domingo, 11 de octubre de 2009

BARACK OBAMA- PREMIO NOBEL DE LA PAZ

Por qué Obama?
Publicado el: 11-Octubre-2009
El mayor sorprendido por el Premio Nobel de la Paz a Barack Obama, fue Barack Obama. En el discurso que fue forzado a hacer a media mañana en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, utilizado para las grandes ocasiones, el ambiente era gélido —cuentan testigos—, tenso y, por supuesto, nada festivo. Obama, el mago en cuanto a fijar agenda, el de los ágiles reflejos y pensamiento de vanguardia, estaba noqueado. Dijo recibir con humildad el premio, y para utilizar una metáfora coloquial, él mismo decidió pinchar el globo que le habían inflado horas antes.
A nueve meses de haber llegado a la Casa Blanca, la pregunta de qué tanto beneficiaría o perjudicaría a Obama un premio de esta naturaleza, jamás se la habían hecho. Todavía no tienen respuesta, si uno lee lo que sus estrategas más sagaces dijeron a la prensa, sorprendidos por la designación. Pero aun así, mareados por el golpe, comenzaron a operar. Millones de mensajes de texto fueron enviados a teléfonos celulares en todo Estados Unidos, firmados por Omaba. Decían, en su colofón: “Este no es un premio para mí, sino para todos ustedes que lo hicieron posible”.
Lamentablemente para ellos, no pueden pensar en qué harán después. El control de daños tenía que ser en automático, porque en Estados Unidos y en el mundo entero, las críticas al Comité del Nobel, eran abundantes. El Comité, en un hecho insólito, tuvo que salir a dar la cara por su designación. Pero no pudieron explicar por qué dárselo a un Presidente que aún no ha hecho nada salvo prometer muchas cosas, por encima de otros nominados que, cada día, ponen su vida en riesgo.
El Comité del Nobel recibió las nominaciones de 172 individuos y 33 organizaciones. Entre quienes parecían encabezar las preferencias se encontraban, en primer lugar, la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien ha logrado el rescate de 16 rehenes en poder de las FARC en dos años; el príncipe jordano Gehazi bin Mihammad, quien se ha distinguido por acercar a las religiones en aquella zona del Medio Oriente; Sima Samar, enviada especial de la ONU a Darfur, exiliada en Pakistán por la persecusión en su natal Afganistán donde encabezaba la Comisión de Derechos Humanos; y Thich Quang Do, el jefe de la prohibida Iglesia Budista Unida de Vietnam, quien vive bajo arresto domiciliario desde 2001.
Obama, en reflejo autocrítico, estaba avergonzado este viernes en Washington.El día anterior a que se anunciara el Nobel de la Paz, debatía con su gabinete cuántas tropas enviarían a Afganistán para seguir la guerra. En la mañana en que se dio a conocer el galardón, tiraba bombas sobre la Luna. En los días previos, los militares se le estaban rebelando por su indefinición sobre la ruta de acción en Asia, y en el Capitolio lo devoraban senadores y diputados, junto con su plan de salud. Desde la izquierda y la derecha las críticas lo fustigaban. El programa de sátira política, “Saturday Night Live”, lo hizo presa de sus burlas el sábado antepasado, con todo el material que gratuitamente le entregaron los críticos crecientes de Obama.
¿Por qué Obama? El Comité del Nobel dijo que por su esfuerzo, por su activismo diplomático en todo el mundo y su búsqueda por lograr el desarme nuclear. Si esto es así, ¿por qué nunca se lo habrán dado a Ronald Reagan y Mijail Gorbachov por haber puesto un alto a la carrera nuclear, aunque esto le costara la vida a la Unión Soviética? El Comité del Nobel no se lo dio por lo que ha hecho, como sí lo hizo con dos presidentes de Estados Unidos, Theodore Roosevelt en 1906 —por su intervención en lograr la paz entre Rusia y Japón—, y Woodrow Wilson en 1919 —por fundar la Liga de Naciones, precursora de la ONU, y contribuir al diseño institucional tras la Primera Guerra Mundial—, sino por lo que cree que hará.
La racionalidad del Comité del Nobel fue otorgar un premio aspiracionista. Lo mismo hicieron con Willie Brandt en 1971, por su creación de la Realpolitik, que acercó a las europas, Oriental y Occidental, aunque en realidad llevaba años en su construcción. Lo mismo hicieron también con Yasser Arafat en 1994, por su esfuerzo por lograr la paz en el Medio Oriente. El sueño de Brandt no se concretó hasta casi dos décadas después, mientras que el empeño de Arafat se colapsó terriblemente meses después de recibir el premio.
Ambos, sin embargo, aportaban esperanzas concretas. Pero ¿Obama?
Ofreció, como tantos, alcanzar la paz en el Medio Oriente. Israel se le fue encima, la guerra continúa en Gaza y sin vislumbrarse horizonte promisorio.
Prometió derrotar a Al Qaeda en Afganistán. Al Qaeda y los talibanes van derrotando a los estadounidenses. No deja de ser irónico que la misma tarde que anunciaron el Premio Nobel de la Paz, Obama se encerrara con su equipo de seguridad nacional en el sótano de la Casa Blanca para discutir el escalamiento de la guerra en esa nación.Dijo que le pondría fin a la guerra en Irak. Va reduciendo el número de soldados en ese país, pero tampoco hay una estimación real de cuándo abandonará Irak el último soldado norteamericano.
Garantizó que frenaría el programa nuclear de Irán, y disuadiría a Corea del Norte de su rearme nuclear. Irán se rió de Obama. Los coreanos, peor. Respondieron con dos pruebas nucleares.Afirmó que cerraría la base de Guantánamo en máximo un año; de acuerdo a como va el desmantelamiento del encavle estadounidense en Cuba, quizás no lo logre.
El Premio Nobel le llegó, sin embargo, en el momento político que más lo necesitaba. Con su liderazgo en crisis, Obama no ha podido ser eficiente. Su oratoria poética, vibrante y cautivadora, no lo hace ser político. Ha ido perdiendo aliados y ha ido fomentando adversarios. Si el galardón estuvo inspirado en un repudio singular al ex presidente George Bush, también representa un compromiso hacia adelante para Barack Obama. Esto es lo que sugieren algunos de sus asesores. Y no les gusta la altura a la cual colocaron el espectáculo.
Como declaró el también premiado director —un Oscar y un Grammy—, Michael Moore: “Felicidades señor Presidente por el Premio; ahora, gáneselo”.
rrivapalacio@ejecentral.com.mxwww.twitter.com/rivapa

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