jueves, 5 de septiembre de 2013

Impulso que induce la acción


 

Las emociones son procesos neuroquímicos y cognitivos relacionados con la arquitectura de la mente —toma de decisiones, memoria, atención, percepción, imaginación— que han sido perfeccionadas por el proceso de selección natural como respuesta a las necesidades de supervivencia y reproducción de acuerdo a Sloman.

 Etimológicamente, el término emoción viene del latín emotĭo, -ōnis que significa el impulso que induce la acción. En psicología se define como aquel sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación, que se expresa físicamente mediante alguna función fisiológica como reacciones faciales o pulso cardíaco, e incluye reacciones de conducta como la agresividad, el llanto. Las emociones son materia de estudio de la psicología, las neurociencias, y más recientemente la inteligencia artificial.

 Según Aaron Bande, la necesidad de enfrentar un mundo cambiante y parcialmente impredecible hace necesario que cualquier sistema inteligente (natural o artificial) con motivos múltiples y capacidades limitadas requiera el desarrollo de emociones para sobrevivir.

 De acuerdo a Linda Davidoff, las emociones se constituyen mediante los mismos componentes subjetivos, fisiológicos y conductuales que expresan la percepción del individuo respecto a su estado mental, su cuerpo y la forma en que interactúa con el entorno.



 Contrario a la creencia popular, las emociones, lejos de ser un obstáculo en la comprensión cabal del universo lo describen con claridad. Las emociones son mecanismos que permiten a la mente describir nuestra cosmovisión, capacitándonos para interaccionar con las personas y las cosas en el medio que describimos como universo.

 Los idealistas consideran a las emociones como un legado divino, el vínculo de Dios con el hombre, la voz que indica lo que está “bien” y lo que está “mal”. En esta concepción del mundo, la inspiración divina se transmite mediante las emociones.

 Del lado opuesto, las emociones para el materialista son el vestigio del proceso evolutivo del hombre, que ha codificado en el mapa genético del ser humana una amplia gama de respuestas bioquímicas. Estas progresivamente se centran más en la interpretación de la realidad -la vida interior- que en los hechos mismos. Así las emociones son un complejo mecanismo que le dice al organismo que hacer ante ciertos estímulos externos y sobre todo, ante los pensamientos del individuo.

 Independientemente de cual de estas explicaciones consideremos más aceptable, las emociones constituyen un concepto tan importante que no permiten dejar camino sin recorrer. Los estudios tanto humanistas como materialistas de los complejos sistemas emocionales de los seres vivos han permitido explicar muchos aspectos de la complejidad de la interacción humana y los sistemas socioeconómicos.

 ¿Cuál es el impacto de las emociones en el cuerpo?, ¿qué efecto tiene una exposición prolongada a un tipo de emoción?, ¿cuál es la relación entre las emociones y el proceso comunicativo: expresar un sentimiento o quedarse callado?

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