No existe educación sin sociedad humana
y no existe hombre fuera de ella.
Paulo Freire.v


Invariablemente siempre que se trata el tema de la deficiente educación que existe en México, son las escuelas y sus maestros quienes son señalados por la sociedad en general como los culpables de dicha situación. Tanto la televisión como la prensa escrita dejan caer sobre ellos todo el peso de los deficientes resultados que se obtienen en la materia.

Los últimos informes que emitió la OCDE sobre México en este aspecto, muestran que nuestro país no ha logrado obtener avances en los últimos diez años, manteniendo los mismos estándares que se tenían hace una década. Nos encontramos casi exactamente en las mismas condiciones, desgraciadamente nada favorables en los ámbitos de comprensión lectora y operaciones matemáticas, por citar solo algunos aspectos.

Tal vez usted estimado lector podrá considerar que los datos señalados en el párrafo que precedió, si se perciben en forma positiva, al menos no ha existido un retroceso. Desgraciadamente en esta última década otras naciones han avanzado sustancialmente en materia educativa, entre ellas las del sureste asiático quienes han profundizado la brecha que ya existía con respecto a nuestro país.

Si bien la escuela y sus maestros cumplen una función de suma importancia en la educación de las personas, hay que señalar que esta no es la única institución que debe de atender dicha área. Desgraciadamente la familia ha dejado de educar a sus integrantes, muchos padres han renunciado a la responsabilidad de educar a sus hijos y en una actitud por demás simplista y en algunos casos hasta “comodina”, han trasladado toda la carga de la educación a la escuela y sus maestros.

La educación de los niños y de los jóvenes no es una tarea que le corresponda sólo a la escuela y sus maestros. En un claro ejemplo cuantitativo, es de mencionar que un pequeño de preescolar sólo se encuentra en el jardín de niños durante máximo cuatro horas al día, un niño de primaria cuando mucho 5 horas y un adolescente de secundaria 7 horas. El resto de un día, la mayor parte de las horas las pasa el niño o el joven en la casa.

Por lo tanto, no es la escuela y sus maestros los únicos que deben realizar la tarea educativa; los padres de familia, si desean que sus hijos adquieran una buena educación deben asumir su labor educativa, su responsabilidad y su deber para con sus hijos.

De nada sirven leyes, disposiciones y reglamentos que busquen superar las deficiencias educativas, si las mismas no encuentran en los padres de familia y en la sociedad en general el respaldo adecuado.

Ideas y reflexiones sujetas al escrutinio y al debate estimado lector, que sólo muestran la opinión de quien escribe y quien afirma que la educación es responsabilidad de todos, no solo de la escuela y sus maestros.