martes, 6 de enero de 2015

GOBIERNO UTILIZA EL DINERO DE LOS TRABAJADORES


Cuidado con el dinero ajeno

Con tantos problemas en nuestro país, ha pasado casi inadvertido un anuncio del Ejecutivo que puede implicar un enorme riesgo para la población pensionada y por pensionarse, el referente a la propuesta de que parte de sus ahorros sean aplicados en proyectos de infraestructura, con el objeto de detonar la inversión.
Ante la incapacidad gubernamental de obtener recursos para el desarrollo de la infraestructura, el camino más sencillo es utilizar el dinero de los trabajadores, financiando así al sector privado.
Por supuesto que los bancos y los constructores han manifestado de inmediato que es una excelente idea y, al parecer, incluso han empezado a desarrollar algunos proyectos que, desde el secretario de Hacienda hasta el último de los banqueros, pasando por supuesto por la bancada del PAN, han dicho que son seguros, que no tendrán ningún problema de riesgo y que darán buenas utilidades.

La pregunta es: ¿si son tan maravillosos los proyectos, por qué tanto el gobierno como los bancos dueños de las afores prefieren utilizar el dinero ajeno y no el propio? Claro, entre otras cosas, porque es más barato. Nadie ha dicho hasta ahora cuánto van a ganar los trabajadores y cuánto los bancos por estas operaciones y, por supuesto, no se les ha ocurrido pedir la opinión de los dueños de dicho dinero.
¿Por qué están tan seguros de que es una inversión garantizada? ¿Ya se olvidaron de los Pidiregas? ¿Ya se olvidaron del rescate de carreteras por parte del gobierno, en el que hubo que poner dinero del pueblo, ya que tanto los constructores privados como los bancos que los financiaron estaban perdiendo mucho dinero? ¿En qué radica ahora la seguridad de que no va a pasar lo mismo?
No se debe arriesgar de ninguna manera el patrimonio de los trabajadores en operaciones cuyo rendimiento se verá en el largo plazo, y si no ocurre lo que ellos esperan, los trabajadores serán los paganos de esta aventura porque, aunque se trate de infraestructura, es una aventura que se den los supuestos del papel.
De la misma manera, han dicho que estas operaciones van a estar muy vigiladas por varios comités. El problema es que la decisión de dónde invertir será tomada por los banqueros, que no gozan precisamente hoy en el mundo de una buena reputación, tanto personal como de sus instituciones.
Los trabajadores no están contentos con las afores, tal y como lo demuestran las más de 91 mil demandas que interpusieron en 2008 y que para mediados de este año llegan a las 50 mil. Es decir, algo está fallando con el manejo de los recursos de los trabajadores y el gobierno no presiona a dichos bancos para resolver los litigios, que en su mayoría son simplemente para que les reembolsen su dinero ahorrado.
Se dijo que nunca se arriesgaría el ahorro de los trabajadores. Ahora se está haciendo y es jugar con fuego. Lo peor es que los responsables estén tan tranquilos, utilizando no sólo lo ajeno, sino el único patrimonio con que cuentan los trabajadores para su vejez.

 

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