miércoles, 3 de diciembre de 2014

LOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO DE LA BIBLIA

Los libros del Antiguo Testamento de la Biblia   –Primera parte–
En el principio creó Dios el cielo y la tierra, o al menos eso dice la Biblia de Jerusalén –que es referente de 83.9% de la población en México–, pero sucede que la Biblia no es un solo libro, sino una colección de libros con varias divisiones estructurales. Además, la biblia utilizada por los protestantes es diferente a la de los católicos, los libros sagrados mormones y la de los testigos de Jehová. Otra diferencia es la riqueza de traducciones disponibles. Por ejemplo, a partir de la reforma protestante en el siglo 16, las iglesias cristianas no católicas rechazaron la traducción griega hasta entonces conocida –además de siete libros del Antiguo testamento–, y los testigos de Jehová tienen su propia biblia titulada “La Traducción del Nuevo Mundo”.

Por otro lado, antes del cristianismo ya existía la biblia hebrea –o Tanakh–, que consta de 24 libros: la Torah –que los cristianos conocen como Pentateuco o Libros de la Ley–, Nevi ́im –Libros de los Profetas– y el Ketivum –escritos o Hagiographa–. La versión católica de la Biblia que conocemos se definió durante el concilio de trento, celebrado de 1545 a 1563, y actualmente existen diversas versiones. Veamos a continuación los libros del Antiguo testamento:

Pentateuco
Palabra de origen griego: de πέντε, pénte, ‘cinco’ y τευξος, teuxos, ‘caja’, “cinco cajas”, así llamado por los estuches, cajas o vasijas donde en la antigüedad se guardaban y protegían del deterioro los rollos de papiro o de pergamino utilizados como soporte de escritura. Lo forman:
Génesis. Del latín genesis, y éste del griego γένεσις, génesis, ‘comienzo’; describe la creación del Universo y de su mayor obra, el hombre.
Éxodo. Del griego έξοδος, éxodos, ‘partida, salida’. Después de la contienda entre Moisés y el faraón, narra la salida de Egipto y la consecuente peregrinación del pueblo hebreo a la tierra prometida.
Levítico. Del latín Leviticus, y éste del hebreo léví; su nombre se debe a una especie de manual religioso para uso de los levitas o sacerdotes de culto, elegidos de entre los miembros de la tribu de Leví –hijo de Jacob, cuyo nombre lleva una de las 12 tribus del pueblo de Israel.
Números. Llamado así por la referencia con la que comienza: Dios ordena a Moisés realizar un censo del número de hebreos capaces de usar armas; además, el libro está lleno de referencias numéricas de diversos tipos.
Deuteronomio. Del griego δευτερος νόμοσ, deuteros nómos, ‘segunda ley’; este nombre fue dado por oposición a la Primera Ley. Es el quinto libro del Pentateuco, y en él se narra, entre otras cosas, la muerte de Moisés.




Los libros del Antiguo Testamento de la Biblia –Segunda parte–
Libros históricos
Llamados así por su carácter historiográfico; también responden a una antigua tradición según la cual estos libros fueron compuestos por algunos profetas de Israel, a quienes se les denomina “Profetas Anteriores”, con el fin de distinguirlos de los “Posteriores”.
- Josué. Narra la historia de Josué –que significa “Dios salva”–, quien guía al pueblo hebreo después de la muerte de Moisés.
- Jueces. Proviene de la palabra hebrea shoftim, que significa “justicia”; según algunas versiones, narra desde la muerte de Josué hasta el nacimiento de Samuel –un periodo de 300 años, aproximadamente.
- Rut. Este libro recibe su nombre gracias a la protagonista del relato: Ruth o Rut –que significa “compañera”–, joven viuda que cuidó de su suegra Noemí, quien a su vez la ayudó a encontrar nuevo marido. El hombre pertenecía a la tribu de Judá y de su unión nació el abuelo del rey David.
- Samuel. Se llama así porque se presenta a tres personajes clave: Samuel, último juez de Israel y el primero de los profetas, que por su ministerio da nombre a estos libros; Saúl, quien fue ungido primer rey de Israel por Samuel, y David, el nuevo rey, soldado de Dios, famoso por vencer a Goliat, un enorme guerrero filisteo.
- Reyes. Comienza con los últimos años del rey David y, posteriormente, el reinado del Rey sabio –de ahí su nombre.
- Crónicas. su nombre se debe a san Jerónimo, padre de la Iglesia. En otras versiones se les llama “Las cosas de los días” o Paralipómena, es decir, “Las cosas dejadas a un lado”, omitidas. Ofrecen información complementaria no contenida en los demás libros.
- Esdras. Del nombre del escriba y sacerdote judío que, cerca de 450 años antes de nuestra era, compiló el Pentateuco y el resto del Antiguo testamento. su nombre proviene del hebreo y arameo ezra, que significa “ayuda” o “asistencia”.
- Macabeos. El primer libro con este nombre narra el intento de helenizar forzadamente a los judíos, y la resistencia de Matatías; la jefatura militar pasó pronto a Judas, el hijo, quien tenía por apodo “Macabeo”, que significa “martillo”. El segundo narra ciertos hechos que también se incluyen en el primer libro, y otros, como la herejía de Heliodoro.



Los libros del Antiguo Testamento de la Biblia –Tercera parte–
Libros sapienciales
Así llamados porque conceden un lugar a la sabiduría, del latín sapientia, “sapiencia”.
- Job. Procede del hebreo yob, que significa “perseguido”, y es el nombre de un hombre muy rico y de recta conducta, que de pronto se ve en la mayor carencia y precariedad al permitir a Dios que pruebe su fe.
- Salmos. Salmo significa en hebreo “alabanza”. Es la colección de composiciones poéticas del pueblo de Israel: himnos, súplicas y poemas de gratitud, sabiduría, instrucción o historia; existen los llamados “salmos alfabéticos”, que inician en el orden de las letras del alfabeto hebreo.
- Proverbios. Del latín proverbium, “sentencia, adagio, refrán”. Es una colección de máximas, refranes, dichos y poemas para la instrucción de la juventud, atribuidos a Salomón.
- Eclesiastés. Al libro se le ha dado también el nombre de Qohélet –que significa “el predicador”–, derivado a su vez de la palabra hebrea qahal, que significa ‘asamblea’. De aquí su relación con la griega ekklesía, cuyo significado es el mismo.
- Cantar de los Cantares. ¿Poema entre un hombre y una mujer, o alegoría entre Dios y la humanidad? cualquiera que sea el sentido, su belleza es inigualable: imágenes sensuales y metáforas con que se describe a los amantes y a su profundo deseo de estar juntos. La construcción “cantar de los cantares” tiene valor superlativo –superior a todos los demás–; también se le conoce como “cantar de Salomón”.

Libros proféticos
Estos 18 libros, los últimos del Antiguo testamento, se atribuyen a los profetas; esto es, a hombres inspirados por Dios para hablar en su nombre y transmitir sus enseñanzas. Para dividirlos existen varios criterios; los más usuales: por tiempo –primeros y últimos profetas– y por extensión del libro –profetas mayores y profetas menores.
Los libros de los profetas mayores son: Isaías, Jeremías, Baruc, Lamentaciones –cuyo nombre procede de El Libro de los Setenta, donde se denominan Zrénoi, que son cantos fúnebres y, justamente, lamentaciones–, Ezequiel y Daniel. Los profetas menores son 12 en total: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías; de entre estos últimos, destaca el relato del Libro de Jonás, quien es tragado por un gran pez después de un naufragio, mientras intenta escapar de su tarea profética.




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