sábado, 1 de noviembre de 2014

¡La actitud hace la diferencia!

¡La actitud hace la diferencia!
Siempre, el primer día de clase, les digo a mis alumnos que todos tienen un 100 de calificación. 

Pero, que deben esforzarse por mantenerlo: Estudiando, entregando tareas, exentando exámenes parciales, participando en clase, etc.
 

Es decir en ese momento, todos tienen la misma OPORTUNIDAD.
El problema viene cuando, no estudian, no hacen equipo, no entregan tarea, no van a clases, etc.
 
Van colocándose cada quien en su lugar y obteniendo la calificación que se merecen de acuerdo al trabajo realizado durante todo el periodo de clases.
Cada parcial es un testimonio de cómo va su desempeño académico.
 

Pueden continuar estudiando y haciendo lo correcto.
Claro está que dado sus capacidades intelectuales, alguno tendrá que hacer mayor esfuerzo que el otro.
Pero al final, según su desempeño, tendrán su 100 o no.

Según la Real Academia de la Lengua, oportunidad viene del latín opportunitas y significa: Coyuntura, conveniencia de tiempo y de lugar.
 

En mi punto de vista (muy particular), creo que todos nacimos con la oportunidad de vivir una vida de 100.
 
El asunto es hacer nuestra tarea, esforzarnos por hacer las cosas bien. Cultivar nuestra mente, ser creyentes alimentarnos bien, hacer ejercicio.
 

Pensar siempre en positivo y no en negativo. Tener sentimientos positivos. No guardar rencores.
 
Perdonar a los que nos ofenden.
Porque si no lo haces se convertirá en tu peor pesadilla.
 
¡Nacimos para ser felices! ¿O crees que el ser supremo nos diseño para sufrir, engañar, ser malos e infelices? ¡La verdad yo no lo creo!
El problema es que nos pasamos la vida volteando para el lado equivocado.
 
Vemos primero lo malo, lo feo, lo grotesco, lo vulgar, antes de ver lo hermoso, armonioso o bello.
 

Cuando conocemos a una persona lo primero que decimos: ¿Viste? El pantalón que trae está horrible o ¿Te fijaste? Ni siquiera sabe hablar, etc.
 
En lugar de decir: Qué bonita, que bien habla, me da la impresión que tiene sentimientos nobles, etc.
(Es algo cultural, pero eso es otra historia)
Tener pensamientos, sentimientos o palabras negativos son sentencias, decretos o dictámenes para que las cosas no funcionen correctamente.
 
Al hacerlo se contribuye para que se deteriore un corazón, una relación, una familia, una persona o una comunidad.
Cambia esa mentalidad y haz la prueba mañana, trata de cambiar tus pensamientos negativos a positivos.

Cuando te levantes piensa: Hoy es un gran día, me va a ir excelente, todo va a estar bien.

Que nada ni nadie cambie ese precepto.
 
Ponte alerta y cambia tu actitud.
 

¡Abrazote de oso!


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