domingo, 28 de octubre de 2012

POR QUE LOS PERROS SE MUEREN PRONTO

Te has preguntado por qué los perros viven menos que las personas??? Aquí la respuesta (por un niño de 6 años).
Siendo un Veterinario, fui llamado para examinar a un Sabueso Irlandés de 10 años de edad llamado Belker. Los dueños del perro, Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro. Examine a Belker y descubrí que estaba muriendo de Cáncer. Le dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.
Hicimos los arreglos necesarios, Ron y Lisa dijeron que sería buena idea que el niño de 6 años, Shane observara el suceso. Ellos sintieron que Shane podría aprender algo de la experiencia.
Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.

El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué del lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea mas corta que la de los humanos. Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ''yo sé porqué.''

Sorprendidos, todos volteamos a mirarlo. Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación más reconfortante que ésta. Este momento cambio mi forma de ver la vida. El dijo:

''la gente viene al mundo para poder aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, verdad?''.''Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros.''

La moraleja es :
Si un perro fuera tu maestro, aprenderías:

- Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

- Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.

- Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro Éxtasis.

- Toma siestas.

- Estírate antes de levantarte.

- Corre, brinca y juega a diario.

- Mejora tu atención y deja que la gente te toque.

- Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.

- En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas.

- Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.

- Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.

- Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.

- Sé leal.

- Nunca pretendas ser algo que no eres.

- Si lo que quieres está enterrado, escarba hasta que lo encuentres.

- Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí.

"La felicidad no es una meta sino un camino...disfrútala mientras la recorres"
"Mas vale perder el tiempo con los amigos....Que perder amigos con el tiempo....Por éste dulce motivo, pierdo el tiempo contigo.... Porque NO quiero perderte con el tiempo".... guau!!!

ANIMO....A MOVER LA COLITA!!!!

Saludos....

jueves, 11 de octubre de 2012

Enemigos de los sueños

En el fondo, todos tenemos ideales, sueños de lo que nos gustaría ser, hacer, tener... nos ilusiona pensar en nuestras metas. Pero cuando pasan meses o años con pocos avances, o muy pocos y muy esporádicos, nos desalentamos. ¿Por qué hay ciertas metas que no logramos cumplir? Revisemos algunos de los enemigos más comunes que nos separan de nuestros sueños.
Miedo al qué dirán los demás. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una idea que realmente te emocionó. Quizá fue la idea de lanzar o ser parte de alguna iniciativa o grupo interesante, retomar un pasatiempo, regresar a la escuela, o emprender una nueva vocación. Sin embargo después de entusiasmarte unos momentos, te desanimas al pensar: ¿pero qué pensarán de mí? Aunque es importante vivir con estándares de cortesía y respeto, esto no incluye obtener el visto bueno para cada idea que tú tengas. No es necesario agradar a todo mundo siempre. Guy Kawasaki, escritor y filósofo empresarial, afirma que si lo que haces no molesta a una que otra persona, es porque no estás siendo lo suficientemente atrevido. El punto es que demasiadas ideas buenas, incluso nobles, de servicio desinteresado al prójimo, se quedan sólo como ideas por temor a lo que piensen terceros. Decídete a cruzar esta barrera.
Miedo al fracaso. El fijar metas implica al menos dos riesgos: desilusión y “quedar mal”. Por eso tendemos a “pecar” fijando metas muy bajas; fallar con una meta muy grande implicaría ser objeto de burla. Es otra forma de miedo al qué dirán. “¿Quién se cree que es?, ¿quién le dijo que podía ser o hacer x o y cosa?, ¿quién le dio permiso?, ¿cómo creyó que sería capaz de…?”.
Los expertos de Desarrolla el Cambio afirman que “tenemos miedo de fijarnos metas porque nadie quiere ser un perdedor. Si nos proponemos algo y no lo cumplimos, por la razón que fuera, nos arriesgamos a hacer el ridículo, nos exponemos a la humillación”.
La realidad es que nadie que ha logrado algo verdaderamente valioso se conformó con metas bajas o mediocres. Le tiraron a las estrellas, aunque sólo le dieran a la Luna. Un problema de establecer metas conformistas es que una vez que las cumples te puedes desilusionar pensando: “¿y ahora qué?”.
La clave está entonces en establecer metas que no sean ni imposibles ni muy fáciles, sino que representen un reto. La satisfacción ocurre cuando las personas están absortas en actividades que causan que se olviden de sí mismos, en las que se pierde la noción del tiempo y dejan de preocuparse.
Es un concepto que el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, describió como flujo. Una vida de muchas actividades que produzcan flujo muy probablemente conlleva a una vida de gran satisfacción.
En el fondo, todos tenemos ideales, sueños de lo que nos gustaría ser, hacer, tener... nos ilusiona pensar en nuestras metas. Pero cuando pasan meses o años con pocos avances, o muy pocos y muy esporádicos, nos desalentamos. ¿Por qué hay ciertas metas que no logramos cumplir?
El qué dirán los demás y el miedo al fracaso son dos de los enemigos más comunes. Revisemos otros obstáculos que nos separan de nuestros sueños (continúa de ayer...)
El poder de la costumbre. Los hábitos son como una locomotora de 150 toneladas en movimiento... intenta frenarla y moverla en dirección opuesta. Sabemos que no es fácil dejar un vicio o mala costumbre, incluso si racionalmente entendemos el daño que nos estamos haciendo. El problema es que a nivel cerebral, a fuerza de repetición hemos creado caminos neuronales que se han convertido en la vía de menor resistencia, en el camino más transitado para nuestro cerebro. Este es un hecho fisiológico documentado científicamente. Es nuestra “zona cómoda”.
El estrés se presenta cuando salimos de dicha zona, al pensar, decir o hacer algo que no corresponde con nuestras costumbres. El reto y la solución para cambiar consisten en, paulatinamente, forzarnos a “estirarnos” intencionalmente.
En otras palabras, se trata de hacer el esfuerzo consciente de elegir nuevas acciones, que con el paso del tiempo, se conviertan en hábito. La buena noticia es que nuestro cerebro es “plástico”; el cerebro es considerado un órgano extremadamente dinámico. La neuroplasticidad es una propiedad bien documentada que en pocas palabras nos dice que sí somos capaces de cambiar.
Apatía. El desinterés en la vida, en los proyectos, en uno mismo y en otras personas puede fácilmente llevar a la depresión y/o a la pérdida de voluntad de vida. Es una condición peligrosa si no se trabaja activamente en ella. Es un enemigo acérrimo de los sueños porque puede acabar convenciendo que no hay nada valioso por qué luchar. Si sientes que poco o nada te interesa, hay que despertar y sacudir la conciencia... es hora de “moverse uno mismo el tapete”. Busca activamente nuevos intereses o revive pasatiempos, amistades y/o vocaciones que reaviven la llama de la entrega y dedicación hacia algo, cualquier cosa que te entusiasme.
Finalmente, para ser amigos de nuestros propios sueños, es importante buscar una red de apoyo. Puede ser en tu colonia, iglesia, egresados de tu escuela, y en comunidades en Internet, entre otras muchas. Al encontrar personas que comparten tu entusiasmo, y te apoyan, te sentirás con más energía para realizar tus sueños. Busca quien crea en ti, sin embargo recuerda que finalmente la persona que otorga la autorización, quien “da permiso” eres tú mismo(a). Los demás, aunque bien intencionados, estarán en posición de creer en ti, sólo si tú crees en tus sueños.

Congruencia al pensar y sentir

Uno de los poderes del ser humano es el de la persuasión. ¿Pero qué hace que una persona sea persuasiva y que otra simplemente no tenga ese “ángel”?
La persuasión es una forma de influencia social. Es el proceso de guiar a una o más personas hacia la adopción de una idea, actitud o acción por medios racionales y simbólicos, aunque no siempre lógicos. Es una estrategia para resolver problemas utilizando el “appeal” en lugar de la fuerza. En otras palabras, dado que se asocia más a un proceso subjetivo, en lugar de ser netamente objetivo, la persuasión está más relacionada con la seducción que con el ejercicio lógico.

Roberto Cialdini, conocido psicólogo y autor de importantes libros sobre el tema de la persuasión, actualmente profesor de psicología de la Universidad del Estado de Arizona, EEUU, define seis “armas de influencia’’:

* Reciprocidad. Las personas tienden a devolver favores. Esto explica lo comunes que son las muestras gratis en mercadotecnia. En sus conferencias, Cialdini usa frecuentemente el ejemplo de Etiopía dando miles de dólares de ayuda humanitaria a México tras el terremoto de 1985, retornando favores históricos (hace más de 40 años México había ayudado a Etiopía).

* Compromiso y consistencia. Las personas que hacen un compromiso para lograr algún objetivo, tienden a honrar ese objetivo más frecuentemente. Sin embargo, si la motivación para el compromiso inicial se elimina, las personas tienden a mantener el objetivo. Por ejemplo, en ventas de carros, aumentar el valor de precio súbitamente al final funciona, ya que el comprador ya ha decidido hacer la compra.

* Prueba social. Las personas tienden a replicar comportamientos que ven en otras personas. Por ejemplo, en un experimento, una o más personas comienzan a mirar hacia el cielo, y terminan estimulando a transeúntes a mirar al cielo también.
* Autoridad. Tendencia a obedecer figuras de autoridad, incluso si éstas realizan actos objetables.
* Gusto. La atracción física influye positivamente en el ejercicio de persuasión. Si una persona que resulta agradable para el público presenta una idea, es más factible que dicha idea sea aceptaba que si el presentador tiene un aspecto que para el público resulta desagradable, desaliñado y en general poco atractivo.

* Escasez. La percepción de escasez genera demanda. Explica el uso de ofertas “por tiempo limitado” y su efecto positivo en ventas.
Con esto dicho, hay que recordar que la persuasión más eficiente, la que mejor funciona, es la que se hace de forma genuina, es decir, la que se sale del corazón.

Mejorando el pensamiento crítico

El Centro de Pensamiento Crítico y Crítica Moral y la Fundación para el Pensamiento Crítico, son organizaciones educativas hermanas sin fines de lucro, que trabajan en estrecha colaboración para promover un cambio fundamental en la educación y la sociedad a través del cultivo del pensamiento crítico imparcial.
Afirman que el pensamiento crítico es esencial si queremos llegar a la raíz de nuestros problemas y encontrar soluciones razonables. “Después de todo, la calidad de todo lo que hacemos está determinado por la calidad de nuestro pensamiento”, aseguran Linda Elder, de la Fundación para Pensamiento Crítico y Richard Paul, del Centro para Pensamiento Crítico. En su guía “El Arte de Formular Preguntas Esenciales”, comparten 8 estrategias para pensar críticamente:

1. Cuestionar metas y propósitos. Todo pensamiento refleja una agenda o propósito. Presume que usted no comprende del todo el pensar de una persona (incluyendo el propio) hasta entender la agenda detrás de todo. Las preguntas que enfoca en el propósito del pensar incluyen: ¿Qué tratamos de lograr aquí? ¿Cuál es nuestra meta o tarea principal en esta línea de pensamiento? ¿Cuál es el propósito de esta reunión, capítulo, relación, política, ley?, entre otras.
2. Cuestionar las preguntas. Todo pensamiento responde a una pregunta. Presuma que usted no comprende del todo una idea hasta que entienda la pregunta de donde salió. Las preguntas que enfocan preguntas sobre el pensar incluyen: No estoy seguro sobre exactamente qué pregunta usted hace. ¿Puede explicarla? ¿Debemos hacer la pregunta (problema, asunto) de esta manera... o de ésta..? Desde un punto de vista conservador, la pregunta es...
3. Cuestionar la información, los datos, y la experiencia. Todos los pensamientos presuponen una base de información. Presuma que usted no comprende del todo el pensamiento hasta que comprenda la información de trasfondo (hechos, datos, experiencias) que la apoya o la informa. Las preguntas que enfocan en la información del pensar incluyen: ¿En qué información usted basa su comentario? ¿Qué experiencia le convenció sobre esto? ¿Cómo sabemos que esta información es precisa? ¿Cómo la podemos verificar?
4. Cuestionar inferencias y conclusiones. Todo el pensamiento requiere trazar inferencias, llegar a conclusiones, crear el significado. Presuma que usted no comprende del todo un pensamiento hasta que comprenda las inferencias que lo han formado. Las preguntas que enfocan en las inferencias incluyen: ¿Cómo usted llegó a esa conclusión? ¿Puede explicar su razonamiento? ¿Existe una conclusión alterna que sea posible? Dado los hechos, ¿cuál es la mejor conclusión posible?
5. Cuestionar conceptos e ideas. Todo pensamiento conlleva la aplicación de conceptos. Presuma que usted no comprende del todo un pensamiento hasta que comprenda los conceptos que lo definen y le dan forma. Las preguntas que enfocan en los conceptos del pensamiento incluyen: ¿Cuál es la idea central que usas en tu razonamiento? ¿Estamos usando el concepto apropiado o necesitamos reconceptualizar el problema? ¿Necesitamos más hechos o necesitamos repensar cómo calificamos los hechos? ¿Nuestra pregunta es legal, teológica o ética?


6. Cuestionar suposiciones. Todo pensamiento recae en las suposiciones. Presuma que usted no comprende del todo un pensamiento hasta que comprenda lo que da por hecho. Las preguntas que enfocan las suposiciones incluyen: ¿Exactamente qué da por hecho aquí? ¿Por qué presume eso? Por otro lado, ¿no debemos presumir...? ¿Qué suposiciones sustentan nuestro punto de vista? ¿Qué presunciones alternas podemos formar?
7. Cuestionar implicaciones y consecuencias. Todo el pensamiento va dirigido hacia una dirección. No tan sólo comienza en un lugar (en las suposiciones), sino que también va hacia un lugar (tiene implicaciones y consecuencias). Presuma que usted no comprende del todo un pensamiento hasta que comprenda las implicaciones y consecuencias más importantes que le siguen. Las preguntas que enfocan en las implicaciones del pensamiento incluyen: ¿Qué implica usted cuando dice...? Si hacemos esto, ¿probablemente qué ocurra como resultado? ¿Implica usted que...? ¿Ha considerado las implicaciones de esta política o práctica?
8. Cuestionar puntos de vista y perspectivas. Todo pensamiento toma lugar dentro de un punto de vista o un marco de referencia. Presuma que usted no comprende del todo un pensamiento hasta que comprenda el punto de vista o marco de referencia que lo coloca en un mapa intelectual. Las preguntas que enfocan en el punto de vista en el pensar incluyen: ¿Desde qué punto de vista miramos esto? ¿Existe otro punto de vista que debemos considerar? ¿Cuál de estos puntos de vista tiene más sentido dada la situación?

Sin temer la libertad

Miriam Subirana es una artista excepcional. Más allá de ser doctora, formada en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, es una artista que ve hacia adentro del ser. Autora de los libros “Vivir en Libertad” y “Atreverse a Vivir”, Subirana coordina numerosos programas, proyectos, seminarios y retiros que tienen por objetivo ayudar a la persona a conocerse, a reencontrar la identidad y disfrutar de una vida más plena. En el artículo “No tengamos miedo a la libertad”, comparte sus reflexiones sobre lo que significa ser verdaderamente libres:
Hay gente que para no arriesgarse al fracaso, al rechazo, a la soledad, intenta acoplarse al grupo, agradar y quedar siempre bien. No es así como nos sentiremos fuertes y tranquilos. “La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo” (Buda).
En todos los ámbitos de la vida tenemos la libertad de utilizar nuestro inmenso poder creativo. La capacidad de escoger qué pensamos y qué sentimos en cada momento y cómo respondemos en cada situación es nuestra fuerza y nuestra libertad. Sin embargo, las creencias nos limitan, el pasado nos condiciona y los miedos nos impiden vivir nuestros sueños.
A lo largo de la historia, la libertad ha sido uno de los valores que el ser humano más se ha afanado en reivindicar. Hemos provocado revoluciones y rebeliones contra la opresión. A pesar de las conquistas, la experiencia de miedo, dolor y soledad ha aumentado. No hemos sabido utilizar la libertad para fortalecernos emocional, mental y espiritualmente. Tenemos hábitos que nos privan de libertad y eludimos afrontar nuestras sombras. Para algunos, la soledad es la huida; para otros, la distracción es estar siempre con alguien.
A veces nos sentimos atrapados en unas relaciones que nos asfixian. Queremos huir y quedarnos al mismo tiempo. Nos sentimos incomprendidos y nos invaden las preocupaciones. Otras veces nos parece que debemos someternos a los deseos de los demás para complacerles. Todo ello nos oprime.
Al sentirnos amenazados por la presencia del otro, llegamos a renunciar a nuestra integridad individual bajo la influencia de los demás y de la sociedad. Buscamos seguridad y dejamos de ser nosotros mismos, adoptando una personalidad que sigue las pautas culturales y sociales. De esta manera desaparece la discrepancia entre el yo y el mundo, y con ella el miedo a la soledad y la impotencia.
Ser nosotros mismos y diferentes de los demás conlleva el riesgo de sentirnos solos. El miedo nos domina. Seguir las pautas sociales, culturales, religiosas o políticas parece ofrecernos más seguridad y alimenta nuestro sentido de pertenencia, al sentir que formamos parte de un grupo, ya sea la familia, un equipo, un partido político o una comunidad.
Así nos disponemos a someternos a nuevas autoridades capaces de ofrecernos seguridad y aliviar nuestra duda. Esa actitud alimenta la dependencia y la pérdida de libertad.
  El caso de Juana es típico. Juana teme la soledad. Siempre intenta agradar y quedar bien. Para no arriesgarse al rechazo, siempre está de acuerdo con los demás. Así se siente aceptada y que forma parte del grupo. Renuncia a ser ella misma por temor a la soledad. Cede su poder a los demás y se convierte en una marioneta que permite que la moldeen según lo que quieren de ella. Vive de fuera adentro, es decir, lo de fuera determina cómo está por dentro.
A veces, el precio por no permitirse el riesgo a ser diferente y a ser tú mismo resulta muy alto. Así estás alejando la felicidad de tu vida. En Europa, cada vez son más las personas que viven solas por elección personal. Quizá la elección de vivir solo viene después de experimentar angustia y decepción en la convivencia. Quizá es la búsqueda de libertad y tranquilidad la que lleva a tomar esta elección.Prevalece el deseo sobre el compromiso, y al más mínimo indicio de insatisfacción cambiamos de pareja, cambiamos de situación o de lugar. Nos es más cómoda la soledad, porque encontramos demasiadas complicaciones en la convivencia.
“La responsabilidad es una cara de la moneda, la otra es la libertad. Si no quieres responsabilidad, no tendrás libertad, y sin libertad no existe el crecimiento” (Osho).

Vivimos en la contradicción de querer estar juntos y separados, de querer una pareja estable y a la vez utilizarla y desecharla después. Mantenemos relaciones dependientes y a la vez buscamos espacios de libertad. Por ese motivo, muchas relaciones son uniones y separaciones transitorias. El amor llega a considerarse una conexión más que una comunicación o un vínculo. Las parejas se convierten en otro objeto de consumo. Aunque estemos juntos, nos sentimos desunidos. Las actitudes de comparación, celos, rabia, analfabetismo emocional, “yo, yo, yo”, nos separan. El ego nos distancia del otro. En la convivencia nos damos cuenta de que nuestros egos colisionan y culpan. Los egos controlan, dominan e irritan. Constantemente desean y están insatisfechos. Nos cuesta asumir la responsabilidad de nuestra propia vida. Nos es más fácil culpar al otro de cómo estamos. Cuando estamos irritados, pensamos que es porque alguien actúa de cierta forma; estamos de mal humor por el tiempo que hace, porque la casa tiene una grieta en el techo, porque el coche no arranca...
  Así estamos siempre quejándonos y frustrados. Pero ¿quiénes son responsables de esa frustración? ¿El coche, el pintor, la casa, el suelo? ¿O somos nosotros los responsables? Asumir plenamente nuestra responsabilidad: ese es el camino hacia la libertad. “En no aferrarse radica la decisión de fluir libremente” (Anthony de Mello)
El miedo, la ira y la tristeza se originan en los hábitos de aferrarse, apegarse y depender. Con ellos, nuestro corazón pierde libertad. La presión que generan estos estados emocionales y la ausencia de libertad nos provocan sufrimiento. Estamos tan acostumbrados a estas formas de sufrir que llegamos a creer que son naturales. Es posible dejar de sufrir estas perturbaciones emocionales si recuperamos nuestro poder interior.
Con el fortalecimiento mental, emocional y espiritual podemos avanzar hacia la libertad asumiendo nuestra soberanía personal y estableciendo espontáneamente nuestra conexión con el mundo en el amor y el trabajo, en la expresión genuina de nuestras facultades emocionales, sensitivas e intelectuales. De este modo nos unimos con los demás, con la naturaleza y con nosotros mismos, sin despojarnos de la integridad e independencia de nuestro yo individual y único.
El verdadero poder interior lo desarrollan quienes conviven y trabajan juntos, no quienes se alejan de los demás. Por los demás hacemos cosas que no haríamos por nosotros mismos. Al relacionarnos ampliamos nuestros límites mentales y agrandamos nuestro corazón.

Al convivir practicamos nuestras cualidades y poderes internos: tolerancia, capacidad para adaptarnos, escuchar, comprender, amoldarnos, perdonar, comunicar, fluir, discernir… Y así aprendemos a ser.
El mensaje de Miriam Subirana nos recuerda la sabiduría milenaria: “cuando tú cambias el mundo cambia”. Si quiero algo más en mi vida, la pregunta es ¿cómo yo puedo serlo primero? Subirana nos recuerda que la clave está en cambiar de víctimas a cocreadores de nuestra realidad.

La libertad no es un regalo que alguien más nos puede conceder. Por el contrario, la libertad es un estado de la mente y el ser, donde dejamos de lado todo lo que no funciona, las excusas, el miedo, y cualquier otra barrera, para buscar la realización plena.

Soñando despiertos

El chileno Roberto Cabrera Olea se autodefine como “diseñador gráfico, maestro de reiki y terapeuta, escritor y profesor de meditación y ‘mago cósmico’”. Es creador de “Automaestría”, filosofía que invita al participante a “encontrar las propias respuestas para crear una propia forma de vida”.
En su escrito “Soñar Despierto”, el oriundo de Valparaíso, Chile, nos comparte reflexiones sobre el grado de conciencia colectivo y sus repercusiones en la humanidad:
“La conciencia colectiva de la humanidad aún se sostiene en el miedo y la sobrevivencia. Y esa energía nos rodea y se permea en nuestra piel si no somos conscientes de lo que queremos vivir y de que somos capaces de crearlo nosotros mismos.
“Esta energía nos dice que no seamos espontáneos, que seamos ‘buenos’ a partir de valores que fomentan el juicio hacia quienes se atreven a ser lo que son, y moverse en libertad. Es una energía que intenta quedarse en nuestra sangre para que nos siga pareciendo normal su presencia adormecedora.
“Es la energía que cree en lo negativo de las personas y por eso se esmera en que saquemos lo ‘positivo’, instalándonos en la idea de que siempre tenemos que ser algo distinto a lo que somos en verdad.

“‘En algún momento seremos mejores de lo que somos ahora’; esta afirmación no nos permite vivir nuestro presente, nuestro ahora, en tranquilidad, aceptación y amor por nosotros mismos, y es de esa forma que esta conciencia colectiva somete nuestro propio empoderamiento.

“Pero es necesario al mismo tiempo, comprender que somos nosotros quienes creamos esa conciencia al aceptarla como válida, por lo tanto somos nosotros quienes podemos transformarla, pero primero hay que reconocerla, abrazarla, agradecerle y permitir que se vaya. Si luchamos contra ella, otorgándole un valor negativo, estaremos en el mismo juego de creer que como estamos viviendo hoy ‘no está bien’.

“Esta energía que se resiste a partir no permite el sueño, no lo fomenta, es más, lo destruye en lógicas tales como: ¿para qué transformar mis creencias si así estoy bien? ¿Para qué creer en un sueño si el mundo está tan mal? ¡No será posible! etcétera, porque pretender crear un sueño en la vida cotidiana requiere responsabilidad, hacerse cargo de las decisiones que se toman y dejar de culpar a los demás de la propias circunstancias de vida…, y eso, por ahora, pocas personas están dispuestas a hacerlo.

“Esa conciencia adormecedora no es algo externo y ajeno a nosotros mismos, se nos pega porque nosotros lo queremos así, porque nos sirve para no tomar las riendas de nuestras vidas. Es por eso que necesitamos saber qué queremos vivir en verdad, si felicidad o penas”.

“Si pretendemos crear un sueño despierto en nuestras vidas para que se manifieste en el mundo y todos vivamos en una conciencia de amor, es necesario entonces optar conscientemente. Reconocer con honestidad qué es lo queremos, a qué le creemos más, y entregarnos a ello con atención y confianza.


“Y no se trata de andar rígidos pensando siempre en no caer en el miedo o el ‘desempoderamiento’, sino todo lo contrario. Respirar, aceptar con amor nuestras circunstancias, soltar nuestros cuerpos y permitir que la energía universal fluya en su inteligencia y cocree con nosotros los más íntimos deseos de amor.
“En definitiva se trata de entregarnos nosotros mismos ese amor que buscamos afuera. Energía de Amor, esa es la clave, eso creará algo nuevo, y este ‘algo nuevo’ parte de lo más pequeño, de cualquier cosa, de lo que aún creemos que es insuficiente porque pensamos que en sí misma una transformación es algo grande e inalcanzable.
“Creo necesario que entendamos que lo que transformará nuestra conciencia no es aquello que creemos sino la energía de creación per se. Por lo tanto, lo que movilizamos al hacer cualquier cosa nueva en nuestra vidas, no es el producto sino la intención creadora que no es más que la conciencia de sabernos creadores y magos, en libertad y lejos de la peor esclavitud: creer que no somos capaces de crear.
“Crear un sueño en nuestros corazones, crear una nueva combinación en una receta de comida, crear nuevas formas de levantarnos en la mañana, crear nuevas formas de saludar a la gente, nuevas formas de hablar, permitirnos creer que hay infinitas formas de entender tal o cual experiencia, etcétera, dejar los hábitos añejos y atrevernos a ser hombres y mujeres nuevos a cada instante.
“El temor surge cuando creemos ver en los ojos de los demás el juicio a nuestro cambio. Nosotros no nos permitimos ser nuevos humanos porque no queremos recibir el rechazo de los demás. No queremos escuchar, por ejemplo: ¡qué raro está fulanito de tal! ¡ya no es el mismo! Porque con esas sentencias se suma el hecho de dejar de recibir la aprobación de los demás, porque aún creemos que dicha aprobación es el sustento del amor.

‘Burlando’ la genética

La creencia común es que la genética es información “muerta” que se transmite de generación en generación, sin mucho qué hacer por parte de padres o hijos. Sin embargo, hay estudios muy reveladores en la Universidad de McGill en Montreal.
Se está demostrando que los cambios que incorporamos a nuestro comportamiento a base de cultivar lo mejor de nosotros mismos se transmiten a las generaciones futuras igual que ocurre con el color de los ojos o de la piel. La ciencia lo ha constatado con animales de laboratorio, relata la investigadora Angela Boto.
Los trabajos de Michael Meaney de la McGill Universitiy en Montreal (Canadá) han demostrado que ciertas ratas nacidas de madres poco amorosas repetían el comportamiento de sus progenitoras con sus propias crías.
Sin embargo, cuando las hijas de las descuidadas madres eran criadas por otras cariñosas y solícitas dejaban de lado la genética y se volvían como sus progenitoras adoptivas, reporta Boto.
En la siguiente generación, aquellas que estaban abocadas por sus genes a no ocuparse de sus críos dieron un cambio radical, llevando a su descendencia por un camino muy distinto. Si algo así se puede lograr con sólo el instinto animal, imaginemos hasta dónde se puede llegar con la voluntad consciente.
Por otro lado, la investigadora relata que Jeffrey Schwartz, neuropsiquiatra de la Universidad de California en Los Ángeles, realizó un experimento con personas que padecían trastorno obsesivo-compulsivo, la patología de aquel personaje de Jack Nicholson en el que no dejaba de lavarse las manos y cada vez estrenaba una pastilla de jabón.
Schwartz, quiso comprobar el potencial terapéutico de la meditación consciente, observando lo que ocurre en el interior sin juzgar, enseñó a sus pacientes a separarse de su enfermedad; a observar los síntomas con la parte más lúcida de ellos mismos reconociendo que sólo eran manifestaciones de su trastorno, recuenta Boto.
Con sólo una semana de estos ejercicios los pacientes afirmaran que sentían que la enfermedad los soltaba. Pero lo más extraordinario y sorprendente para los científicos, dice Boto, fue que las pruebas de imagen cerebral demostraban que sus redes neuronales habían cambiado.

La simple “gimnasia” mental había reducido la actividad en los circuitos cerebrales que causan la enfermedad. Se han obtenido resultados similares en casos de depresión.
Lo importante, apunta la investigadora, es que hace falta sentirse mal para comenzar a entrenar la mente y modificar nuestras vivencias. Se parte de la premisa que al modificar el interior, el exterior cambia como consecuencia.

Para mantenerse profesionalmente inspirados

¿Cómo mantener la inspiración en el ámbito profesional? Darren Rowse, el emprendedor detrás de ProBlogger, comparte siete consejos para mantenerse inspirados en el ámbito de la escritura, que resultan ser válidos también para el ámbito profesional en general. Veamos:

1 Escribir para uno mismo. Una de las mayores lecciones a la que apunta Rowse es escribir sobre las cosas que te interesan e inspiran. Relata que ha iniciado múltiples blogs con la esperanza de lograr un gran número de lectores y recompensas económicas, pero sin un interés real en los temas. “Dichos blogs están muertos ahora”, confiesa Darren Rowse. Sin embargo, su blog principal, ProBlogger, sigue vivo porque es lo que el autor quería leer, pero que nadie estaba escribiendo. “Yo estaba escribiendo tanto para mí como cualquier otra persona por lo que incluso cuando nadie más lo estaba leyendo por lo menos yo estaba aprendiendo algo”. La lección aplica ampliamente al campo profesional: los mayores éxitos vienen al dedicarte a un campo profesional que de alguna forma te entusiasma. Cuando la motivación es sólo económica podemos hacer un buen trabajo, pero la permanencia y la entrega a un tema no necesariamente será la misma. La clave entonces es identificar qué te entusiasma y buscar un trabajo (o crearlo) en un área que genuinamente te interese. ¿Cuáles son tus intereses? ¿Qué productos o servicios te apasionan? ¿Qué le hace falta al mundo que a ti te encantaría suplir?


2 Celebra las victorias pequeñas. “A menudo como bloggers te distraes en las historias de grandes bloggers con grandes hazañas, lanzamientos masivos de productos, millones de lectores, un montón de comentarios, menciones en medios de comunicación, el reconocimiento y los premios.... Si bien es muy bueno que grandes blogs están logrando cosas tan grandes, a veces como un blogger más pequeños de su propia experiencia puede parecer muy pequeña en comparación. Las grandes ganancias de los blogs de otros pueden ser muy inspiradoras, pero también lo deben a sus propias pequeñas victorias. De hecho, las pequeñas victorias que tiene se pueden aprovechar para ayudarle a crear el impulso para hacer crecer su blog”. Este es un punto clave, porque en el camino al éxito, parece inevitable compararte con aquel compañero que ha logrado un éxito espectacular. Esto no puede sólo crear una frustración innecesaria, sino que te lleva a pensar que los logros de aquella persona son tan grandes que resultan inalcanzables. Te confesaré algo: tú hoy estás en un lugar que ciertas personas ya admiran... tú para ellos eres el “gigante”. Sigue trabajando con ahínco, pero celebra tus victorias, porque esto es el combustible motivacional que te anima a no darte por vencido.

3. Emociónate, sobre otra cosa. “¿Qué es lo que te anima e inspira fuera del mundo de los blogs?”, cuestiona Rowse. “Cuando miro a mi propio nivel de inspiración para los blogs, he notado que a menudo cuando me siento inspirado sobre algún otro aspecto de mi vida, mi energía para los blogs también puede aumentar. Para mí, esto a menudo sale de la lectura de un libro sobre algún tema no relacionado, o viendo una película o documental, o tener una gran conversación, o hacer algo con mi familia que me emociona. Todos se emocionan por cosas diferentes, pero consíguete algo, en otra área de tu vida, que te ponga en un marco positivo y que pueda impactar en tu escritura”.

No somos seres unidimensionales, por lo que es fundamental nutrirse de diversas áreas. Puede ser el deporte, la espiritualidad, las amistades, la familia, pasatiempos de cualquier índole, o aficiones al nivel amateur que te motiven a crecer y aprender. Lo importante es recordar que los distintos aspectos de la vida no son compartimentos sellados. Más bien son vasos comunicantes, por lo que el nivel de uno incide directamente en el resto. Al emocionarte en otra área de tu vida influyes positivamente en tu vida laboral.

4. Tómate un descanso. Cuenta Darren Rowse que les preguntó a sus seguidores en Twitter qué es lo que los inspira para sus blogs. La respuesta más común fue “tomar un descanso”. Incluso un breve descanso en la mitad del día puede ayudar a volver a la tarea de los blogs refrescado, dice el autor de Problogger. Tomar descansos regulares más largos (fines de semana libres y vacaciones más largas) también puede ayudar.

El síndrome de Burnout es un síndrome de desgaste profesional que se desarrolla de forma progresiva. El primer indicio es el estrés; el sujeto se ve desbordado por el trabajo. Más tarde, aparecen síntomas como tensión, fatiga, irritabilidad y nerviosismo para terminar con trastornos conductuales y de relación en el ámbito laboral y familiar. Y aunque todas las personas están expuestas a los factores que favorecen su aparición, sólo las más vulnerables desarrollan el síndrome. Por eso, tomar un descanso, a veces de minutos u horas puede ser un remedio para no caer en círculos viciosos de trabajo, que en lugar de fomentar la creatividad, acotan considerablemente la productividad.

5. Involucre a otros. Hay algo muy poderoso y motivante al intercambiar ideas con los demás, hacerse corresponsable y colaborar con otras personas, dice Rowse. Aconseja escribir con un compañero de blog o crear alianzas con otros sitios. Una de las vías más cortas para el fracaso es viajar solo, sin equipo, sin apoyos. El trabajo en equipo es eficiente y es una manera de crecer personal y profesionalmente con otros. Culturalmente se nos ha complicado crear equipos porque pensamos que es preferible hacer las cosas uno mismo y no tener que confiar en los demás. El problema es que se desaprovecha una oportunidad clave para avanzar sinérgicamente, creando una “liga de apoyo”, un núcleo que se apoye mutuamente, ya sea como empresarios, hacia dentro de una empresa o como profesionistas vinculados por algún otro lazo. El tener “compañeros” y fomentar las alianzas resulta ser inspirador porque te sabes acompañado; ante un reto, recuerdas que tienes una red lista para apoyarte.

6. Iniciar un proyecto de contenido. Afirma Rowse que “a menudo estoy más inspirado cuando comienzo algo nuevo. El problema con esto es la tentación a iniciar frecuentemente un nuevo blog que realmente no ayuda a consolidar el existente. En lugar de comenzar un nuevo blog, recomiendo iniciar algún tipo de proyecto, con contenido nuevo para tu blog actual. Esto podría ser cualquier desde un concurso, un informe o un libro electrónico para tus lectores. Lo bueno de hacer esto es que no sólo te dinamiza, también estás haciendo algo que podría traer nuevos lectores a tu blog y que serán útiles para los lectores actuales”.El iniciar algo, cualquier cosa, es generalmente una fuente de inspiración, que entusiasma. Sin embargo, puede existir un problema al iniciar demasiadas cosas nuevas al mismo tiempo, o de manera muy frecuente: no consolidas; no dejas que el proyecte madure y te brinde sus frutos. En lugar de abandonar un negocio, la solución podría ser iniciar nuevas propuestas, directamente relacionadas con tu negocio, nuevas promociones, nuevos estilos, colores, sabores. En otras palabras, atreverse a innovar con nuevas ideas y contenidos.
7. Comenzar un proyecto de aprendizaje. Rowse recomienda enfocarse en algún nicho del “blogging” y aprender más al respecto, con miras a expandir el conocimiento en algún área más específica.

¿En qué tema específico o subnicho te gustaría especializarte? ¿Qué área del conocimiento te resulta atractiva? Al comenzar tu propio proyecto de aprendizaje, no sólo te puedes convertir muy rápidamente en experto en un área particular, sino que renuevas tu entusiasmo vocacional.

Sistemas nervioso, endócrino e inmune

La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) estudia la interrelación de los sistemas nervioso, endócrino e inmune y las intermodulaciones con los demás órganos y sistemas del organismo. Esta compleja red que da vida al ser humano se encuentra en una permanente intermodulación con su entorno físico, su entorno ambiental y su entorno sociocultural.
Para comprender al individuo y lo que le acontece es imprescindible la integración de las dimensiones biológica, cognitiva, psicoemocional, socioecológica y trascendental, afirma la profesora Margarita Dubourdieu, de la Universidad Católica del Uruguay.

La influencia del pensamiento cartesiano ha llevado durante largo tiempo a considerar en forma separada los distintos sistemas del organismo como compartimentos independientes. Pero la observación en la clínica y numerosas investigaciones científicas han demostrado la simultaneidad del acontecer psique-soma.
De acuerdo con un boletín de la Sociedad Uruguaya de PNIE, George Solomon y Moos en 1964 acuñaron el término Psicoinmunología y posteriormente Robert Ader en la Universidad de Rochester (1974), demostró la posibilidad de poder influir en el sistema inmune desde el sistema nervioso mediante abordajes psicológicos.
Se ha podido confirmar la existencia de receptores neuroquímicos en el sistema inmune para neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas. Otro tanto ocurre en los sistemas nervioso y endócrino para mensajes provenientes de los otros sistemas. No se puede comprender el funcionamiento de un sistema sin considerar las influencias provenientes de los otros sistemas, afirman los especialistas.
Se ha demostrado, por ejemplo, que los estados crónicos de tensión, tristeza, ansiedad, depresión, angustia y desesperanza, producen respuestas de estrés, con repercusiones inhibitorias en el sistema inmune por activación del sistema neurovegetativo y del eje hipotálamo y liberación de cortisol y catecolaminas en las glándulas suprarrenales.
Comprender esta red de circuitos e intermodulaciones recíprocas de los sistemas nos lleva a superar la falsa dicotomía entre enfermedades físicas y enfermedades mentales como instancias autónomas y entre enfermedades psicosomáticas y no psicosomáticas. Debido a que la condición del ser humano es psicosomática, hablaremos en todo caso de un enfoque psicosomático de cualquier afección, de acuerdo con Villena Aragón.

A partir de los años 70 otras numerosas investigaciones demuestran la interacción entre estos sistemas y situaciones vitales humanas y como las respuestas producidas por estados de estrés crónico alteran la compleja red psiconeuroinmunoendócrina.
La medicina y la psicoterapia integrativa PNIE proponen una comprensión integrativa a partir de sus fundamentos epistemológicos, basados en el Paradigma de la Complejidad y la Teoría General de los Sistemas, la Teoría del Caos y la Teoría del Estrés. Desde este enfoque integrativo se propone una visión holística del ser humano como una unidad psicosomática, con interrelaciones entre los sistemas que lo componen, entre sus dimensiones biológica, cognitiva, psicoemocional-vincular, socioecológica y espiritual. Abarca:
» Una visión social y ecológica dado que todo sujeto se halla inmerso y dependiente de su contexto físico ambiental y sociocultural y de los procesos cíclicos de la naturaleza y factores ambientales (luz, sonidos, clima, etcétera.)
» Una visión de la subjetividad e individualidad, ya que la individualidad tiene que ver con un modo particular de cada persona de vivenciar tanto la incitación endógena como los estímulos sensoriales, su biología, sus cogniciones, su funcionamiento psíquico, sus afectos, su sentido de vida, su historia, sus circunstancias actuales y expectativas futuras.

» Factores genéticos, factores adquiridos a lo largo de su historia en todas las dimensiones, factores actuales, expectativas futuras y sentido de vida.
» La insatisfacción de necesidades y las emociones negativas que producen una hiperactivación del sistema nervioso y afectan el funcionamiento psiconeuroinmunoendocrinológico (PNIE).
» Estímulos estresantes de gran intensidad o cronicidad que producen modificaciones psicofisiológicas.

Dentro del aspecto de funcionamiento psíquico la PNIE abarca algunas de las siguientes afecciones:

» Alexitimia: dificultad en el registro y expresión de las emociones.
» Sobreadaptación: Es la adaptación a estados de distrés, relegando la satisfacción de las propias necesidades, contemplando los deseos del otro en detrimento de lo propio en forma permanente.
» Pensamiento operatorio y pobreza de ilusiones y fantasías.
La psiconeuroinmunoendocrinología identifica los siguientes como recursos protectores de la salud: vivencias placenteras y hábitos saludables (sueño, alimentación, ejercicio, relajación); autoconfianza y expectativas realistas; percepción de control de las circunstancias, funcionamiento psíquico y cognitivo saludable, buena autoestima, pensamientos de autovalía, pensamiento positivo, habilidades interpersonales, adecuada evaluación de metas y recursos, motivación; expresión de las emociones y necesidades, no alexitimia ni sobreadaptación; estados de distensión y aprendizaje de técnicas de relajación; buenas relaciones interpersonales y comunicación; armonía espiritual sentimientos y conductas solidarias.
El concepto de “estrés” ha ido sufriendo una evolución en su significado que llevó a nivel popular, a identificarlo como sinónimo de estar exhausto, excesivamente tenso, ansioso o con gran sobrecarga.



Se ha ampliado su acepción entendiéndose el estrés negativo, o distrés, como un estado de desequilibrio por insatisfacción de necesidades en cualquier dimensión: biológica, cognitiva, psicoemocional, vincular, soiocultural, ecológica o espiritual.

Alude a las repuestas que se desencadenan a partir de un estímulo biológico, tóxico, ambiental, psicoemocional, espiritual, de origen externo o interno, trastocándose el equilibrio homeostático psicobiológico. Las respuestas de estrés buscan alcanzar un “nuevo” estado de la homeostasis.
Los especialistas señalan que en el mundo moderno ante persistentes estresores psicosociales la respuesta se hace crónica, desencadenando procesos patológicos. Un hecho traumático externo puede quedar grabado en tres tipos de memoria: la sensorial que es corta, la límbico-temporal que es larga o la inmunológica que es eterna. Así reacciones vivenciales o reacciones adaptativas a situaciones del medio pueden dejar trazas de una alteración bioquímica o metabólica que se independiza de la causa y persiste de por vida.

Sin embargo, no todos responderemos del mismo modo al mismo estrés, afirma la doctora Delia E. Ostera, maestra en Psiconeuroinmunoendocrinología. “La respuesta multimodal al estresor no depende de la calidad del mismo, sino de la evaluación cognitiva individual que cada uno hace sobre él, de acuerdo a su bagaje socio-genético-cultural que arrastra”, afirma la experta.
La PNIE nos enseña que lo normal es la adaptación circadiana, metabólica, endócrina y sicológica a cambios permanentes, dice. La fluctuación y la adaptabilidad definen la salud. La pérdida de esta capacidad es la enfermedad.
La PNIE pretende estudiar a la enfermedad como la ruptura de un sistema. Tradicionalmente cada especialidad médica entiende a la enfermedad sólo parcialmente, producto de un pensamiento simplista y unicausal.
“Los cambios sociales que en la actualidad se describen dentro de lo que se ha llamado el posmodernismo ponen cada vez más en evidencia que vivimos insertos en sistemas, o que somos partes de sistemas muchos más amplios, que nos condicionan más allá de lo que tenemos conciencia”, afirma el autor.

La psiconeuroinmunoendocrinología comprende entonces un enfoque multidisciplinario para enfrentar los males que aquejan al hombre moderno. Vale la pena que el lector profundice en estos temas, a manera de aprovechar este enfoque sistémico para la salud y bienestar.

Para no perderse

Eckhart Tolle es uno de los expositores espirituales más reconocidos de la última década. Afirma haber experimentado un despertar espiritual a los 29 años, después de padecer largos períodos de depresión. Su libro “El Poder del Ahora” enfatiza la importancia de ser consciente del momento presente para no perderse en los pensamientos.
Tolle expone que el presente es la puerta de acceso a una elevada sensación de paz. Afirma que “ser ahora” conlleva una conciencia que está más allá de la mente, una conciencia que ayuda a trascender el “cuerpo del dolor” que es creado por la identificación con la mente y el ego.
En uno de sus escritos, afirma que dependemos de la Naturaleza no sólo para la supervivencia física. También necesitamos de la Naturaleza para que nos enseñe el camino a casa. El camino de salida de la prisión de nuestras mentes.

Nos hemos perdido, dice, en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar: estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas. Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben. Nos hemos olvidado de ser. De ser nosotros mismos, de estar en silencio, estar donde la vida está: aquí y ahora, aconseja Tolle.
Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal no significa pensar en ellos, sino percibirlos, darte cuenta de ellos, afirma el autor. Al darte cuenta de ello, tú también entras en un lugar de profundo reposo dentro de ti mismo.
Cuando camines o descanses en la Naturaleza, honra ese reino permaneciendo allí plenamente. Serénate. Mira. Escucha. Observa cómo cada planta y animal son completamente ellos mismos.
A diferencia de los humanos, no están divididos en dos. No viven a través de imágenes mentales de sí mismos, y por eso no tienen que preocuparse de proteger y potenciar esas imágenes, apunta Eckhart Tolle.
Todas las cosas naturales además de estar unificadas consigo mismas, están unificadas con la totalidad. No se han apartado del entramado de la totalidad, reclamando una existencia separada “yo”, el gran creador de conflictos, nos recuerda el autor de “El Poder del Ahora”.
Tú no creaste tu cuerpo, dice, y tampoco eres capaz de controlar las funciones corporales. En tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana. Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la Naturaleza. Para acercarte al máximo a esa inteligencia, sé consciente de tu propio campo energético interno, siente la vida, la presencia que anima el organismo.

Observa, siente un animal, una flor, un árbol y mira cómo descansan en el ser. Cada uno de ellos es él mismo. Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad. En el momento que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento.

El aire que respiras es natural como el propio proceso de respirar. Dirige la atención a tu respiración y date cuenta de que no eres quien respira. La respiración es natural. Conéctate con la naturaleza del modo más íntimo e interno, percibiendo tu propia respiración y aprendiendo a mantener tu atención en ella, aconseja el autor.
Esta es una práctica muy curativa y energizante. Produce un cambio de conciencia que te permite pasar del mundo conceptual del pensamiento al ramo de la conciencia incondicionada. Necesitas que la Naturaleza te enseñe y ayude a reconectar con tu ser. No estás separado de la Naturaleza. Todos somos parte de la vida. Una que se manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están todas ellas, interconectadas, afirma.
Cuando reconoces la santidad, la belleza, la increíble quietud y dignidad en que una flor o un árbol existen, tú añades algo a esa flor o ese árbol, reflexiona el gurú espiritual. Pensar es una etapa en la evolución de la vida. La Naturaleza existe en la quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento. Cuando los seres humanos se aquietan, van más allá del pensamiento. La quietud está más allá del pensamiento, contiene una dimensión añadida de conocimiento de conciencia. La naturaleza puede llevarte a la quietud. Ese es el regalo para ti, dice.

Cuando percibes a la Naturaleza y te unes a ella en el campo de la quietud, ésta se llena de tu conciencia. Ese es tu regalo a la Naturaleza. A través de ti, la Naturaleza toma conciencia de sí misma. Es como si la Naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años.
Al centrar la atención y preocupación en crear y mantener una falsa imagen llamada ego o máscara social, literalmente nos drenamos de energía al tratar de “ser” algo que realmente no somos. Así, la propuesta es reconocer, en la quietud de la meditación, la oración, la reflexión, quién realmente somos y lo que verdaderamente queremos; es re-conocerse a uno mismo en un espacio de silencio, saludando la verdadera Naturaleza.

La condena de la lectura

“Leer te condena a muchas cosas terribles, sobre todo a la lucidez; te acerca más a las cosas en su esencia, que a menudo es desagradable, pero también te da los mecanismos analgésicos y compensatorios para enfrentarte a ellas”. Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez, un novelista y periodista español.
Muchos dicen que leer un libro es muy fácil, pues desde pequeños lo estamos haciendo a nuestra manera. Pero no es tan fácil saber cómo podemos sacar más provecho del libro, leyendo más rápidamente y disfrutando más de su lectura. La primera compañía en el mundo en ofrecer libros en español en el Internet fue SDB (Spanish Book Distributor), que ha estado promoviendo desde 1988 la pasión por la lectura en español, a través de bibliotecas, escuelas y vendedores de libros. En su blog “El Libro y su Mundo” (El Mundo de Libros en Español), ofrecen seis consejos y estrategias para leer más efectivamente, basados en la experiencia personal de lectores a quienes se les ha preguntado lo que recomendarían a sus amigos y también en la lectura de muchos libros sobre el tema:
1. Aumentar la rapidez y eficacia de lectura. Hay muy buenos libros escritos sobre este tema, tanto para adultos como para niños, así como cursos y páginas de Internet donde podrán aprender cuestiones básicas muy importantes. Es cuestión de elegir un buen método y practicar hasta conseguir los objetivos deseados de velocidad y comprensión.
2. Mejorar la concentración. Para ello hay que evitar las distracciones externas e internas, localizar un lugar adecuado; eliminar las interrupciones planteadas; eliminar las distracciones sonoras como ruidos o música con canciones; encontrar el momento adecuado; marcar objetivos de cuando empezar, interrumpir y terminar; controlar las inquietudes mentales; descansar periódicamente 10 minutos cada 50 de lectura.

3. Establecer el ambiente adecuado. Se puede lograr con una buena iluminación que incluya luz natural proveniente desde la espalda o luz artificial halógena o fluorescente sin oscilaciones. Que ambas den directamente en el libro sin que nos den en los ojos; y con un sillón cómodo.

4. Dedicarle el tiempo estipulado. Se debe calcular que un lector promedio lee una página de 400 palabras en aproximadamente dos minutos, pues lee a una velocidad promedio, contando los retrocesos, de 200 palabras por minuto. Con media hora diaria puede leer un libro de 200 páginas en 15 días aproximadamente. Uno o dos libros al mes es una buena meta para disfrutar y aumentar el conocimiento.

5. Cuidar la vista. Tenga mucha precaución con los libros que sean de papel brillante, pues le pudieran reflejar iluminaciones perjudiciales para la vista. La distancia entre el libro y los ojos nos indicará la necesidad o no de tener que usar lentes correctores. La distancia correcta deberá ser de aproximadamente 45 centímetros (18 pulgadas).


El cansancio después de un tiempo de lectura también nos lo indicará. Pestañee de vez en cuando, ya que los ojos necesitan hacerlo entre 12 y 15 veces por minuto y cuando se lee esta cantidad se reduce y se puede producir sequedad, tensión, fatiga ocular y visión borrosa.

Use una luz de trasfondo o iluminación suplementaria. De vez en cuando ejercite los ojos mirando a un sitio más allá del libro y enfocándolos en algún objeto que esté a mayor distancia que el libro. Hay muchos más y mejores ejercicios para el cuidado de la vista que debe de consultar con los doctores sobre todo en cuanto sienta la más mínima incomodidad.

6. Tener en cuenta las expectativas del libro. Cuando hemos elegido el libro tenemos ya hecho un criterio sobre éste antes de comenzar a leerlo. Subjetivamente u objetivamente va a determinar en gran parte cuánto lo disfrutamos, así como el provecho que le saquemos. Por eso es necesario entender qué es lo que esperamos del libro:
* Distraernos, aprender o las dos cosas a la vez.
* Recrear la época y el lugar donde se desarrolla.
* Evaluar la descripción de los personajes, sus sentimientos y conversaciones.
* Analizar el argumento, trama, ritmo y resolución del libro.
* Contabilizar lo que le sobra y lo que le falta.
Crear un buen hábito es cuestión de práctica y de hacer un análisis de las costumbres que uno tiene sobre la lectura. Poniéndolos en práctica seguro que su lectura irá mejorando poco a poco.


La paradoja de la Adversidad

¡Soy la Adversidad y siempre que se habla de mí se hace referencia a una situación desgraciada! Produzco efectos muy diversos en los seres humanos: desde preocupaciones agudas hasta tristezas infinitas
Sé que cuando aparezco causo una desdicha y un infortunio que ensombrecen el alma del que las sufre. El infortunado que recibe mi golpe se desconcierta, pues quisiera la ayuda y compañía de sus amigos, pero por desgracia, encuentra a la mayoría de ellos, dormidos: no acuden en su ayuda.
No se ha hecho un estudio de los efectos que produzco, ya que no siempre destruyo como se piensa; de hecho, se me soporta con más facilidad que a la propia felicidad. Cuando la dicha se apodera de una persona puede producirle males mayores que cuando yo me presento. La felicidad y el éxito se roban el ama y es tanta la luz que producen, que por lo general deslumbran y ciegan al que se pensaba que era un afortunado. Pocos pueden manejar la felicidad y el éxito, y en cambio a mí, la Adversidad, pueden manejarme y soportarme la mayoría de los hombres.

¿Quiénes me han derrotado? Se los voy a decir, pues no soy siempre tan malvada como parezco: me han derrotado los osados, los audaces y atrevidos. A los que se quedan en medio de su infortunio los detesto y más me ensaño con ellos: al verlos acobardados se incrementa mi ira, e incito a nuevas desgracias para que incrementen su inicial daño. Y en cambio temo a los que toman soluciones arriesgadísimas y extremas.
Envidio a los audaces y atrevidos, y me causan tal miedo que disminuyo la fuerza de mis golpes, dejo de invitar a otras adversidades, y con frecuencia huyo y me retiro.
No saben los hombres que no hay peor Adversidad que no haber sufrido ninguna. A quien nunca la ha padecido, lo ataco y lo tomo por sorpresa y lo hago fácilmente mi presa, pues nunca ha tenido la experiencia del infortunio y la desdicha.

Los seres humanos ignoran que soy la mejor fuente de la sabiduría. Los conocimientos de la historia y de los escritores más sabios de la humanidad empalidecen ante el inmenso poder de mis enseñanzas. Los humanos no saben que lo mejor del conocimiento de sí mismo y de la sabiduría sólo lo da el intenso sufrimiento. El dolor si es prolongado crea la sabiduría y hace a las personas más sabias, prudentes y sensatas. La vida cómoda y sin sufrimiento nunca ha producido a seres superiores y a valientes que sepan enfrentar las crudezas de la existencia.
Imposible que una persona pueda conocerse a sí, si yo no acudo a su vida. En mi presencia, el hombre deja de ser niño para convertirse en un adulto sabio: por vez primera se dará plenamente cuenta de que su narcisista y loca idea de su “invulnerabilidad” solamente era un mito guardado en su cabecita de ingenuo y de niño.
Como Adversidad que soy, no puedo negar que la prosperidad enseña y es un buen maestro, pero yo soy una maestra impar: meto a los que les pego, hasta el tuétano de la existencia; no sólo perforo su piel y músculos, sino que también les estrujo el corazón. Los aprendizajes que doy, si están alertas, le son muchísimo más útiles que las enseñanzas de las muchas veces, “vana victoria”. Yo no solamente enseño, sino que educo, y en este sentido mi educación transforma actitudes, pensamientos, sentimientos y conductas. Al que golpeo fuerte jamás volverá a ser la misma persona: si aprende de mí, será mejor en todos los sentidos.
Como adversidad, mi primer y gran consejo que puedo darles a los que no han sufrido grandes adversidades, es decirles que la vida es difícil, pero una vez que han aceptado en su corazón que la vida es difícil y que va a ser extremadamente difícil en ciertas circunstancias, no se sorprenderán cuando llegue a visitarlos.

Y algo más quiero decirles: la prosperidad y una vida sin adversidades no es propicia para despertar los talentos; en cambio, el infortunio los despierta y aviva. ¿Qué no recuerdan el sabio refrán?: “La necesidad es la madre de todas las ciencias”.
Ante el infortunio, ningún recurso es mejor que nuestra bravura. La buena suerte, quizá por ser mujer, es seducida por los atrevidos y valientes.

¡Seamos sensatos!: si contamos los días de brumas y de infortunios, siempre serán menos que los días de sol. ¡Ante la Adversidad dos posturas podemos asumir!: someternos a ella, empalidecer y temblar; o bien, retarla y enfrentarla con coraje. Un corazón osado produce milagros.

Jacinto Faya Viesca

El Sagaz y el Ingenuo

Ya habíamos platicado anteriormente –le dijo el Sagaz al Ingenuo–, de la extrema importancia de añadir a muchos de nuestros actos y palabras una dosis de arte, de belleza; de decir y de presentar bien las cosas. Por ejemplo: si vamos a tener una entrevista, es indispensable ayudar a nuestra naturaleza vistiendo con sencillez, pero respetando la limpieza y el buen gusto.
También –continuo hablando el Sagaz–, nada nos cuesta que nuestras ideas no se manchen con malas palabras, pues ello no solamente es de pésimo gusto, sino que desmerece la fuerza de nuestra inteligencia y de nuestro mensaje. Añadirle una dosis de belleza a lo que hacemos o decimos, es no dejar a nuestra naturaleza sola, sino ayudarla. El hablar y obrar con una dosis de belleza, es decir, de arte, produce verdaderos milagros. Igual que conducirnos con grosería, descuido y fealdad, es no respetar a los otros, y esto produce monstruosidades
¡Muy bien –le contesto el Ingenuo! ¿Y qué me dices del dicho tan popular de que el “modo” como digamos y hagamos las cosas es muy importante? Mira –le respondió el Sagaz: la realidad es lo que las cosas son en sí, mientras que el “modo” es la forma. ¡Veamos!: cuando das un regalo, el fondo es el regalo y el modo o forma es cómo lo entregas. El regalo puede ser algo sencillo y lo puedes entregar sin ninguna envoltura ni delicadeza. El modo y la forma son la envoltura del regalo y tu buena actitud y cortesía con que lo entregas.

Una persona –siguió hablando el Sagaz–, puede negar un favor que alguien le pida, y lo negará de tal modo, que la persona se retirara satisfecha y hasta halagada. En cambio podemos conceder lo que se nos pide, y al dar podremos ofender por el mal modo, la pésima forma como nos negamos. Es decir: que alguien negando, deja contento al que se le negó; mientras que otra persona, concediendo, deja ofendido al que recibió. ¿Vez la inmensa diferencia? Solamente por esta reflexión nos dice Gracián, Cleóbulo, pensador de la Roma Antigua, mereció ser considerado como el mejor de los sabios.

Si nos comportamos con malos modos –continuó razonando el Sagaz–, cualquier persona estará dispuesta a negarnos lo que por justicia nos corresponde, y a contrariar nuestro acertado juicio. Y es que nuestros malos modos, nuestra descuidada y pésima forma, resulta insultante al otro. Sin un buen modo, todo lo bello nos parece feo, lo inteligente lo calificamos como tonto, y nuestro corazón se cierra para no conceder. Y es que un mal modo produce desastres, mientras que un buen modo obra milagros. ¡Excelente enseñanza –dijo el Ingenuo!

¡Otra cuestión importante –dijo el Sagaz: la verdad muchas veces resulta amarga y repugnante! Pero si es necesario que digamos verdades amargas, y las decimos con humildad, delicadeza, dulzura y buena intención, podemos salir bien librados. Y si la verdad amarga la decimos con frialdad y de mal modo, siempre obtendremos enemigos y daños seguros. Y es que el buen modo lo suple casi todo y nos abre las puertas.
No estamos hablando de la adulación, que es algo muy distinto, sino de la “forma” como hacemos y decimos las cosas. La buena forma, el buen modo, hace que otros nos dispensen nuestras carencias y desaciertos, y que ellos mismos suplan nuestras deficiencias. Y es que un buen modo le da al otro fuerza y disposición de corazón para ayudarnos, mientras que un mal modo lo forzará a ver carencias y desaciertos donde no los hay. El buen modo nos salva, y el mal modo nos condena y arruina. ¡Esta reflexión será una de las más importantes de mi vida –le contestó el Ingenuo!

Como tu empiezas a caminar por la vida y cuentas con muy poca experiencia –le dijo el Sagaz a su amigo el Ingenuo–, te voy a dar un consejo que yo lo aprendí de los más grandes hombres de la antigüedad de Roma y Grecia. Si estudias detenidamente la vida de los grandes hombres del pasado y también la de grandes triunfadores del presente, vas a encontrar una cualidad de la que gozaron y ejercieron estas relevantes personas.
Todos ellos –siguió hablando el Sagaz–, tuvieron la habilidad de aprovecharse de la sabiduría y experiencia de muchas personas superiores a ellos en las materias que los consultaban. Durante todas sus vidas pidieron consejo y ayuda en materias que desconocían. Si tenían algún problema serio, acudían al experto a que lucharan por ellos. Si requerían el sabio consejo en una materia delicada, no pretendían estudiarla, sino acudir al conocedor.
De esta manera –continuó el Sagaz–, contaban a su disposición de muchas personas sabias y experimentadas. No sé por qué razón, pero cuando alguien acude por nuestro consejo, se despierta en nosotros un deseo de servir. La persona sagaz conoce de ésta debilidad del corazón, y acude con todo tipo de expertos. Y de esta manera, aprovecha de manera magnifica los conocimientos, experiencia y sabiduría de tantas personas como a las que él quiera a solicitar su ayuda. ¡Qué desperdicio en nuestras vidas – le contesto el Ingenuo–, al contar con tantas personas superiores a nosotros que podrían ayudarnos con sus consejos, y que nosotros no tomamos en cuenta!

De poner en práctica estos consejos las oportunidades de nuestras vidas se verían beneficiadas en muy alto grado.

Diálogo entre la Dificultad y la Facilidad

¡Me acusas de no ser esforzada, de gustarme la comodidad, de ser ligera, simplista, de elegir los caminos más sencillos – le dijo la Facilidad a la Dificultad!
¡No te acuso de algo que no sea cierto – le replicó la Dificultad! Si fueras comerciante, no te esforzarías por hacer ventas de contado, pero como eres comodina, pregonas tus artículos a precios bajos y “fáciles abonos”.
Los seres humanos – siguió hablando la Dificultad -, tienden a lo fácil, al menor esfuerzo, y no a recorrer el camino completo, sino a tomar atajos chapuceros. Y esta es una de las más grandes desgracias de las personas. Y tú, Facilidad, te empeñas aun, en facilitarles las cosas.
Si pudieran verte – continuó la Dificultad -, te darías cuenta que tu nombre está escrito con azúcar, que a todos gustas, pues a todos engañas con tus promesas de hacer las cosas “fáciles”. No soportas vivir en la realidad, y por ello, tu lenguaje está siempre lleno de miel, pintas todo de color de rosa, y tus tres mejores amigas son: la ingenuidad, la inocencia, y la falsa esperanza. Si te hubieran corregido, si de niña hubieras vivido entre los espartanos de hace 2 mil años, verías las cosas de manera diferente. Pero no: se te hizo vivir en las nubes, y desde entonces, no te bajas de ellas.
Creo que me tienes envidia – le respondió la Facilidad -, pues tú tienes que vivir permanentemente entre las adversidades, y ello, como bien sabes -, no es una vida “color de rosa”. Pudiera ser, que te guste lo difícil porque sólo la gloria se alcanza después de grandes trabajos. Y si fuera así, tu problema consistiría en tu gran ambición, que no te permite disfrutar de “las pequeñas grandes cosas de la vida”.
¡Creo – continuo hablando la Facilidad, que uno de tus más grandes problemas comenzó cuando te diste cuenta, que podías hacer muchas de las cosas que te propusieras! Tus esfuerzos, luchas y desvelos, empezaron a dar sus frutos, pero como eres muy ambiciosa, querías todo: el triunfo, la gloria, fama, riquezas; y a la vez, anhelabas el descanso y la paz. Sin duda, fuiste más ingenua que yo. Yo me conformé con el color rosa y con el corazón de una paloma. Pero tú, quisiste siempre tener el corazón de un gavilán, y solo los colores estridentes y fuertes como el rojo, llamaban la atención de tus ambiciosos ojos.

¡Defiéndete como quieras – le respondió la Dificultad! Pero la verdad, es que la vida es difícil. Nacemos soltando el llanto, y morimos en un espantoso silencio. Los caminos del bien no son los que están flanqueados por las más hermosas flores, sino los pedregosos, los llenos de espinas, los que van cuesta arriba. La vida está llena de obstáculos, inconvenientes, de altas barreras, de callejones y laberintos sin salida. Estamos siempre, entre la espada y la pared.
Este mar de dificultades – siguió hablando la Dificultad -, sólo podremos navegarlo con prudencia, coraje, esfuerzos enormes y constantes. Si creemos que las rugientes y espumosas olas del mar son nuestras cariñosas amigas, nos iremos a pique. ¡Ya me imagino a ti, ingenua Facilidad, metiéndote entre las espadas de bandos contrarios, hablándoles de paz y de ternura! ¡Tú sabes, que no sobrevivirías ni un minuto!
Nuestro mundo – dijo la Dificultad -, requiere de mucha mayor prudencia, disciplina, esfuerzos perseverantes, y de un ánimo heroico. El mundo no nos ha puesto un banquete a base de purés de manzana y de otros blandos alimentos. Las dificultades de nuestra existencia nos exigen dientes y colmillos fuertes y muelas trituradoras. No es que estemos en guerra todos contra todos, sino que la complejidad creciente de todas las condiciones de nuestra existencia, nos reclama a una constante acción en todos los campos de la vida.
¡Debemos de estar muy alertas – dijo la Dificultad! Caer en la cuenta, que en toda empresa y acción que iniciemos, las dificultades van aumentando en la medida en que nos vamos acercando al fin de esa acción o empresa. Por desgracia, creemos lo contrario: si el principio y el medio han sido exitosos, descuidamos el tramo final. Y tampoco debemos caer en la ingenuidad de que son previsibles todo tipo de dificultades. A las dificultades les gustan las sorpresas, de ahí, que surjan donde nadie las espera.
Observemos que la Facilidad, hizo su cama entre algodones de nubes, luego tomó un pedazo de fino y delgado celaje de color rosa naranja, y se dispuso a dormir, con la firme creencia, de que las estrellas del bellísimo firmamento, cuidarían su sueño. Y la Dificultad, antes de dormir, preparó sus instrumentos de trabajo para emprender con ánimo resuelto un nuevo día, dispuesta a luchar con todas las dificultades que se le presentaran.

miércoles, 10 de octubre de 2012

La dicha personal

La dicha personal

¿Cómo podemos manejar nuestras vidas si no nos guía la racionalidad y el juicio crítico?
El “juicio crítico” es la capacidad que tenemos todas las personas para analizar una determinada situación, conductas, y opiniones. Pero desafortunadamente, la sociedad de consumo enloquecida de nuestros días, nos ha impedido en gran parte, ejercer esta capacidad.
Sin juicio crítico, somos como niños pequeños que se deslumbran con sonajas, espejitos y juguetes. Y lo verdaderamente peligroso, es que la ausencia de juicio crítico, nos ha alejado de una cabal comprensión de lo que está pasando en nuestra sociedad, en la vida de nuestros hijos y cónyuges, y en nuestras propias vidas. Sin el ejercicio de análisis racional de situaciones y personas, somos como marionetas movidas por las modas y los mitos colectivos.
No nos hemos dado cuenta de que nuestra dicha depende en gran parte de que sepamos precisar el valor de cada cosa, y de saber cuáles son los factores reales que configuran a nuestra sociedad. Por ejemplo: No nos hemos percatado que la cultura y las ciencias han sido construidas por la racionalidad de los seres humanos, mientras que el manejo de esta cultura y ciencias dependen en muchas ocasiones, de la irracionalidad y caprichos de los poderosos de nuestra sociedad ultra capitalista.
Hoy en día, ya no tenemos un concepto unificado y con sentido racional, de la técnica, la economía, las ciencias, y la política. Ahora, cada uno de estos campos ha logrado, por desgracia, su autonomía e independencia. Se puede ser científico sin tener la más mínima idea de los altos fines de la política, o pontificar sobre la economía sin entender los mínimos principios de la sociología.

Y a tal grado está fragmentada la concepción de la vida humana, que las ciencias, la economía, la técnica y la política, ya nada tienen que ver con la ética pública y privada.
Por ello, ¿qué importa que se vendan una enorme variedad de artículos y servicios, si existen bancos que nos prestan por codicia, y compañías que nos entregan la mercancía a plazos, con la sola ilusión de lucro? Si la economía está creciendo asombrosamente, ¿importa que los bancos especulen sin control alguno? Si no sabemos que la especulación y las grandes ofertas tienen como motores a la codicia sin freno, es lógico que lo racional de la economía se desplome ante la irracionalidad de especuladores y de gobernantes deslumbrados por el aparente éxito económico.
Si la moral pública y privada hubiera sido considerada como la principal directriz de la economía y de las políticas gubernamentales, no estaría ahora el mundo sufriendo por la peor crisis económica de los Estados Unidos, que arrastró en su codicia a casi todos los países del mundo.
Y precisamente, las personas, en particular, por no haber ejercido nuestro juicio crítico, nos atragantamos de todo lo que nos venda una sociedad manipulada por unos cuantos que manejan la economía, los gobiernos y las modas.
La moda y el mito es consumir cada vez más, a fin de ser felices, aun y cuando el consumo indiscriminado nos deje en la ruina financiera y nos robe nuestra libertad personal.
Y es que, ¿cómo podemos ser realmente libres y manejar nuestras vidas si no nos guía la racionalidad y el juicio crítico? ¿Cómo podemos valorar el ser arrastrados por modas y codicias, si la ética, no es la estrella polar que orienta nuestras vidas?

Ya sabemos, que los mitos colectivos, entre otros, son: Persigue el éxito económico, ten mucho para que valgas mucho, si no consumes lo que está de moda es que eres un mediocre, guíate por la técnica y las ciencias, si la televisión lo dijo es que es cierto, si tu situación económica es boyante tú serás más feliz, las personas realizadas viven con lujos, y mucho mitos colectivos más.
¿Y la ética forma parte de estos mitos colectivos? La ética no forma parte de ninguno de éstos mitos. Los valores espirituales son mal vistos por una sociedad de consumo desenfrenada y enloquecida.

Debemos pensar seriamente sobre los grandes mitos colectivos que dominan en nuestra sociedad: La moda en infinidad de artículos y de servicios, invertir en la bolsa de valores aun y cuando perdamos hasta la camisa, la creencia de una buena política cuando lo políticos son irracionales y están apartados de la ética privada y pública.

El Sabio y el Aprendiz 2

El Sabio y el Aprendiz

Me doy cuenta de que muchas personas triunfan sin que estén dotados de mucha inteligencia o instrucción, y no sé la causa de sus éxitos –le dijo el Aprendiz al Sabio.
¡Préstame mucha atención -le dijo el Sabio a su amigo-, y te diré una de esas causas! Estas personas triunfadoras a las que te refieres, aun sin gozar de grandes capacidades o de una elevada educación escolar, aplican uno de los más importantes secretos del éxito: “deciden lo que quieren hacer, y perseveran en su decisión”.
Muy seguramente –siguió hablando el Sabio-, éste sea una de las dos o tres claves más grandes del éxito en todos los propósitos de los seres humanos. Cuando una persona se decide con todas las fuerzas de su alma a dedicarse a una actividad determinada, todo su sistema cerebral se orienta a realizar ese propósito. Es muy similar al hecho de que con una gran lupa concentramos los rayos del sol en un solo rayo, que es tan poderoso, que prendemos fuego con él. Lo mismo sucede con nuestro cerebro: cuando nos avocamos a una tarea, nuestras redes neuronales se concentran poderosamente en ese objetivo.

Por ello –le siguió diciendo el Sabio a su amigo-, aun en las tareas más sencillas, se dan grandes triunfos, pues ese cerebro de estas personas no trabajan difusamente, sino de manera concentrada, y con esa concentración cerebral se producen muchos descubrimientos, ideas, innovaciones, que al final traen grandes resultados.
Además, amigo –continuó el Sabio-, si a esa decisión ya tomada y puesta en acción, se le añade la perseverancia, el efecto no es doble, como pudiéramos suponer. El efecto productivo puede elevarse a siete o a doscientos, dado su “efecto sinérgico”. De hecho, la manera más fácil de fracasar en nuestros propósitos, consiste en estar cambiando constantemente de objetivo. Éste cambio constante de decisiones impide el “efecto sinérgico”, y siguiendo el ejemplo de la lupa, es como si concentráramos en ella los rayos del sol, y al no quemar de manera inmediata el objeto propuesto, enfocamos la lupa a otro objeto. Para que los rayos enciendan esa hoja seca, se necesita de cierta cantidad de segundo. Estos segundos indispensables son la “perseverancia” en las decisiones tomadas. ¡De acuerdo, amigo!



¡Me sorprende lo que me dices –le contestó el Aprendiz!, y ahora comprendo la fuerza de la perseverancia sobre un trabajo o propósito. Y la comprendo en su cabalidad, porque yo siempre había pensado que la decisión era una parte, y la perseverancia otra, sumando en total un dos. Pero ahora sé que esto no es así, sino que el “efecto sinérgico” puede ser veinte o trescientos, pues la decisión potencia y fortalece a la perseverancia, y ésta a su vez, fortalece a la decisión, por lo que la suma de las dos se multiplica. ¡Lo entendiste muy bien –le dijo su amigo!
Hay algo que me mantiene muy ansioso desde hace mucho tiempo –le confesó el Aprendiz al Sabio. He acudido a la ayuda profesional médica, y aun así, mis ansiedades no han cesado. Bien sé que mi ansiedad me causa un estado de malestar, pues cada día me parece eterno. Y más me perturbo al observar a personas de todas las clases sociales, que realmente permanecen calmadas y alegres, y mi perturbación emocional crece, cuando me dicen que el día se les va “como agua”, es decir, muy rápido.

Mira, le dijo el Sabio a su amigo: existen muchos factores que disparan la ansiedad en las personas. Pero como tú ya consultaste a profesionales de la salud mental y no has obtenido resultados, te propongo lo siguiente: escoge una actividad que te guste, que estés dotado para realizarla, y que te cause algún provecho del cual necesites.

Una vez que ya has determinado esa actividad o trabajo –le siguió aconsejando el Sabio-, toma la firmísima decisión de ocupar todo tu día laborable en ello. En la medida en que empieces a disfrutar y a obtener frutos de esa actividad, estarás tan metido en ella, que las horas se te pasarán “volando”. Si esto llegara a ser así, te aseguro que el día te parecerá corto, y tu ansiedad desaparecerá como milagro. ¡Lo haré de inmediato, y me gusta mucho tu consejo!-, le contestó al Aprendiz.

Démonos cuenta cómo en decisiones sencillas y en actividades a nuestro gusto, radica una cantera riquísima para nuestra dicha y nuestro provecho. Y no estamos hablando de decisiones “grandiosas”, ni de actividades propias de los muy dotados, sino de tareas comunes a la casi totalidad de las personas. Y es que en la sencillez de propósitos y en las actividades simples pero satisfactorias, podremos llenar nuestras vidas de un valioso sentido y de un gran provecho práctico.

El Asombrado

Jacinto Faya Viesca
El Asombrado

¿Me recuerdas, no? Soy ese joven al que llaman el Asombrado, que fue rescatado a los 15 años de edad, de una tribu de unas 50 personas, en las que todos murieron por una rara enfermedad, a excepción de mí. Actualmente cuento con 20 años de edad y trabajo en un barco carguero, habiendo navegado por todo el mundo.
No me explico –habló el Asombrado-, cómo los seres humanos, sabiendo que podrían comportarse con moderación y prudencia, lo que siempre les resultaría en su provecho, prefieren inclinarse por su gusto, capricho y deleite, aun y cuando ello atente contra lo más preciado de sus vidas.

Hacer caso de sus caprichos, inclinaciones perversas, y eligiendo lo peor conociendo lo mejor, es una cuestión que he observado en todos los países que he visitado alrededor del mundo. ¿Y esta anomalía es propia de personas sin educación o que viven en la pobreza? ¡No! Esto lo he observado aun en personas muy inteligentes, cultas y poderosas. Creo que se trata de que un alto porcentaje de personas que escogen lo peor aun sabiendo que los perjudica, porque encuentran en sus caprichos y en sus deseos un deleite malsano, no importándoles las consecuencias.
Muchos preguntan cuáles son los mejores caminos para transitar por la vida. ¡Pero me asombra que una vez que saben cuáles son esos caminos, transitan por los peores! Me asombra también, que muchas personas no adoptan un estilo de vida “mediano”, tal y como los griegos de las Antigüedad lo pedían: “una dorada medianía”, sino que pretenden andar por los extremos y aparentando lo que no son.
El rico aparenta no serlo, para no dar ni ayudar; el que no cuenta con recursos económicos, se endeuda para aparentar que goza de cierta riqueza; el tonto –que sabe que lo es-, quiere demostrar que es muy listo, y en todo es equivoca; el presumido no es consciente que presume de lo que más carece. ¡Como se darán cuenta, el mundo camina de cabeza!
Con todo cuidado siempre busco dónde habitan los hombres prudentes que se conducen con inteligencia y cordura. Pregunto por ellos y me dicen que no saben dónde buscarlos, pues es muy raro que gocen de estas cualidades. También les pregunto dónde puedo encontrar a algunos que sean muy ingenuos y descuidados. Respondiéndome que los busque en las nubes, ya que es un lugar que les gusta mucho: ahí se la pasan durmiendo, viviendo de sueños y huyendo de la vida. Y esto es cierto, pues uno de los peores vicios de los seres humanos es la negligencia, el descuido y la dejadez. Padecen de una “fobia” al esfuerzo y a la disciplina. Por ello, a muchas personas desean construir castillos en el aire, pues es su principal entretenimiento.
Me he dado cuenta –dice el Asombrado-, que todo presumido y fanfarrón sueña con realizar grandes actos, pero su falta de decisión lo empuja a hablar de sus grandes proyectos, que nunca se traducen en realidades. Pero ingenuamente cree que colgado de un cuerno de la luna, todos se van a tragar sus ingenuidades y mentiras.
He observado, que algunos creen que la mejor manera de avanzar en la vida es bajando a los que van subiendo por las escaleras, y metiéndoles zancadillas a los que con esfuerzo van avanzando. Gastan sus energías en estas tareas, no cayendo en la cuenta que si se aplicaran a sus proyectos, por más modestos que sean, cosecharían excelentes frutos. Pero su envidia los detiene, y siempre se quedan rezagados.
¡Es increíble, pero el que nunca tuvo y de pronto tiene, loco se quiere volver! Todos conocemos a personas que vivían de una manera estrecha económicamente, pero que se comportaban con sensatez. De pronto, la Fortuna los encumbra, y pretenden una casa más grande y artículos de lujo. Meten a su casa muebles sin la menor utilidad ni buen gusto.
Estas personas a las que la Fortuna las ha encumbrado de pronto, anteriormente se dirigían a las personas con respeto y sobrada cortesía. Ahora ignoran a la mayoría de los que antes saludaban. No se percatan que sus desplantes presuntuosos son causa de risas y burlas. Cambian de costumbres en cuanto la Fortuna los encaramó en sus hombros: su ropa es costosa aunque sea de pésimo gusto, tratan de relacionarse con personas que ellos consideran de mejor posición social. ¡Total, que se la pasan de ridículo en ridículo sin advertirlo!
Me asombra –dijo el Asombrado– cómo en todos los países que visito, el hombre repite los mismos vicios: al miserable y al pobre no tienen quien los invite a comer. En cambio a los ricos les sobran invitaciones de todo tipo de convenencieros y aduladores. Los pobres no tienen parientes ricos que los hereden, y los ricos son heredados con hartura. “Tienes, tendrás”, dice un refrán popular. Y que cierto lo que dice la Biblia: “Al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará”.

En todos los lugares que he visitado –dice el Asombrado-, que a las personas sencillas y sabias como son los maestros de escuela y personas humildes pero muy prudentes, la sociedad no les dan el reconocimiento que merecen. Y a los que ocupan cargos en el gobierno o gozan de riquezas, la gente los respeta y adula, aun y cuando se trate de personas injustas, inmorales y arbitrarias.
¡Me cuesta creer en tantas locuras de los hombres, dijo el Asombrado! Por ello, es lógico que el hombre ande de tumbo en tumbo, confundido y permanentemente desvariado.

Nuestro espíritu controla el cuerpo

Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca
Nuestro espíritu controla el cuerpo
Una de las características de nuestra sociedad del hiperconsumo es el bombardeo en la prensa y televisión, de que estamos “obligados” a gozar de una “salud perfecta”, ofreciéndonos esta publicidad todo un catálogo de productos “maravillosos” para nuestra salud.
Es conveniente, por supuesto, que cuidemos nuestro cuerpo, pero nada más desastroso que tratar de arreglar lo que no está descompuesto (y esto se aplica a cualquier área de nuestra vida). Si nuestro cuerpo funciona bien, nada peor que caer en la mercadotecnia de la “salud perfecta”, pues quedaríamos atrapados en las redes de la hipocondría: empezaríamos a sentirnos mal, pues no estaríamos a la altura de las figuras perfectas de hombres y mujeres que nos muestran los anuncios publicitarios.

Como nuestra sociedad del hiperconsumo es totalmente materialista, nuestro “espíritu” no tiene cabida. Padecemos de ciertas limitaciones físicas y ante ello, nada mejor que ser benevolentes con nosotros mismos. Derramamos nuestra generosidad sobre nuestras limitaciones y padecimientos físicos; hacer las paces con lo que no podemos cambiar. Si una persona padece de una enfermedad crónica como la diabetes o la artritis reumatoide, sólo por señalar dos ejemplos, lo más sabio es que se cuide, pero que acepte que tendrá que vivir toda su vida con estos padecimientos.
Nuestra paz interior, seguramente nuestro anhelo más profundo, sólo podremos lograrlo si empezamos a aceptarnos “íntegramente tal y como somos”. Esta aceptación solo podría brotar de nuestra más pura generosidad; y ésta conformidad con nosotros mismos nos permitiría acercarnos lo más posible al “ideal de la salud”.
Antes de querer “arreglar” lo que no está descompuesto en nosotros, debemos mirar con paciencia nuestros males físicos, comprender nuestras limitaciones de salud, y de ahí en adelante comportarnos con una gran calidez con nosotros mismos, tomando una profunda conciencia en el sentido de que siempre estaremos afectados físicamente “por algo”, pero no hay remedio, pues solamente somos seres humanos.

Las personas que hayan logrado esa conformidad consigo mismo, que hayan aceptado los padecimientos que no pueden curar, que hayan alcanzado librarse de esa actitud perfeccionista y falsa de la “salud perfecta”, habrán neutralizado en su vida cotidiana un sinfín de incomodidades físicas, a tal grado, que muchas de ellas ya no les molestarán. Sus emociones gozarán de un equilibrio del que jamás pensaron que podrían disfrutar.
Y es que las afecciones del cuerpo cuando son aceptadas con generosidad, producen un enorme incremento en la salud mental y emocional. Las personas con padecimientos físicos logran una sensibilidad y tal grado de salud mental, que son inaccesibles a quienes gozan de una “salud de hierro”, propiamente animal. Aun con padecimientos físicos crónicos, se puede gozar de lo que para un medico sería un “perfecto estado de salud”, del que no gozan muchas personas que en realidad están sanas, pero como siempre están ansiosas por mayores niveles de salud, su psiquismo está tan perturbado, que se sienten enfermos crónicos, sin serlo. Podemos convertir nuestro desequilibrio físico en un equilibrio integral. Y ésta sería la ecuación: sí, padezco estas enfermedades y molestias físicas, pero las he aceptado en mi corazón; he logrado que mi generosidad permee toda mi vida; gracias a esto he eliminado una gran cantidad de perturbaciones emocionales, y el aumento de mi fuerza espiritual me ha conducido a una paz de mi espíritu. Así, el desequilibrio físico se convierte en un equilibrio más integral. Muy arriba de los grandes descubrimientos en el campo de la salud física, la generosa aceptación de que somos imperfectos por naturaleza, crea las condiciones óptimas para todo tipo de tratamiento y cuidado de nuestra salud. Con ésta aceptación nacida del corazón, no exigimos “de más”, nos conformaremos con lo que esas medicinas o cuidados puedan producir en nosotros, y no más.

Creo firmemente que los seres humanos somos mucha más que meros cuerpos físicos. El que seamos capaces de amar y compadecernos de otros, nos convierte en “sujetos” y no en meros “objetos”. El hecho de que seamos capaces de tener conciencia de nosotros y del mundo, nos sitúa en la Naturaleza como seres en los que tiene una influencia decisiva las expresiones de nuestro espíritu.
Con nuestro espíritu tomamos conciencia del mundo, somos capaces de decidir por lograr valores constructivos. Nuestro espíritu es la enorme fuerza capaz para que podamos asumir nobilísimas actitudes ante nuestros padecimientos físicos. Actitudes que pueden ennoblecer nuestras vidas, no solamente mejorando nuestros padecimientos físicos, sino además, asumiendo grandes responsabilidades, como formar a nuestros hijos, y luchar por ideales que siempre mantengan el fuego encendido en nuestros corazones.

Las tinieblas de la soledad

Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

Las tinieblas de la soledad

¡Soledad es mi nombre, y soy capaz de inundar de tristeza y melancolía a aquellos que sienten la ausencia de alguna persona o cosa! ¡Conozco mis poderes: Puedo enloquecer a personas, si los aíslo de toda comunicación!
Sí, siguió hablando la Soledad: Que los corazones humanos son capaces de soportar martirios físicos y muchos sufrimientos emocionales por muy variadas causas. Pero sé también, que muchos corazones se destruyen si los invado y llegan a sentirse profundamente solos.

¡No es cierto que mi Soledad guste a algunos! Los hombres tendrían que parecerse a Dios o ser hermanos de las bestias para poder soportarme. Me equivoco: Más bien, tendrían que parecerse a Dios, pues a las bestias les gusta mucho la compañía de sus semejantes. Y aun, hay bestias que pueden romper su soledad si las acompañan animales de especies distintas. El perro y el gato, enemigos ancestrales, prefieren vivir juntos, que cada uno por su lado.
Para mí misma –dijo la Soledad-, no cometo males contra nadie, aunque debo reconocer, que una vez que alguna persona me invitó a que invadiera su corazón, esa persona ya está dispuesta a cometer todo tipo de males. Por ello, no debe extrañarnos que monstruosos criminales hayan sido seres solitarios. Su soledad los enloquece y llegan a sentirse tan inferiores o superiores, que fácilmente sienten que ellos nada tienen que ver con la especie humana.

Como Soledad, soy la primera en aconsejar a los hombres: Siempre les digo que se cuiden mucho de vivir solos, pues cuando caigan en éste vacío, no serán compadecidos por nadie, y permanecerán derrumbados en el suelo sin que alguien les de la mano.

Sí, es cierto, -le dijeron unos solitarios-, pero tú conoces el refrán popular que dice: “Más vale solo que mal acompañado”. Pero ese refrán no es ningún pretexto –contestó la Soledad-, pues pueden rechazar toda mala compañía, y eso no impide que gocen de compañías buenas. ¡Déjense de excusas, y decídanse a romper el espinazo a su maldita soledad! Y fíjense bien quien se los dice: yo, la Soledad que soy capaz de crear en sus imaginaciones de solitarios, espantosos monstruos que los devorarán: La soledad les secaran el alma, y los harán presa de imaginaciones horrorosas, sin fin.

Entonces, ¿la Soledad significa que estemos solos? ¡No siempre, les contesto! Recuerden, que si su alma es bondadosa y capaz de amar, jamás conocerán la soledad; y cuando estén solos, lo será en un sentido muy distinto: sus ratos en que estén solos gozarán de una excelente compañía: La de ustedes mismos. En cambio, el que rechaza a los seres humanos porque ni ama ni goza de un alma bondadosa, podrá estar rodeado de multitudes, pero se sentirá irremediablemente solo, odiando al género humano.

Quizá no lo sientan, porque ya se acostumbraron a su crónica amargura –les dijo la Soledad a esos solitarios-, pero ustedes bien saben, que permanentemente su corazón siente el dolor de los alfilerazos de su vida solitaria; y sienten y saben, que sus capacidades mentales cada vez son menores, y lo que una vez fue miel de su espíritu, ahora es hiel de su corazón.
El hombre no nació para la soledad –les siguió diciendo-, y la mejor prueba de ello, es que gracias a los amigos, a la compañía de otros, ustedes, seres humanos, han podido sobrevivir como especie a lo largo de cientos de miles de años. Y además, han triunfado por completo: Ahí están las familias donde reina el amor; y qué decir de tanta alma generosa que se entrega al cuidado de otros.

¡Ya no hay que darle vueltas a éste asunto!, dijo la Soledad. Los solitarios están locos o van a la locura. Los solitarios se niegan a amar y a dar, y será imposible que maten su soledad si no buscan la compañía de otros. ¿Te sientes solo, triste y resentido?, pues bien, busca la compañía de otro, y al instante tu tristeza será disuelta. ¡Miren!, les dijo la Soledad, ustedes saben, que el estar solos les roe el corazón. ¿Por qué no, entonces, odiar su soledad, buscar la compañía de otros, de uno solo aunque sea? Empezando a buscar la compañía de otros, será el único camino para comenzar a amar. Y cuando el amor a otros se inicie, yo, como Soledad, me iré para siempre, y tus actos de amor y bondad ocuparan todo el espacio de tu corazón.

La inteligencia del corazón

Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca
La inteligencia del corazón
Soy la Comprensión, y mi principal facultad consiste en entender y penetrar las cosas; entender los móviles y los intereses de las personas, penetrar en los secretos de la naturaleza y descifrar grandes misterios de la vida, y a tal grado, que soy un instrumento poderoso de las ciencias.

Además, cuando deseo en realidad comprender alguna situación de una persona, mi actitud es de benevolencia hacia los actos, comportamientos o sentimientos de otros. En consecuencia, no solamente hago uso de mi inteligencia y de mi frío razonamiento, sino también de mis buenos sentimientos de benevolencia y tolerancia. Si las personas me conocieran mejor se ayudarían unas a otras para tratar de comprenderse, y al mostrar esta disposición, harían esfuerzos adicionales para explicarse mejor.

Es tan importante para los seres humanos la comprensión, que “lo que no comprendemos no lo poseemos”. Por ejemplo: si atravesamos por un determinado problema y no comprendemos una parte o la totalidad de las causas de ese problema, no poseemos la luz y la claridad que podría llevarnos a su solución. Y todo esto se deriva por el contundente hecho de “lo que no está en nuestra conciencia no nos pertenece”.

Una de las conductas más negligentes y absurdas que he observado en las personas –habla la Comprensión–, es la facilidad y ligereza con que niegan las cosas cuando no las comprenden, en vez de esforzarse en entenderlas. Y lo peor de todo, es que de esta flojera mental se derivan muchos perjuicios para ellas. Si observamos bien, nos daremos cuenta de que las personas de mayor éxito y con mejor buena suerte, son aquellas que antes de negar lo que no comprenden, con toda diligencia se aplican para comprenderlas.

Todos sabemos que es un verdadero tormento que una persona viva con otras que la odian (cónyuge, hijos, socios), pero como Comprensión que soy, estoy absolutamente segura que es mucho peor que esa persona viva con otras que no la comprenden. Y es que en una relación de personas, aun dándose el odio, pueden existir muchos aspectos de comprensión. En cambio, cuando la Comprensión no se da, se produce un vacío y un doloroso aislamiento que incomunica y aparta a las personas. Por esto, esforzarse en la Comprensión rinde provechos sin fin, y produce el milagro de la comunicación, la identificación y la compañía.

Uno de los tormentos más dolorosos y silenciosos de los seres humanos –dice la Comprensión–, es la falta de comprensión entre personas cercanas. Es tan amargo, que el incomprendido abandona la esperanza de llegar a ser comprendido por las personas que desea serlo, y prefiere vivir con su tormento a seguir intentando que se le comprenda: “para qué, si no me comprende”, es una frase que resume su intenso sufrimiento.

Los seres humanos no conocen mi esencia: no saben, que prefieren ser comprendidos a llegar a ser amados. Los literatos, maestros y científicos prefieren ser comprendidos que admirados. Y es que el ser admirado es un sentimiento de aprobación, sabiendo el admirado que la gran mayoría de sus admiradores no lo han entendido. En cambio, cuando es comprendido, la satisfacción le llega hasta el fondo de su ser, pues sienten que la comprensión está vinculada con la inteligencia y la verdad, y no solo con un sentimiento de simpatía, como sí sucede con la admiración.

Cuántas antipatías, odios y malos entendidos surgen de la incomprensión de unos a otros, y solamente porque no estamos dispuestos a abrir nuestra mente y nuestro corazón. Nuestros prejuicios, fanatismos, conocimiento parcial de las cosas, nos impide ver hasta el fondo de lo que el otro siente y piensa.

La incomprensión ha constituido una de las fuentes de mayor sufrimiento en la historia de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales, naciones enteras se han enfrentado a otras dejando una estela de mortandad y sufrimientos. A veces, lo hacían argumentando que su dios era el auténtico, y el dios de los otros, era falso. La rivalidad entre religiones tiene convulsionado al mundo de hoy en día.

En las relaciones entre cónyuge y entre padres e hijos, la incomprensión es la principal causa de divorcios y de odios entre ellos y de suicidios entre adolescentes.

Cuánto mejoraría la relación entre cónyuges y entre hijos y padres, si hiciéramos esfuerzos muy concretos para tratar de traspasar lo superficial y entrar a los sentimientos y pensamientos de nuestros seres queridos. Si deseamos ir más allá de lo que es invisible a nuestros ojos, tratemos de tocar con nuestro corazón los corazones de nuestros seres queridos.