jueves, 11 de octubre de 2012

Sistemas nervioso, endócrino e inmune

La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) estudia la interrelación de los sistemas nervioso, endócrino e inmune y las intermodulaciones con los demás órganos y sistemas del organismo. Esta compleja red que da vida al ser humano se encuentra en una permanente intermodulación con su entorno físico, su entorno ambiental y su entorno sociocultural.
Para comprender al individuo y lo que le acontece es imprescindible la integración de las dimensiones biológica, cognitiva, psicoemocional, socioecológica y trascendental, afirma la profesora Margarita Dubourdieu, de la Universidad Católica del Uruguay.

La influencia del pensamiento cartesiano ha llevado durante largo tiempo a considerar en forma separada los distintos sistemas del organismo como compartimentos independientes. Pero la observación en la clínica y numerosas investigaciones científicas han demostrado la simultaneidad del acontecer psique-soma.
De acuerdo con un boletín de la Sociedad Uruguaya de PNIE, George Solomon y Moos en 1964 acuñaron el término Psicoinmunología y posteriormente Robert Ader en la Universidad de Rochester (1974), demostró la posibilidad de poder influir en el sistema inmune desde el sistema nervioso mediante abordajes psicológicos.
Se ha podido confirmar la existencia de receptores neuroquímicos en el sistema inmune para neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas. Otro tanto ocurre en los sistemas nervioso y endócrino para mensajes provenientes de los otros sistemas. No se puede comprender el funcionamiento de un sistema sin considerar las influencias provenientes de los otros sistemas, afirman los especialistas.
Se ha demostrado, por ejemplo, que los estados crónicos de tensión, tristeza, ansiedad, depresión, angustia y desesperanza, producen respuestas de estrés, con repercusiones inhibitorias en el sistema inmune por activación del sistema neurovegetativo y del eje hipotálamo y liberación de cortisol y catecolaminas en las glándulas suprarrenales.
Comprender esta red de circuitos e intermodulaciones recíprocas de los sistemas nos lleva a superar la falsa dicotomía entre enfermedades físicas y enfermedades mentales como instancias autónomas y entre enfermedades psicosomáticas y no psicosomáticas. Debido a que la condición del ser humano es psicosomática, hablaremos en todo caso de un enfoque psicosomático de cualquier afección, de acuerdo con Villena Aragón.

A partir de los años 70 otras numerosas investigaciones demuestran la interacción entre estos sistemas y situaciones vitales humanas y como las respuestas producidas por estados de estrés crónico alteran la compleja red psiconeuroinmunoendócrina.
La medicina y la psicoterapia integrativa PNIE proponen una comprensión integrativa a partir de sus fundamentos epistemológicos, basados en el Paradigma de la Complejidad y la Teoría General de los Sistemas, la Teoría del Caos y la Teoría del Estrés. Desde este enfoque integrativo se propone una visión holística del ser humano como una unidad psicosomática, con interrelaciones entre los sistemas que lo componen, entre sus dimensiones biológica, cognitiva, psicoemocional-vincular, socioecológica y espiritual. Abarca:
» Una visión social y ecológica dado que todo sujeto se halla inmerso y dependiente de su contexto físico ambiental y sociocultural y de los procesos cíclicos de la naturaleza y factores ambientales (luz, sonidos, clima, etcétera.)
» Una visión de la subjetividad e individualidad, ya que la individualidad tiene que ver con un modo particular de cada persona de vivenciar tanto la incitación endógena como los estímulos sensoriales, su biología, sus cogniciones, su funcionamiento psíquico, sus afectos, su sentido de vida, su historia, sus circunstancias actuales y expectativas futuras.

» Factores genéticos, factores adquiridos a lo largo de su historia en todas las dimensiones, factores actuales, expectativas futuras y sentido de vida.
» La insatisfacción de necesidades y las emociones negativas que producen una hiperactivación del sistema nervioso y afectan el funcionamiento psiconeuroinmunoendocrinológico (PNIE).
» Estímulos estresantes de gran intensidad o cronicidad que producen modificaciones psicofisiológicas.

Dentro del aspecto de funcionamiento psíquico la PNIE abarca algunas de las siguientes afecciones:

» Alexitimia: dificultad en el registro y expresión de las emociones.
» Sobreadaptación: Es la adaptación a estados de distrés, relegando la satisfacción de las propias necesidades, contemplando los deseos del otro en detrimento de lo propio en forma permanente.
» Pensamiento operatorio y pobreza de ilusiones y fantasías.
La psiconeuroinmunoendocrinología identifica los siguientes como recursos protectores de la salud: vivencias placenteras y hábitos saludables (sueño, alimentación, ejercicio, relajación); autoconfianza y expectativas realistas; percepción de control de las circunstancias, funcionamiento psíquico y cognitivo saludable, buena autoestima, pensamientos de autovalía, pensamiento positivo, habilidades interpersonales, adecuada evaluación de metas y recursos, motivación; expresión de las emociones y necesidades, no alexitimia ni sobreadaptación; estados de distensión y aprendizaje de técnicas de relajación; buenas relaciones interpersonales y comunicación; armonía espiritual sentimientos y conductas solidarias.
El concepto de “estrés” ha ido sufriendo una evolución en su significado que llevó a nivel popular, a identificarlo como sinónimo de estar exhausto, excesivamente tenso, ansioso o con gran sobrecarga.



Se ha ampliado su acepción entendiéndose el estrés negativo, o distrés, como un estado de desequilibrio por insatisfacción de necesidades en cualquier dimensión: biológica, cognitiva, psicoemocional, vincular, soiocultural, ecológica o espiritual.

Alude a las repuestas que se desencadenan a partir de un estímulo biológico, tóxico, ambiental, psicoemocional, espiritual, de origen externo o interno, trastocándose el equilibrio homeostático psicobiológico. Las respuestas de estrés buscan alcanzar un “nuevo” estado de la homeostasis.
Los especialistas señalan que en el mundo moderno ante persistentes estresores psicosociales la respuesta se hace crónica, desencadenando procesos patológicos. Un hecho traumático externo puede quedar grabado en tres tipos de memoria: la sensorial que es corta, la límbico-temporal que es larga o la inmunológica que es eterna. Así reacciones vivenciales o reacciones adaptativas a situaciones del medio pueden dejar trazas de una alteración bioquímica o metabólica que se independiza de la causa y persiste de por vida.

Sin embargo, no todos responderemos del mismo modo al mismo estrés, afirma la doctora Delia E. Ostera, maestra en Psiconeuroinmunoendocrinología. “La respuesta multimodal al estresor no depende de la calidad del mismo, sino de la evaluación cognitiva individual que cada uno hace sobre él, de acuerdo a su bagaje socio-genético-cultural que arrastra”, afirma la experta.
La PNIE nos enseña que lo normal es la adaptación circadiana, metabólica, endócrina y sicológica a cambios permanentes, dice. La fluctuación y la adaptabilidad definen la salud. La pérdida de esta capacidad es la enfermedad.
La PNIE pretende estudiar a la enfermedad como la ruptura de un sistema. Tradicionalmente cada especialidad médica entiende a la enfermedad sólo parcialmente, producto de un pensamiento simplista y unicausal.
“Los cambios sociales que en la actualidad se describen dentro de lo que se ha llamado el posmodernismo ponen cada vez más en evidencia que vivimos insertos en sistemas, o que somos partes de sistemas muchos más amplios, que nos condicionan más allá de lo que tenemos conciencia”, afirma el autor.

La psiconeuroinmunoendocrinología comprende entonces un enfoque multidisciplinario para enfrentar los males que aquejan al hombre moderno. Vale la pena que el lector profundice en estos temas, a manera de aprovechar este enfoque sistémico para la salud y bienestar.

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