jueves, 11 de octubre de 2012

La condena de la lectura

“Leer te condena a muchas cosas terribles, sobre todo a la lucidez; te acerca más a las cosas en su esencia, que a menudo es desagradable, pero también te da los mecanismos analgésicos y compensatorios para enfrentarte a ellas”. Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez, un novelista y periodista español.
Muchos dicen que leer un libro es muy fácil, pues desde pequeños lo estamos haciendo a nuestra manera. Pero no es tan fácil saber cómo podemos sacar más provecho del libro, leyendo más rápidamente y disfrutando más de su lectura. La primera compañía en el mundo en ofrecer libros en español en el Internet fue SDB (Spanish Book Distributor), que ha estado promoviendo desde 1988 la pasión por la lectura en español, a través de bibliotecas, escuelas y vendedores de libros. En su blog “El Libro y su Mundo” (El Mundo de Libros en Español), ofrecen seis consejos y estrategias para leer más efectivamente, basados en la experiencia personal de lectores a quienes se les ha preguntado lo que recomendarían a sus amigos y también en la lectura de muchos libros sobre el tema:
1. Aumentar la rapidez y eficacia de lectura. Hay muy buenos libros escritos sobre este tema, tanto para adultos como para niños, así como cursos y páginas de Internet donde podrán aprender cuestiones básicas muy importantes. Es cuestión de elegir un buen método y practicar hasta conseguir los objetivos deseados de velocidad y comprensión.
2. Mejorar la concentración. Para ello hay que evitar las distracciones externas e internas, localizar un lugar adecuado; eliminar las interrupciones planteadas; eliminar las distracciones sonoras como ruidos o música con canciones; encontrar el momento adecuado; marcar objetivos de cuando empezar, interrumpir y terminar; controlar las inquietudes mentales; descansar periódicamente 10 minutos cada 50 de lectura.

3. Establecer el ambiente adecuado. Se puede lograr con una buena iluminación que incluya luz natural proveniente desde la espalda o luz artificial halógena o fluorescente sin oscilaciones. Que ambas den directamente en el libro sin que nos den en los ojos; y con un sillón cómodo.

4. Dedicarle el tiempo estipulado. Se debe calcular que un lector promedio lee una página de 400 palabras en aproximadamente dos minutos, pues lee a una velocidad promedio, contando los retrocesos, de 200 palabras por minuto. Con media hora diaria puede leer un libro de 200 páginas en 15 días aproximadamente. Uno o dos libros al mes es una buena meta para disfrutar y aumentar el conocimiento.

5. Cuidar la vista. Tenga mucha precaución con los libros que sean de papel brillante, pues le pudieran reflejar iluminaciones perjudiciales para la vista. La distancia entre el libro y los ojos nos indicará la necesidad o no de tener que usar lentes correctores. La distancia correcta deberá ser de aproximadamente 45 centímetros (18 pulgadas).


El cansancio después de un tiempo de lectura también nos lo indicará. Pestañee de vez en cuando, ya que los ojos necesitan hacerlo entre 12 y 15 veces por minuto y cuando se lee esta cantidad se reduce y se puede producir sequedad, tensión, fatiga ocular y visión borrosa.

Use una luz de trasfondo o iluminación suplementaria. De vez en cuando ejercite los ojos mirando a un sitio más allá del libro y enfocándolos en algún objeto que esté a mayor distancia que el libro. Hay muchos más y mejores ejercicios para el cuidado de la vista que debe de consultar con los doctores sobre todo en cuanto sienta la más mínima incomodidad.

6. Tener en cuenta las expectativas del libro. Cuando hemos elegido el libro tenemos ya hecho un criterio sobre éste antes de comenzar a leerlo. Subjetivamente u objetivamente va a determinar en gran parte cuánto lo disfrutamos, así como el provecho que le saquemos. Por eso es necesario entender qué es lo que esperamos del libro:
* Distraernos, aprender o las dos cosas a la vez.
* Recrear la época y el lugar donde se desarrolla.
* Evaluar la descripción de los personajes, sus sentimientos y conversaciones.
* Analizar el argumento, trama, ritmo y resolución del libro.
* Contabilizar lo que le sobra y lo que le falta.
Crear un buen hábito es cuestión de práctica y de hacer un análisis de las costumbres que uno tiene sobre la lectura. Poniéndolos en práctica seguro que su lectura irá mejorando poco a poco.


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