sábado, 31 de enero de 2015

AUMENTO DE MISERIA AL SALARIO MÍNIMO


Aumento de miseria al salario mínimo

Bienvenidos, amados lectores míos. Desde lo más profundo de mi amoroso e incomprendido corazón, lamento sinceramente que esta Navidad no recibirán el regalo deseado a lo largo del año y que los esfuerzos que hicieron pa’ portarse bien fueron insuficientes pa’ ablandar el corazón de San Nicolás.

Bien sé que procuraron respetar las leyes de tránsito como si vivieran en Estados Unidos, que se esforzaron por trabajar al 100% como robotitos alemanes o japoneses, que se esmeraron por ser ciudadanos ejemplares como si vivieran en Suecia o en Corea del Norte –pa’l caso es lo mismo: o cumples la ley por la buena o el Estado te aprieta el cuello o te agarra de donde más duele– y que pusieron todo de su parte pa’
 
comportarse como si encarnaran la moral y la virtud.

Pero, ¡así es la vida! mis queridas hermanas y hermanos, pero en ocasiones resulta imposible obtener lo que deseamos aunque hayamos sido un modelo de rectitud y decencia, casi al nivel de su servilleta. Sé que esperaban un jugoso aumento salarial cortesía de Santo Quique como obsequio navideño, pero, como ocurre con las peticiones infantiles, también les falló.

PRIMERA LECTURA 

Los veo apachurrados, como que el espíritu navideño se les congeló, y los comprendo, pero desde la semana pasada les advertí que el aumento al salario mínimo iba a ser de risa o franca burla, pero no me hicieron caso y siguieron de gastalones los últimos días, como si fueran sobrinos de Slim o, mínimo, políticos.

¿De qué se sorprenden? La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos siempre los agarra de piñata en fin de año y autoriza incrementos de miseria en este país de castas, donde el pueblo bueno y trabajador, como dice El Peje, siempre pierde.

El Consejo de Representantes de la Conasami acordó “por unanimidad” aumentar el sueldo en 4.2% a partir de enero, de manera que en Coahuila el salario mínimo se “disparará” de 63.77 pesos a 66.45 pesotes, pa’ que paguen depa, carro del año y pongan a los escuincles en un colegio, si no de renombre, por lo menos medianón, como dijo aquel panista.

Ni la burla perdonan. A noviembre pasado la inflación acumuló 4.17% y todavía falta el cierre del año, por lo que el dichoso aumento llegará pulverizado antes de entrar en vigor. A eso agréguenle la tradicional cuesta de enero y el hecho de que, por ejemplo en Coahuila, el Congreso del Estado autorizó que los impuestos, derechos, contribuciones municipales y estatales aumenten nomás 4% a partir de Año Nuevo.

Según este organismo, cuenta con importantes estudios que “indican que el salario mínimo contribuye efectivamente a reducir la desigualdad salarial. De hecho, en los últimos años, tanto en economías desarrolladas, economías emergentes y en desarrollo, un número cada vez mayor de gobiernos ha utilizado el salario mínimo como herramienta de política eficaz contra la desigualdad salarial”. Aquela…

Y, pa’ justificar el paupérrimo aumento, remata: “Cabe subrayar la importancia de que el salario mínimo se fije considerando las necesidades de los trabajadores y sus familias en equilibrio con los factores económicos”. Po’s así sí.

SEGUNDA LECTURA

La casta política y económica del país intenta minimizar la situación con el argumento de que “nomás” 5 millones de trabajadores ganan el salario mínimo, que no vale la pena reparar en ello y que den gracias por tener al menos un ingreso, que al cabo al ratito se espera la llegada de otro milagro mexicano, que tengamos fe, que no desesperemos, que el Papa Panchito vendrá a México y que si ya sufrimos décadas de
 
miseria ¿qué tanto es tantito más? Y ya ni siquiera duele.

Además, los patrones se agarran del aumentote al mínimo y eso lo toman como referencia pa’ repartir migajas a sus esclavos y será un milagro si llegan a rebasar el porcentaje del 4.2 por ciento.

Aquellos que tienen el monopolio de las decisiones en el país echan puro verbo y declaran que el salario mínimo debe ser suficiente como pa’ satisfacer las necesidades de una familia, desde alimento, techo, abrigo, salud y educación, hasta alcanzar el aspecto cultural y de esparcimiento, porque así lo marca la propia Constitución Mexicana. Pero hasta ahí.

Pura demagogia. De 1980 a la fecha el salario mínimo ha pasado por años de vacas flacas de manera continua y sin chance de “resollar”, así que su poder adquisitivo se rezagó entre 70 y 75%, lo que explica que haya más pobreza, más necesidades sin atender y todavía los políticos se preguntan la razón de que los jóvenes volteen a ver a la delincuencia organizada pa’ obtener lo que ni Gobierno ni sociedad en su
 
conjunto han sido capaces de ofrecerles; oportunidades de estudio y trabajo aceptablemente remunerado.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social recientemente informó que una familia de cuatro miembros requiere “de perdis” 164 pesos diarios pa’ calmar la solitaria, y otros organismos recomiendan 170 pesos y de ai’ pa’l real.

EVANGELIO 

Cómo estará la cosa de dramática que hay reportes que aseguran que México se encuentra entre los países con mayor rezago salarial en América, disputando los últimos lugares con naciones como Haití y Cuba, de acuerdo con Summa, revista especializada en economía y negocios. Arriba de estos tres países están superpotencias económicas como Venezuela, Ecuador, Perú, Guatemala, Honduras, El Salvador,
 
Bolivia y todas las naciones que por esos rumbos quieran agregar.

Aquí el problema es que cada año se incorpora –es un decir– un millón de mexicanos, en promedio, al mercado laboral y aprovechan pa’ ofrecerles chamba a cambio de sueldos bajos y sin prestaciones.

El mismo Coneval advierte que en 2008 las personas con ingreso inferior a la línea de bienestar económico representaban el 49% de la población total y ahora suman el 51.6%. Sin salario digno, con menos o nulas prestaciones laborales, las personas prefieren probar suerte en la informalidad o de plano hay quienes se ofrecen como carne de cañón a los malosos.

El Papa Panchito nos ha recordado en varias ocasiones que la desigualdad y pobreza es origen de otros males, como la violencia y la inseguridad, incluso precisa que no basta con asegurar la comida, sino que se requiere generar prosperidad. “Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente al trabajo, porque acrecienta la dignidad de su vida: el salario justo permite el acceso adecuado a los
 
demás bienes que están destinados al uso común”. Por aquí veo algunos patrones, espero que no se hagan como que la Virgen les habla.

BENDICIÓN 

Mis amadísimas ovejas y tiernos corderillos, ya dejen de mirar con envidia a los paisanos que cruzan por Coahuila con sus camionetonas cargadas de regalos pa’ la familia, como modernos santocloses y trineos que llegan en Navidad a prodigar felicidad por estos lados alejados de la mano de Obama.

Mientras esperamos sentados, rascándonos los… dedos de las manos, la llegada del segundo milagro mexicano, a ver si el Gobierno no sigue malbaratando la mano de obra con el interés de atraer más inversiones extranjeras porque los trabajadores ya no están dispuestos a continuar siendo sacrificados como inocentes borregos pa’ festín de insaciables patrones.

¡Ah! Y por favor, quítense la idea de irse a Estados Unidos de mojados porque la Migra está más al tiro pa’ que no se les cuelen más “panchos”, mejor abran sus expectativas, analicen el futuro que les deparan otros paraísos, chance y puedan ir a quitarles la chamba a los obreros haitianos. O ¿por qué no? a los balseros cubanos. Nunca es bueno decir de esa agua no beberé; además, nomás piensen en las morenotas
 
–ai’ escojan– que los esperan con los brazos abiertos pa’ hacerlos felices.

Los espero aquí, la próxima semana, para limpiar sus pecados e iluminar su camino. Besad mi mano y seguid vuestro andar.

 

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