miércoles, 3 de diciembre de 2014

DIOS LIBRAME DE ESAS PERSONAS

¡Dios líbrame de esas personas!

Dice una frase que me encanta: “La gente te amará por lo que eres y otros te odiarán por la misma razón. Acostúmbrate a eso”. El tema de que te envidien o te odien duele. Lástima tanto que tu autoestima baja hasta más allá del cero. Llega un momento en que te sientes inadaptado, fuera de lugar. Pero, no por ello vas a dejarte llevar por el qué dirán o hacer cosas que van en contra de tus valores.

Lo ideal es no tratar de darle gusto a nadie, simplemente hacer y ser… lo que tu conciencia te dicta. ¡Ser tú y punto! ¡Imagínate vivir con una máscara todo el tiempo! ¡Agota, cansa, fatiga te debilita!

Y es que existen individuos que por tratar de quedar bien con un grupo o alguien en particular se la pasan fingiendo.

¡Qué flojera me dan! Aparentan ser buenos, honestos, justos… cuando en realidad son todo un caso. ¡Dios líbrame de esas personas! (No quiero decir nombres… pero en la actualidad pululan).

Pero no todo es negro, existe una fuerza en tu interior que alimentada con los elementos correctos como la oración, meditación o la introspección da una fortaleza increíble. El asunto está en descubrir y llegar a ese punto de arranque.

Un buen inicio es rodearte de personas correctas. Ya lo dice un refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres” o “El que con lobos se junta a aullar aprende”. Otro tema es: “No hacer cosas buenas que parecen malas”. Escucha tu conciencia, aquella que te dice: Esto es bueno, esto es malo. Y por último: Haz de lo positivo un hábito
Comparto esta hermosa historia: Un anciano indio Cherokee estaba conversando con su nieto. Él le dijo: -Los hábitos son como dos lobos hambrientos de igual fuerza que están en tu mente; uno de ellos es bueno y hace todo lo que sea positivo.

Es bondadoso, comprensivo, ama incondicionalmente, siente un constante deseo de dar, ayudar, compartir, y amar, y siempre anda contento, en fin; siente y hace todo lo que sea apropiado para él y los demás.

Pero el otro lobo, es malo. El temor y los malos sentimientos rigen su centro. Así que siente odio, envidia, es egoísta, y los celos devoran su ser. Siente un fuerte deseo de dominar sicológicamente y dominar físicamente, es malvado, violento; vive en amargura. En conclusión siente todo lo que sea negativo y hace únicamente lo que es beneficioso para él. Su nieto se quedó pensando por unos momentos y le pregunta a su abuelo: -Tata, y si los dos lobos pelearan, ¿Cuál ganaría? Su abuelo le respondió: -El lobo que tú decidas alimentar. ¡Animo! ¡Feliz Miércoles!                         ¡Abrazote de oso!

¡Dios líbrame de esas personas!

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