viernes, 7 de junio de 2013

TAREA COMPARTIDA

Tarea Compartida

No existe educación sin sociedad humana
y no existe hombre fuera de ella.
Paulo Freire.v


Invariablemente siempre que se trata el tema de la deficiente educación que existe en México, son las escuelas y sus maestros quienes son señalados por la sociedad en general como los culpables de dicha situación. Tanto la televisión como la prensa escrita dejan caer sobre ellos todo el peso de los deficientes resultados que se obtienen en la materia.

Los últimos informes que emitió la OCDE sobre México en este aspecto, muestran que nuestro país no ha logrado obtener avances en los últimos diez años, manteniendo los mismos estándares que se tenían hace una década. Nos encontramos casi exactamente en las mismas condiciones, desgraciadamente nada favorables en los ámbitos de comprensión lectora y operaciones matemáticas, por citar solo algunos aspectos.

Tal vez usted estimado lector podrá considerar que los datos señalados en el párrafo que precedió, si se perciben en forma positiva, al menos no ha existido un retroceso. Desgraciadamente en esta última década otras naciones han avanzado sustancialmente en materia educativa, entre ellas las del sureste asiático quienes han profundizado la brecha que ya existía con respecto a nuestro país.

Si bien la escuela y sus maestros cumplen una función de suma importancia en la educación de las personas, hay que señalar que esta no es la única institución que debe de atender dicha área. Desgraciadamente la familia ha dejado de educar a sus integrantes, muchos padres han renunciado a la responsabilidad de educar a sus hijos y en una actitud por demás simplista y en algunos casos hasta “comodina”, han trasladado toda la carga de la educación a la escuela y sus maestros.

La educación de los niños y de los jóvenes no es una tarea que le corresponda sólo a la escuela y sus maestros. En un claro ejemplo cuantitativo, es de mencionar que un pequeño de preescolar sólo se encuentra en el jardín de niños durante máximo cuatro horas al día, un niño de primaria cuando mucho 5 horas y un adolescente de secundaria 7 horas. El resto de un día, la mayor parte de las horas las pasa el niño o el joven en la casa.

Por lo tanto, no es la escuela y sus maestros los únicos que deben realizar la tarea educativa; los padres de familia, si desean que sus hijos adquieran una buena educación deben asumir su labor educativa, su responsabilidad y su deber para con sus hijos.

De nada sirven leyes, disposiciones y reglamentos que busquen superar las deficiencias educativas, si las mismas no encuentran en los padres de familia y en la sociedad en general el respaldo adecuado.

Ideas y reflexiones sujetas al escrutinio y al debate estimado lector, que sólo muestran la opinión de quien escribe y quien afirma que la educación es responsabilidad de todos, no solo de la escuela y sus maestros.

DE AQUELLO LLAMADO ESCRIBIR

De aquello llamado escribir

Escribir para muchos no es una cuerstion sencilla, se ha vuelto una actividad por demás complicada y tediosa ante la ausencia de ideas propias o de marcos referenciales sobre qué escribir, el que ignora en definitiva no puede escribir aquello que desconoce, quien traza estos signos nada podria escribir sobre física cuántica por carecer de conocimintos sobre el tema, situación que se podria salvar parcialmente investigando y estudiando sobre dicha temática, sin embargo, lejos quedaría de los conocedores de este tipo de conocimientos.

“A primera vista conquistar la palabra escrita no parece tener nada de extraordinario: Después de todo, la mayoría de los niños y niñas en las sociedades alfabetizadas lo logran. Sin embargo, a pesar de la aparente facilidad con que se aprende a leer y escribir, se trata de actos de complejidad asombrosa. Su consecuencia es el resultado de múltiples claves lingüísticas, cognoscitivas, afectivas y sensoriales, que toma varios años y de la construcción interior de un tipo de conocimiento particular sobre el lenguaje que depende de la interacción social”. (Iturrundo, 2001)

Escribir no sólo impLica el contar con marcos referenciales de una determinada temática, además se requiere el uso adecuado de las grafías, de las palabras y como señala habitualmete el doctor Víctor Valdés, “La lectura del título de lo que se escribe debe de llamar la atención del posible lector y los primeros dos párrafos del texto tienen que atraparlo para que continúe hasta el final del mismo”, pero además agregaría que no sólo debería ser lo anterior, demás debe dejar al lector un nuevo conocimiento, un análisis, reflexión o crítica que se incrustre en su andamiaje de conocimientos, lo cual le permitirá que el lector nuevamente vuelva a leer los textos del autor.

Desafortunadamente a nivel nacional la ausencia de escritores es crítica y coincide con el gran negocio de las editoriales españolas ante el aniquilamiento de la industria editorial mexicana y el surgimiento de un vacío de escritores mexicanos de calidad en los últimos años. Desafortunadamente, esta crisis de escritores en el país además se enmarca dentro de los resultados que hace un año arrojó la Encuesta Nacional de Lectura 2012, la cual por primera vez decidió incluir un apartado sobre aquello que los mexicanos escribimos; buscando establecer la correlación de la escritura con respecto a la lectura.

De dichos datos se deprende que desafortunadamente las prácticas de escritura se encuentran íntimamente ligadas al desarrollo de las tecnologías de la comunicación y aquello que más escribimos los mexicanos son sólo recados, pero además esto no es lo más frecuente, lo cual si lo es, lo correspondiente a enviar mensajes SMS, acto que si se realiza con mucha frecuencia. Si atendemos a las características de lo que se escribe en los mensajes SMS, donde la inmediatez es la constante es fácilmente advertible la calidad de lo que se escribe vía mensajes de texto SMS, el correo electrónico y los mensajes en Facebook o Twitter.

El escribir se perfecciona con una actividad en principio muy sencilla, por medio de escribir, pues como afirmaba hace algunos siglos el padre del empirismo inglés sir Francis Bacon, “La lectura hace al hombre completo, la comberzacion aguil y el escribir presiso”,

PENSAMIENTOS VACUOS

Pensamientos vacuos

Cuanta más información posees, más enlaces mentales construyes, y, como consecuencia, tu memoria se hace más sólida. Tony Buzan

El pensar para muchos se ha convertido en una actividad de lujo y para otros en una actividad extrema con un alto contenido de riesgo; en definitiva todos pensamos, pero la calidad de dicho proceso mental varía en la calidad del mismo, no tiene la misma ponderación el pensamiento que puede expresar sobre física cuántica y temas relacionados Stephen William Hawkin, a los que pueda verter una persona que recién se incrustara en el estudio de dichas cuestiones. La calidad en los procesos de pensamiento varía de la misma forma en que las personas somos distintas entre nosotros.

Una parte importante de todo proceso de pensamiento es la curiosidad, misma que es necesaria para poder determinar en mayor o menor medida que es lo que se quiere saber, siempre existe algo que le interesa a cada persona y cada una de ellas piensa de manera distinta según sus procesos de pensamiento atendiendo a sus conocimientos, costumbre y creencias; no existe una forma única de pensamiento, las hay muchas y muy variadas, de la misma forma en que para resolver una problemática se pueden encontrar muchas formas de hacerlo, de la misma manera no sólo existe un camino para el proceso del pensar.

En nuestro país es muy común que a la sociedad se le esconda la información para que no piense sobre tal o cual situación, no se le niega, pero la misma es cubierta con un velo de nebulosidad y opacidad, mismo que junto a una gran cantidad de distractores que el medio ofrece generan una vaguedad que conduce a un desconocimiento de la información.

La información sobre cual o tal tema se esconde simplemente para que las personas no piensen sobre ella, a fin de que se genere una cultura gris de rumores y chismes, los ejemplos abundan en nuestra sociedad, desde el mismo Estado pasando por la Iglesia y organizaciones sociales, que si bien muchas de ellas proclaman como su bandera la transparencia y la rendición de cuentas en la práctica y en los hechos, la opacidad se señorea en sus acciones, que bajo términos legales y criterios morales esconden la información que les permita a las personas poder adquirir un juicio apegado en mayor medida a lo objetivo.

Otra estrategia muy recurrida cuando se trata de ocultar alguna situación se genera a partir de una premisa muy simple, la de saturarlas de información insignificante a las personas a fin de que se sientan agobiados de tanta información y que la situación citada les genere la falsa conciencia de encontrarse informados, entonces las personas tendrán la sensación de que están informadas, de que piensan aunque en el fondo sólo alcancen a reproducir información vana y carente de fondo.

La realidad se impone y los discursos se develan ante el crisol de la información, para muchos es mejor vivir en el engaño, la mentir y el error, para los menos, quizás unos pocos, son sabedores que la verdad los hará libres.

AMAR LA LECTURA

Amar la lectura

Por: Yazmín Alejandra Hernández Mendoza

El gusto por la lectura es algo que se hereda, padres lectores por lo regular tendrán hijos lectores, pero la mayoría de los mexicanos esperamos que este gusto por la lectura nazca en el seno de la escuela y dejamos que los niños aprendan simplemente lo que les enseñan en ella, pero nos damos cuenta que muchos de los profesores tampoco tienen el gusto por la lectura, y ¿cómo podemos enseñar a amar la lectura si no nos gusta leer?

La Encuesta Nacional de Lectura (Conaculta 2006) demuestra que los mexicanos adultos leemos en promedio menos de tres libros al año mientras que en Canadá se leen 17 libros y en Argentina se leen siete libros en el mismo periodo de tiempo. Esta cifra ha causado que nuestro país ostente el nada honroso lugar 107 de 108 países, según la OCDE, en cuanto al hábito de lectura per cápita se refiere, pero no nos damos cuenta del lugar que ocupamos por que ciertamente tampoco nos tomaremos la molestia de leer esta estadística.

Según el autor ruso Isaac Asimov, una de las principales causas por las que no se tiene el hábito de la lectura, es que esta implica un proceso mental complicado para aquellos que no lo hacen de forma frecuente; para empezar, es necesario que vean cada una de las letras para poder formar una palabra, posteriormente deberán unir cada una de estas palabras para formar una oración y por último buscar el sentido de dicha oración, este es un proceso que se facilita para los lectores asiduos, y se facilita aún más con la práctica, es decir, cada vez que se lee, pero para aquellas personas que no gustan de la lectura ciertamente es algo tedioso y difícil.

El que no nos guste la lectura no quiere decir que nunca nos vaya a gustar, es un proceso que se tiene que ir adquiriendo paulatinamente, se pueden empezar a leer libros que no sean complicados, libros para niños aun cuando seamos adultos, ya que estos libros por lo regular tienen letras más grandes y por ende más visibles, llevan adjuntos dibujos que ayudan a desarrollar la imaginación. Posteriormente podemos pasar a libros que sean de temas específicos y atrayentes para nosotros, puesto que si empezamos a leer sobre temas muy elevados nuestro interés se va a perder, tienen que ser libros del agrado de cada uno de nosotros ya que existen gustos muy diversos y hay libros para todos los gustos. Después ya leeremos libros grandes y con tramas un poco más complicadas, con palabras no conocidas que nos ayudarán a ampliar nuestro vocabulario, siempre y cuando tengamos la iniciativa por consultarlas.

Los libros realmente tienen un encanto particular, podemos decir que un libro es único para cada uno de nosotros, aunque dos personas lean el mismo libro no necesariamente imaginaran a los personajes de dicha trama de la misma manera.

Así mismo la perspectiva de un libro se dará de maneras distintas en distintas épocas de nuestra vida, un libro que se haya leído durante la adolescencia se disfrutara de forma diferente si lo leemos algunos años después, debido a que emocionalmente no somos los mismos e intelectualmente hemos evolucionado.