jueves, 11 de octubre de 2012

Para no perderse

Eckhart Tolle es uno de los expositores espirituales más reconocidos de la última década. Afirma haber experimentado un despertar espiritual a los 29 años, después de padecer largos períodos de depresión. Su libro “El Poder del Ahora” enfatiza la importancia de ser consciente del momento presente para no perderse en los pensamientos.
Tolle expone que el presente es la puerta de acceso a una elevada sensación de paz. Afirma que “ser ahora” conlleva una conciencia que está más allá de la mente, una conciencia que ayuda a trascender el “cuerpo del dolor” que es creado por la identificación con la mente y el ego.
En uno de sus escritos, afirma que dependemos de la Naturaleza no sólo para la supervivencia física. También necesitamos de la Naturaleza para que nos enseñe el camino a casa. El camino de salida de la prisión de nuestras mentes.

Nos hemos perdido, dice, en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar: estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas. Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben. Nos hemos olvidado de ser. De ser nosotros mismos, de estar en silencio, estar donde la vida está: aquí y ahora, aconseja Tolle.
Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal no significa pensar en ellos, sino percibirlos, darte cuenta de ellos, afirma el autor. Al darte cuenta de ello, tú también entras en un lugar de profundo reposo dentro de ti mismo.
Cuando camines o descanses en la Naturaleza, honra ese reino permaneciendo allí plenamente. Serénate. Mira. Escucha. Observa cómo cada planta y animal son completamente ellos mismos.
A diferencia de los humanos, no están divididos en dos. No viven a través de imágenes mentales de sí mismos, y por eso no tienen que preocuparse de proteger y potenciar esas imágenes, apunta Eckhart Tolle.
Todas las cosas naturales además de estar unificadas consigo mismas, están unificadas con la totalidad. No se han apartado del entramado de la totalidad, reclamando una existencia separada “yo”, el gran creador de conflictos, nos recuerda el autor de “El Poder del Ahora”.
Tú no creaste tu cuerpo, dice, y tampoco eres capaz de controlar las funciones corporales. En tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana. Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la Naturaleza. Para acercarte al máximo a esa inteligencia, sé consciente de tu propio campo energético interno, siente la vida, la presencia que anima el organismo.

Observa, siente un animal, una flor, un árbol y mira cómo descansan en el ser. Cada uno de ellos es él mismo. Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad. En el momento que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento.

El aire que respiras es natural como el propio proceso de respirar. Dirige la atención a tu respiración y date cuenta de que no eres quien respira. La respiración es natural. Conéctate con la naturaleza del modo más íntimo e interno, percibiendo tu propia respiración y aprendiendo a mantener tu atención en ella, aconseja el autor.
Esta es una práctica muy curativa y energizante. Produce un cambio de conciencia que te permite pasar del mundo conceptual del pensamiento al ramo de la conciencia incondicionada. Necesitas que la Naturaleza te enseñe y ayude a reconectar con tu ser. No estás separado de la Naturaleza. Todos somos parte de la vida. Una que se manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están todas ellas, interconectadas, afirma.
Cuando reconoces la santidad, la belleza, la increíble quietud y dignidad en que una flor o un árbol existen, tú añades algo a esa flor o ese árbol, reflexiona el gurú espiritual. Pensar es una etapa en la evolución de la vida. La Naturaleza existe en la quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento. Cuando los seres humanos se aquietan, van más allá del pensamiento. La quietud está más allá del pensamiento, contiene una dimensión añadida de conocimiento de conciencia. La naturaleza puede llevarte a la quietud. Ese es el regalo para ti, dice.

Cuando percibes a la Naturaleza y te unes a ella en el campo de la quietud, ésta se llena de tu conciencia. Ese es tu regalo a la Naturaleza. A través de ti, la Naturaleza toma conciencia de sí misma. Es como si la Naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años.
Al centrar la atención y preocupación en crear y mantener una falsa imagen llamada ego o máscara social, literalmente nos drenamos de energía al tratar de “ser” algo que realmente no somos. Así, la propuesta es reconocer, en la quietud de la meditación, la oración, la reflexión, quién realmente somos y lo que verdaderamente queremos; es re-conocerse a uno mismo en un espacio de silencio, saludando la verdadera Naturaleza.

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