¿Para qué sirve un clip?
Y cómo desarrollar la creatividad
¿Para qué sirve un clip? Si su respuesta es: “para sujetar hojas de papel”, piense otra vez. Hagamos un segundo intento: ¿para qué sirve un clip? Por favor, responda distinto, su segunda respuesta se acerca a nuestro objetivo. Si le pregunto por tercera vez, entonces seguramente se arrellanará en la silla, se inclinará hacia adelante y estará dispuesto a diseñar una respuesta más creativa, piénsela y luego pregúntese de nuevo ¿para qué sirve un clip? Responda una cuarta opción. Luego una quinta… sexta.
¿Sabe a dónde voy? Lo estoy obligando a ejercitar su mente. De eso se trata este ejercicio y a mostrarle un camino para desarrollar la creatividad. Apunte 10 respuestas distintas sobre los posibles usos que puede dar a un clip… además de sujetar papeles.
Entendamos lo siguiente, la creatividad es esa capacidad mental para desarrollar ideas a partir de romper límites mentales. Seguro desarrollará conceptos completamente disparatados, absurdos, divertidos y, ocasionalmente… ideas geniales que pueden convertirse en millonarias.
Si lo desea, haga una lista de 100 respuestas posibles, todas le ayudarán a “estirar su cerebro”. La próxima vez que tenga un clip en sus manos sabrá que tiene mucho más que un sujetador de papeles, pues tendrá… lo que usted quiera tener.
Sigamos con el mismo ejemplo para un segundo ejercicio. ¿De qué está hecho un clip? ¿Cómo los fabrican? ¿En dónde? ¿Cuánto cuestan? ¿Cuántos tipos de clip existen? Llevo cinco preguntas sin respuesta. Por favor, plantee otra pregunta usted mismo, no tiene que responderla, sólo pregunte.
Bien, una más. Tenemos siete preguntas ahora, cinco mías y dos suyas. Por favor, lleguemos a 8, 9… 10. Diseñe 100 preguntas si lo desea. No importa la respuesta. Lo que importa es desarrollar su capacidad de preguntar… de crear preguntas. Se sorprenderá de todo lo que puede imaginar sólo preguntando. Su creatividad va mejorando, ¿no? Cuando se dé cuenta, cada pregunta le suscitará una posible respuesta que, de suyo, será una idea aprovechable. No importa si es correcta o equivocada, lo que importa es que su mente tuvo capacidad de crearla. Siga preguntando todo lo que se le ocurra. Encontrará un mundo sin límites.
Continuemos la diversión con el clip. ¿Qué pasa si combino un clip con otro objeto? Digamos algo sencillo, un clip y unas hojas de papel, seguro forman un expediente. Ahora responda ¿Qué pasaría si cruzara un clip con un perro? Parece absurdo, pero no se preocupe por eso. Tendríamos un perro sujetapapeles, un perro que se puede desdoblar, o un clip en forma de perro muy coqueto que posiblemente una adolescente prefiera en lugar de un clip cualquiera. Metamos nuevamente el clip a la licuadora mental y mezclémoslo con… un teléfono, sí, un teléfono está bien. ¿Qué obtenemos? Un teléfono pisapapeles, un teléfono diminuto, un teléfono que se sujeta a su oreja y termina siendo un manos libres… ¿qué más? Piense en tres respuestas adicionales, o cuatro… o 100 si lo desea.
Ahora cruce el perro y el teléfono y deje al clip en paz. ¿Qué obtiene? Piense la respuesta y apunte todas las que le vengan a la mente. Puede imaginar qué pasa si mezcla a ¿Leonardo DaVinci con una radiografía? ¿O cómo sería un dibujo hecho entre DaVinci y George Lucas o Matt Groening?
Ahora lo volveré completamente loco(a): ¡Todo se mezcla!, cualquier objeto, emoción, persona, hecho, ciencia… ¡todo! Se mezcla de a dos, de a tres o de a 100 objetos simultáneamente. Tenemos la capacidad de mezclar todo lo que queramos en nuestra mente y obtener millones y millones de conceptos o ideas nuevas. Mezcle… así nacieron los tenis con suela de aire, el chocolate con mazapán, el avión espía, el control remoto… Por ejemplo, si usted mezcla la información con la distancia, tal vez obtenga el internet, el celular o una teoría cuántica… o el control remoto, claro.
Regresemos a nuestro clip. Divida el clip en dos clasificaciones, digamos: clips metálicos y no metálicos. Puede pensar en cualquier otra división que se le ocurra: caros y baratos, usados y nuevos, etcétera. Bien. Ahora piense en tres categorías. Yo imagino estas. 1) clips míos, 2) clips ajenos y 3) clips sin dueño. Intente su propia clasificación de cuatro. Cuando la tenga, le pido que cada una de las cuatro partes, la clasifique a su vez en dos partes. Por ejemplo: 1) clips metálicos, 2) plásticos, 3) clips combinados y 4) clips de cualquier otro material.
Ahora, cada una de estas clasificaciones la dividiré en dos. Metálicos: de cobre y de acero. Los plásticos: blancos y de colores. Combinados: rígidos y maleables. Finalmente, los de otro material: importados o nacionales… en fin. Lo que estoy construyendo es un mapa mental de clasificación. Cada clasificación se puede, a su vez, subdividir en nuevas clasificaciones hasta el infinito. Si las cruza, tendrá una serie de sinapsis con las que obtendrá información que no se imagina.
Este modelo de pensamiento tan sencillo es lo que derivó después en bases de datos, técnicas de análisis y organigramas de las empresas o flujos de procesos. Todo, en sus partes, se comprende mejor y se crea con propósito y resultados. Este clip sigue inquieto y pregunto: ¿Qué quisiera un clip tener para ser mejor? Un estudiante quiere ser licenciado, un deportista quiere ser un medallista. Una canción quiere que la interprete Luis Miguel. ¿Qué quiere un clip para ser mejor? O se lo pongo de otro modo. Si usted vendiera clips y su competencia también… ¿cómo lo fabricaría para que se distinga y sea mejor?
Alguna vez alguien pensó en clips de colores y de distintas formas, pero usted es mucho mejor y pensará en una mejora sustancial. ¿Más barato? Vamos, esfuércese más, los clips ya son muy baratos. ¡Un clip que se estira! Eso está muy bien. ¿Qué más? Mejore su clip una y otra y otra vez. Mejórelo todo el tiempo. Agregue nuevas características. Cuando llegue a 100, avíseme qué diablos tiene en mente, estoy seguro que será extraordinario.
Eso le pasó a la música. Pasó de ser un arte exclusivo para reyes que pagaban a músicos para componer piezas que sólo podían escuchar si las interpretaban en su palacio. De ahí pasó a los conciertos para grupos numerosos. Luego, la radio difundió los conciertos para todos y posteriormente se les ocurrió grabarlos en cintas o discos. Las grandes radiolas pasaron a consolas y después a modulares. Luego a tocadiscos, caseteras y CD. Los modulares empequeñecieron y se convirtieron en microcomponentes y se fabricaron los que podías poner en tu carro. Entonces a alguien se le ocurrió que podías llevar tu música en un Walkman y después en un Discman. Finalmente llegó el MP3 y el ipod. Ahora la música se compra y escucha online. ¿No es verdad que mejoró poco a poco con los años? ¿No es verdad que seguirá cambiando el paradigma? ¿A dónde va la música? ¿Cómo será en 20 o 50 años? ¿Cómo será tu clip para entonces?
Estas son sólo algunas herramientas para desarrollar la creatividad. En una siguiente entrega, compartiré con usted ideas que le ayudarán a resolver problemas de forma creativa. Hasta entonces. Espero que se haya divertido tanto como yo… y eso que sólo usamos un simple clip, imagínese que hubiéramos usado el cuerpo humano, la historia del hombre o el concepto de Dios. Esto no se acaba jamás.
¿Para qué sirve un clip? Si su respuesta es: “para sujetar hojas de papel”, piense otra vez. Hagamos un segundo intento: ¿para qué sirve un clip? Por favor, responda distinto, su segunda respuesta se acerca a nuestro objetivo. Si le pregunto por tercera vez, entonces seguramente se arrellanará en la silla, se inclinará hacia adelante y estará dispuesto a diseñar una respuesta más creativa, piénsela y luego pregúntese de nuevo ¿para qué sirve un clip? Responda una cuarta opción. Luego una quinta… sexta.
¿Sabe a dónde voy? Lo estoy obligando a ejercitar su mente. De eso se trata este ejercicio y a mostrarle un camino para desarrollar la creatividad. Apunte 10 respuestas distintas sobre los posibles usos que puede dar a un clip… además de sujetar papeles.
Entendamos lo siguiente, la creatividad es esa capacidad mental para desarrollar ideas a partir de romper límites mentales. Seguro desarrollará conceptos completamente disparatados, absurdos, divertidos y, ocasionalmente… ideas geniales que pueden convertirse en millonarias.
Si lo desea, haga una lista de 100 respuestas posibles, todas le ayudarán a “estirar su cerebro”. La próxima vez que tenga un clip en sus manos sabrá que tiene mucho más que un sujetador de papeles, pues tendrá… lo que usted quiera tener.
Sigamos con el mismo ejemplo para un segundo ejercicio. ¿De qué está hecho un clip? ¿Cómo los fabrican? ¿En dónde? ¿Cuánto cuestan? ¿Cuántos tipos de clip existen? Llevo cinco preguntas sin respuesta. Por favor, plantee otra pregunta usted mismo, no tiene que responderla, sólo pregunte.
Bien, una más. Tenemos siete preguntas ahora, cinco mías y dos suyas. Por favor, lleguemos a 8, 9… 10. Diseñe 100 preguntas si lo desea. No importa la respuesta. Lo que importa es desarrollar su capacidad de preguntar… de crear preguntas. Se sorprenderá de todo lo que puede imaginar sólo preguntando. Su creatividad va mejorando, ¿no? Cuando se dé cuenta, cada pregunta le suscitará una posible respuesta que, de suyo, será una idea aprovechable. No importa si es correcta o equivocada, lo que importa es que su mente tuvo capacidad de crearla. Siga preguntando todo lo que se le ocurra. Encontrará un mundo sin límites.
Continuemos la diversión con el clip. ¿Qué pasa si combino un clip con otro objeto? Digamos algo sencillo, un clip y unas hojas de papel, seguro forman un expediente. Ahora responda ¿Qué pasaría si cruzara un clip con un perro? Parece absurdo, pero no se preocupe por eso. Tendríamos un perro sujetapapeles, un perro que se puede desdoblar, o un clip en forma de perro muy coqueto que posiblemente una adolescente prefiera en lugar de un clip cualquiera. Metamos nuevamente el clip a la licuadora mental y mezclémoslo con… un teléfono, sí, un teléfono está bien. ¿Qué obtenemos? Un teléfono pisapapeles, un teléfono diminuto, un teléfono que se sujeta a su oreja y termina siendo un manos libres… ¿qué más? Piense en tres respuestas adicionales, o cuatro… o 100 si lo desea.
Ahora cruce el perro y el teléfono y deje al clip en paz. ¿Qué obtiene? Piense la respuesta y apunte todas las que le vengan a la mente. Puede imaginar qué pasa si mezcla a ¿Leonardo DaVinci con una radiografía? ¿O cómo sería un dibujo hecho entre DaVinci y George Lucas o Matt Groening?
Ahora lo volveré completamente loco(a): ¡Todo se mezcla!, cualquier objeto, emoción, persona, hecho, ciencia… ¡todo! Se mezcla de a dos, de a tres o de a 100 objetos simultáneamente. Tenemos la capacidad de mezclar todo lo que queramos en nuestra mente y obtener millones y millones de conceptos o ideas nuevas. Mezcle… así nacieron los tenis con suela de aire, el chocolate con mazapán, el avión espía, el control remoto… Por ejemplo, si usted mezcla la información con la distancia, tal vez obtenga el internet, el celular o una teoría cuántica… o el control remoto, claro.
Regresemos a nuestro clip. Divida el clip en dos clasificaciones, digamos: clips metálicos y no metálicos. Puede pensar en cualquier otra división que se le ocurra: caros y baratos, usados y nuevos, etcétera. Bien. Ahora piense en tres categorías. Yo imagino estas. 1) clips míos, 2) clips ajenos y 3) clips sin dueño. Intente su propia clasificación de cuatro. Cuando la tenga, le pido que cada una de las cuatro partes, la clasifique a su vez en dos partes. Por ejemplo: 1) clips metálicos, 2) plásticos, 3) clips combinados y 4) clips de cualquier otro material.
Ahora, cada una de estas clasificaciones la dividiré en dos. Metálicos: de cobre y de acero. Los plásticos: blancos y de colores. Combinados: rígidos y maleables. Finalmente, los de otro material: importados o nacionales… en fin. Lo que estoy construyendo es un mapa mental de clasificación. Cada clasificación se puede, a su vez, subdividir en nuevas clasificaciones hasta el infinito. Si las cruza, tendrá una serie de sinapsis con las que obtendrá información que no se imagina.
Este modelo de pensamiento tan sencillo es lo que derivó después en bases de datos, técnicas de análisis y organigramas de las empresas o flujos de procesos. Todo, en sus partes, se comprende mejor y se crea con propósito y resultados. Este clip sigue inquieto y pregunto: ¿Qué quisiera un clip tener para ser mejor? Un estudiante quiere ser licenciado, un deportista quiere ser un medallista. Una canción quiere que la interprete Luis Miguel. ¿Qué quiere un clip para ser mejor? O se lo pongo de otro modo. Si usted vendiera clips y su competencia también… ¿cómo lo fabricaría para que se distinga y sea mejor?
Alguna vez alguien pensó en clips de colores y de distintas formas, pero usted es mucho mejor y pensará en una mejora sustancial. ¿Más barato? Vamos, esfuércese más, los clips ya son muy baratos. ¡Un clip que se estira! Eso está muy bien. ¿Qué más? Mejore su clip una y otra y otra vez. Mejórelo todo el tiempo. Agregue nuevas características. Cuando llegue a 100, avíseme qué diablos tiene en mente, estoy seguro que será extraordinario.
Eso le pasó a la música. Pasó de ser un arte exclusivo para reyes que pagaban a músicos para componer piezas que sólo podían escuchar si las interpretaban en su palacio. De ahí pasó a los conciertos para grupos numerosos. Luego, la radio difundió los conciertos para todos y posteriormente se les ocurrió grabarlos en cintas o discos. Las grandes radiolas pasaron a consolas y después a modulares. Luego a tocadiscos, caseteras y CD. Los modulares empequeñecieron y se convirtieron en microcomponentes y se fabricaron los que podías poner en tu carro. Entonces a alguien se le ocurrió que podías llevar tu música en un Walkman y después en un Discman. Finalmente llegó el MP3 y el ipod. Ahora la música se compra y escucha online. ¿No es verdad que mejoró poco a poco con los años? ¿No es verdad que seguirá cambiando el paradigma? ¿A dónde va la música? ¿Cómo será en 20 o 50 años? ¿Cómo será tu clip para entonces?
Estas son sólo algunas herramientas para desarrollar la creatividad. En una siguiente entrega, compartiré con usted ideas que le ayudarán a resolver problemas de forma creativa. Hasta entonces. Espero que se haya divertido tanto como yo… y eso que sólo usamos un simple clip, imagínese que hubiéramos usado el cuerpo humano, la historia del hombre o el concepto de Dios. Esto no se acaba jamás.
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