sufrimiento es opcional.
 
Todos somos frágiles, todos tenemos fracturas, en nuestro matrimonio, en el negocio, en la salud, con los hijos, con nuestros padres, con los amigos, pero si al fracturarse, pensamos: ¿Oh, por qué a mí? ¿Por qué siempre me pasan estas cosas? Estamos eligiendo ser víctimas.
 

Tenemos la opción de pensar como vencedores, de interpretar los hechos, a nuestro favor.
 
La justicia es una ilusión, nadie tiene mejor vida que la que está viviendo, nadie tiene más o menos que los demás, nadie tiene mejor cuerpo que el que tiene o mejores padres, sólo tiene cosas diferentes y la forma en que interpreta esas diferencias.
 
La forma en que interpretemos las circunstancias, será lo que decida el futuro de nuestra vida y la vida de las personas con las que nos relacionamos.
 

Liberarnos de nuestras propias ataduras nos dará la felicidad.
 . Vivamos con pasión nuestro trabajo por modesto o importante que éste sea. 

Abrazote de oso


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