miércoles, 3 de diciembre de 2014

ESOS PROFES

Esos profes

A PARTIR DE ESTA SEMANA EL sueño de las vacaciones escolares termina, mientras la pesadilla para los padres de familia apenas inicia para pagar todos los gastos que sus hijos requieren para poder seguir estudiando.

EL TRÁFICO SE CONGESTIONARÁ a las horas de entrada y salida de clases. Veremos a los choferes de transporte escolar conducir con temeridad; también se verán señoras en camionetotas último modelo manejando como cafres por no levantarse temprano y evitar el retardo.

PARA MUCHAS MADRES de familia el fin de las vacaciones representa un alivio al no tener a los hijos en casa sin qué hacer, dando lata, pegados horas y horas frente al televisor o navegando sin ton ni son. Por fin, a partir de esta semana, los chamacos están donde deben y con quienes deben estar.

CON EL REGRESO A CLASES los muchachos -se supone- continuarán con su proceso de aprendizaje para transformarse en sujetos exitosos y útiles a la sociedad. Adquirirán diferentes conocimientos y habilidades a la vez que sus profesores les inculcarán la formación de valores tales como la justicia, la libertad, igualdad, democracia, solidaridad y tolerancia, todo ello como parte del desarrollo humano de sus alumnos.

SUENA BONITO, pero ¿será cierto? Lamentablemente no.

TODOS SABEMOS que el futuro de un pueblo depende de su educación y es por ello que ante un mundo cada día más complejo, frente a una realidad opresiva y una feroz competencia, se supone que es en la escuela donde las nuevas generaciones se preparan para alcanzar un promisorio futuro.

PERO NO SUCEDE así ya que en todos los niveles la calidad de la educación deja mucho qué desear. Esto no es privativo de las escuelas públicas, la ausencia de calidad también está presente en pomposas y elitistas instituciones educativas.

UNA DE LAS PRINCIPALES causas de los fracasos de México, como proyecto de país, ha sido la mediocridad de sus élites directivas, tanto políticas como empresariales, quienes atrapadas entre la partidocracia y el capitalismo salvaje, anteponen sus intereses al bien común.

LOS DEFICIENTES planes y programas de estudio, así como la mala preparación de los profesores inciden en la pobre calidad de la educación. ¿Por qué las Normales no se transforman a fondo, que los expertos en educación se hagan cargo de esta renovación y los políticos se hagan a un lado? Ya es hora de que los profesores enseñen a los alumnos a aprender a aprender.

HOY EN DÍA los maestros son prácticamente burócratas sin un compromiso por la calidad en la educación. La conveniencia prevalece sobre la vocación; el amor por sus alumnos y el compromiso con su superación son prácticamente nulos; la responsabilidad, su preparación profesional y el cumplimiento con sus obligaciones, son terribles. Por ello, cuando hay evaluaciones al magisterio le da pavor.

ES FÁCIL SEÑALAR las deficiencias de los maestros pero también se deben reconocer las injusticias que padecen, básicamente por un sindicalismo opresivo y absorbente.

EL SINDICATO de maestros se ha extralimitado en sus funciones al subordinar y hacer dependientes a los maestros.

Es una profesión despojada, sin iniciativas profesionales propias, sin espacios autónomos para actualizarse y donde puedan ventilar sus asuntos académicos y técnicas que les afectan, y sin posibilidades de interactuar con las autoridades para influir en las políticas educativas. En pocas palabras, no se les permite deslindar lo laboral de lo profesional.

POR OTRO LADO, para poder capotear al poderoso sindicato magisterial se prefiere nombrar en los puestos claves de la SEP a políticos experimentados en lugar de conocedores de la materia educativa. De esta manera se privilegian más los intereses sindicales y políticos que la calidad educativa.

ESTAS AUTORIDADES no han sabido -o no han querido- aprovechar la experiencia cotidiana de los maestros del conocimiento que tienen de la realidad de niños, jóvenes y sus familias, lo cual permitiría elaborar planes y programas educativos más efectivos.

ANTE ESTA SITUACIÓN, desafortunadamente, los maestros prefieren navegar sin comprometerse, buscando su comodidad, provecho y privilegios personales, haciendo a un lado la educación. No se vale.

UN PROFESOR -se supone- debe ser un líder que además de enseñar conocimientos y habilidades, fomente los valores, eduque para la paz, para preservar el medio ambiente, para dominar los lenguajes fundamentales, la comprensión del mundo, el pensamiento científico, la justicia social, los derechos humanos y la identidad nacional. ¿Así son tus maestros o los de tus hijos?

POR ÚLTIMO, qué les cuesta al menos enseñar a no tirar la basura en la calle, buenos modales, higiene y el gusto por la lectura. Creo que no es mucho pedir.


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