sábado, 10 de noviembre de 2012

El Joven Carranza


La villa de Cuatrociénegas vio pasar la niñez de Venustiano Carranza, desde temprana edad ingresó a la escuela primaria de lugar, que terminó en Saltillo bajo la dirección del distinguido educador Miguel López, el que no solo orientaba sus alumnos en el estudio, sino que también les impartía algunas manualidades y reglas de urbanidad con la finalidad de prepararlos para desempeñar algunos oficios en caso de no continuar sus estudios.

Carranza continuó sus estudios e ingresó al centro educativo más importante del norte de México, el Ateneo Fuente, donde de manera brillante cursó dos años de latinidad, llamando la atención de sus mentores por su laboriosidad y alto aprovechamiento.

En 1874, en compañía de su hermano Emilio, ingresó a la escuela nacional preparatoria de la ciudad de México y en sus cuatro años de estadía se consolidó como uno de los alumnos más distinguidos del plantel.

Se preparaba para ingresar a la carrera de medicina cuando una peligrosa e inesperada enfermedad de sus ojos le impidió continuar sus estudios, fue en la época en que cortejó a una hermana del libertador de Cuba, José Martí, la que murió antes de que se presentara su enfermedad.

Tuvo que someterse durante algunos meses al tratamiento del eminente doctor Carmona y Valle, como la enfermedad no cedía y ante el peligro de perder la vista se trasladó a Estados Unidos, donde un notable oculista logró salvar su vista.

La enfermedad obligó al joven Venustiano a abandonar por completo sus estudios que con tanta dedicación había emprendido. A su regreso se dedicó en su tierra natal a la agricultura y a la ganadería, obteniendo un gran éxito al lado de su padre.

Muy joven contrajo matrimonio con una coterránea, Virginia Salinas, con quien procreó dos hijas, que recibieron una esmerada educación.

Sus conciudadanos empezaron a notar en él sus dotes de organizador y de administrador, eligiéndolo para ocupar la presidencia municipal de Cuatrociénegas en 1887, cuando apenas tenía 28 años de edad.

Aceptó con entusiasmo su primer y modesto puesto público, donde demostró sus dotes administrativas y políticas, su espíritu emprendedor y su criterio peculiar que caracteriza a los grandes hombres.

Tuvo graves problemas por la crisis aguda que padecía el erario, pero los resolvió con entusiasmo y resolviendo los problemas a tiempo. Así empezó su brillante carrera política el joven Venustiano Carranza, a quien recordamos en este mes de la revolución. (A. Canales Santos)     

Carranza, El Senador

 Durante el porfiriato, que duró más de 30 años, las gubernaturas y todos los puestos de elección popular eran por designación del general Porfirio Díaz.

Eso propició que muchos de los mandatarios estatales se convirtieran en caciques, déspotas y arbitrarios.

El general Díaz no dejó fuera a Coahuila y nombró como gobernador al coronel José María Garza Galán en 1886, puesto que ejerció en dos periodos, del 15 de febrero de ese año al 15 de diciembre de 1889 y el segundo de ese mismo día hasta el 9 de septiembre de 1893.

Fue un gobernador impopular y su caída obedeció a un levantamiento en contra de su imposición, que encabezaron los hermanos Carranza de Cuatrociénegas, Emilio, que era el mayor, Sebastián, Jesús y Venustiano, apoyados por Francisco Urquizo, padre del que después fue el general Francisco L. Urquizo, Francisco Z. Treviño, padre del también general Jacinto B. Treviño y por Emiliano Salinas, padre del general Gustavo Salinas. Su objetivo era impedir que siguiera como gobernador el mencionado Garza Galán.


Iniciaron la rebelión en la congregación de Santa Catarina, hoy villa de Ocampo, formando una fuerza con asombrosa rapidez de más de dos mil hombres del norte y centro de la entidad.

Al conocerse esta inusitada rebelión, se ordenó al general Bernardo Reyes para combatirlos con un fuerte contingente militar, librándose un combate en el Puerto del Carmen, a 4 kilómetros de Sacramento y 45 de Monclova, que no generó ganador ni vencido, por lo que el general Reyes invitó a los hermanos Carranza a parlamentar en Rancho Nuevo, hoy Lamadrid.

Venustiano Carranza fue la voz autorizada de los rebeldes que expresó sus demandas, que le parecieron razonables al general Reyes, que se comprometió a influir en el general Porfirio Díaz invitando a que los rebeldes nombraran un comisionado que le acompañara ante el general Díaz, nombramiento que recayó en Venustiano Carranza, que viajó a la ciudad de México donde el general Díaz lo escuchó y aceptó que Garza Galán abandonase el cargo de gobernador, nombrando en su lugar al Lic. José María Múzquiz.

Se convocó a elecciones libres para gobernador, alcaldes, senadores y diputados, resultando electo senador Venustiano Carranza, demostrando con este hecho que no fue un senador nombrado por Porfirio Díaz, sino a consecuencia de una rebelión que obligó al Gobierno a respetar la voluntad de los coahuilenses, a quien recordamos en este mes de la Revolución Mexicana. (A.
Canales Santos)

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