viernes, 30 de septiembre de 2011

BACHILLERATO OBLIGATORIO

De qué sirve que ahora el bachillerato sea obligatorio si en México cada quien hace lo que le da su tiznada gana; hace unos días, las comisiones de Puntos Constitucionales y Legislativos en el Senado, aprobaron la modalidad que establece en la Carta Magna la obligatoriedad del Estado para que garantice la educación media superior en todas sus modalidades, el dictamen que reforma los artículos 3 y 31 –en realidad un agregado de dos o tres palabras a cada apartado— de la Constitución ahora señala que la educación media superior sea obligatoria a partir del próximo año y se incremente de manera gradual hasta la posibilidad de universalizar la obligatoriedad en todas las entidades de la nación, con la finalidad de aumentar la enseñanza a nivel nacional. El 12 de noviembre del año 2002 el artículo tres de la Constitución Política de México fue reformado para incluir la Secundaria como instrucción obligatoria, de tal forma que quedó así: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado –Federación, Estados, Distrito Federal y Municipios–, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria”…Será cierto esto? , bueno pues de que esos niveles conformaban en ese entonces la educación básica por así considerarlo nuestros legislativos, pues sí, pero de ahí a que todo individuo tiene derecho a recibir educación, pues yo creo que no y que el Estado deberá impartirla, pues tampoco, aquí en Torreón hay primarias donde todavía no se regularizan las clases a pesar de que el ciclo educativo inició hace más de un mes, hay secundarias donde los alumnos sólo reciben dos o tres clases porque para las otras materias no hay profesores, basado en estos dos puntos tan sencillos y simples El Estado no está cumpliendo. Aunado a eso para estudiar primaria y secundaria, pese a que se diga lo contrario, en el terreno de la práctica docente se requiere dinero y si no pregúntenle a San Juana que no pudo inscribir a su hijo en la escuela del ejido Ana porque no pudo pagar la cuota para el curso de computación. No se diga como están las cosas en las primarias privadas. Si observamos las cifras de analfabetismo que tiene la nación y la cantidad de los bautizados “ninis” además de los datos de deserción escolar sobre todo a partir de secundaria podremos comprobar que de muy poco ha servido que la educación hasta secundaria sea obligatoria. Lastima sinceramente que estos cambios en la legislación pasen al terreno de la letra muerta y lastima también que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico considere que los más de 7 millones 226 mil jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni trabajan, sean la causa principal del atraso y estancamiento del país, ahora resulta que por encima de la estructura política, de gobierno, la inseguridad, la poca producción del sector agropecuario, los jóvenes tienen la culpa de que este país esté como está. Lastima y preocupa también el saber que sólo 14 de cada 100 estudiantes que inician la primaria puedan concluir la universidad”, que la deserción escolar que resulta costosa tanto para el país como para los propios individuos, reporte que 40 de cada 100 adolescentes abandonan la escuela secundaria. ¿Porqué lastima?, sencillo, porque de donde ahora emana la obligatoriedad del bachillerato como educación básica, emana también el que pese a los logros del sistema educativo nacional, el cual tiene cobertura del 97% a nivel primaria y 92.5% en educación secundaria seis millones de mexicanos de edad adulta son analfabetas. En la modificación del artículo 31, en el que se establece que será obligación de los mexicanos hacer que sus hijos o pupilos concurran a las escuelas públicas o privadas para obtener la educación preescolar, primaria y secundaria, después de sesudas sesiones, reflexiones y profundos análisis, los legislativos culminaron en agregarle dos palabras más a este apartado –media superior–. En México, el que quiere estudiar estudia y el que no quiere no estudia. El que lo hace surgido de la clase baja o pobre, tiene que hacer enormes sacrificios y esfuerzos, y conformarse con el servicio que ofrece la educación pública, que es un mal servicio según el organismo internacional al que siempre le pregunta la SEP de México y que siempre le contesta que está mal. El joven a partir de la prepa además del agotamiento diario, debe ir cargando en su mente que en nuestro tiempo y en nuestro país un título profesional definitivamente no garantiza una mejor calidad de vida. Porqué no aceptar la realidad, porque no pensar verdaderamente en mejorar la educación que es lo que realmente se requiere, pues seamos serios la educación está resultando cada vez menos atractiva para mucha gente, sobre todo para los muchachos, incluyendo el servicio que se presta en universidades costosas y reconocidas donde sus alumnos egresan y también pasan a formar parte de la larga cadena de desempleados o a trabajar en campos ajenos a lo que estudiaron, salvo aquellos casos donde los padres dueños de empresas, preparan a sus hijos en la profesión que se requiere para seguir operando el mismo negocio. La mejoría educativa no se va a lograr poniendo más palabras en la Constitución o haciendo más leyes porque los que afectan el servicio educativo seguirán dando clases en sus escuelas y seguirán desarrollando de manera irresponsable su trabajo. Basado en este tan intenso análisis y desde mi punto de vista, apoyado por más de 20 años que llevo observando el servicio educativo y su indivorciable relación con la política esta variación legislativa sirve solamente para dos cosas.

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