Recordando lo que siguió a la batalla del 5 de mayo en Puebla, rememoramos hoy la batalla de Camarones.

En Francia no se menciona en los libros escolares de historia la batalla de Puebla, en cambio dedican largos párrafos a la batalla de Camarones.

En 1863, durante la segunda intervención francesa, el ejército francés sitió la ciudad de Puebla, después de fracasar en su ataque previo a dicha plaza el año anterior.

Un convoy francés compuesto por 64 carretas salió del puerto de Veracruz el 29 de abril de ese año llevando víveres, material de sitio y 3 millones en oro para pagar a las tropas sitiadoras.

El coronel Pierre Joseph Jeanningros, al mando del regimiento extranjero, envió en las primeras horas del 30 de abril a la tercera compañía a explorar los accesos al poblado de Palo Verde antes de la llegada del convoy.

Sesenta y dos soldados de infantería y tres oficiales de la legión extranjera francesa: El capitán Jean Danjou, y los subtenientes Jean Vilain y Clement Maudet.

Los legionarios eran constantemente enviados a tareas menores como el traslado de provisiones al ejército francés, en el oriente de México, región infestada por la fiebre amarilla y el tifo; tareas encomendadas debido a la mala reputación de que gozaban los legionarios ante el resto del ejército, porque todos eran extranjeros, menos sus oficiales. El coronel mexicano Francisco de Paula Milán les tendió una emboscada a kilómetro y medio de Camarón de Tejada, con su fuerza de 1,200 soldados de infantería y 800 soldados de caballería.

El capitán Danjou ordenó retirada y buscaron refugio en la hacienda del Camarón, en aquel entonces era una pequeña vivienda de adobe. Al final del día, los legionarios fueron vencidos y sólo los 5 sobrevivientes se rindieron.

La versión francesa asegura que murieron más de 200 mexicanos, pero en realidad no llegaron a 90. Pese al valor de los legionarios, este hecho no logró evitar la derrota y el fracaso de la expedición, que pese a imponer a Maximiliano de Habsburgo como emperador de México con ayuda del grupo conservador, al final se retiraron vencidos del país y Maximiliano fue ejecutado por los mexicanos en Querétaro. Los franceses conservan como su máximo trofeo la mano artificial del jefe de la legión que pereció en Camarones.

Extrañamente, si usted le pregunta a un francés sobre la batalla de Camarones, se llena de orgullo al narrar los hechos, pero si le pregunta sobre la batalla del 5 de mayo en Puebla, lo más probable es que el francés se quede asombrado en conocer un hecho que su historia escolar no registra.

(Resumido de publicación periodística del 4 de mayo de 2007, firmado por el historiador José Gómez Fregoso)