Cambiar el mundo
Me gustaría saber la cantidad de personas que desean
cambiar el mundo sin saberse cambiar a sí mismas, y estoy
convencido que a proporción sería más influyente
realizar esto último que cualquier tipo de activismo a medio realizar o cuantas
opiniones personales clamen.
El poder del que mantiene el mundo a cambiar se asienta sobre una normalidad de control
e influencia, y si dicha normalidad se rompe, se rompe el sistema. Cuando uno
realmente se gobierna a sí mismo, poco hueco deja para que lo gobiernen otros,
y este conocimiento tan grande de nosotros mismos no entra en la
normalidad. Seguramente dejaríamos de hacer lo que debemos y haríamos lo que
queremos, lo que nos hace felices, y eso no mantiene ningún sistema, justo lo
haría para mantenernos a nosotros mismos, lo que nos da una gran inseguridad, por eso
cedemos parte de nuestra
libertad al sistema a cambio de seguridad y protección, suena
mal pero es la supervivencia
de hoy en día, el truco está en dominar la parte que queremos entregar y no
ceder ante el reclamo de gobiernos, dictadores o cualquier reclamo íntegro de
nuestra libertad tal como suelen llevar a cabo los nacionalismos.
Un tema muy interesante para el que recomiendo el libro “El miedo a la
libertad” de Erich Fromm.
Este párrafo nos lleva
a reflexionar que a veces, queremos
cambiar el mundo que nos sustenta, lo que nos lleva a una paradoja que provoca
un medio-activismo que no lleva a ningún sitio, véase que todos queremos salvar
el planeta mientras no hacemos más que consumir productos que han producido y
producen contaminación ¿o no?
¿Quién
quiere cambiar el mundo?
Tras una larga
búsqueda no he conseguido encontrar al autor (os invito a ayudarme, aunque
apostaría por Freud) de una frase que siempre he tenido en mente y asegura algo
así como que, el deseo más grande y oculto de toda persona
es dominar el mundo, y ser el rey y máximo poder de su realidad.
Sin ser hipócritas ¿Quién no ha sentido esto? ¿Quién no ha pensado aunque sea por
unos segundos que si el mundo se rigiera por sus normas sería mejor?, nos hemos
visto entonces capaces de regir un orden
según nuestro ego.
¿No es esto un acto de
egoísmo
extremo? Seguramente si, pero podríamos diferenciar el objetivo de cambiar el
mundo entre un egoísta y un humanista con una sencilla pregunta ¿Darías tu vida por cambiar el
mundo?
Con todo esto espero
haber creado una reflexión sobre este tema, y concluyo con la idea que nombro
al principio, la primera y principal revolución debemos llevar a cabo si
queremos cambiar el mundo que entendemos, es con nosotros mismos.
*¿Para quién es útil el
nacionalismo?
Un mundo de
comunidades imaginadas
y de fronteras
que nos dividen forjadas en sangre e intereses
que se han ido consolidando con el paso de los años. Ese es el mundo que hemos
heredado gracias a los nacionalismos.
El nacionalismo es
considerado como una ideología,
pero mientras otras ideologías se preguntan ¿Cómo debería ser gobernada una
sociedad? El nacionalismo se pregunta ¿Quién
debería formar parte de un pueblo o nación?
El nacionalismo, ni
más ni menos, es la
herramienta que los estados modernos, sus gobiernos, y beneficiarios, utilizan
para crear un sentimiento patriótico uniforme en su población por medio de la
educación, la cultura y los medios de comunicación, que asegure la pervivencia
del estado, sobre todo ante momentos de crisis, entendiendo por
crisis la unidad de la nación y los intereses de los que la controlan.
Este imaginario
colectivo es un gran invento, sobretodo porque permite hablar de todos y no hablar de nadie.
Unifica entre la sociedad un concepto de “nacionalidad común” que realmente no
existe, de hecho, dentro de una nación la sociedad es muy plural, siendo esto
una de las principales pegas del nacionalismo, además de que durante la segunda
mitad del siglo XX se ha podido ver la capacidad de manipulación de la opinión pública que
posee el nacionalismo para llamar al patriotismo y desencadenar su potencial destructivo.
El nacionalismo ha
facilitado la creación de los estados modernos, pues se dice que han sido las
naciones (y su nacionalismo) las que han creado los estados, y encontramos al
menos tantos movimientos nacionalistas como estados existen, pero es curioso
ver como dentro de una nación, no es bueno que haya dos nacionalismos
distintos, de hecho es excluyente pues los protectores del nacionalismo en una
nación no permiten la autodeterminación de una comunidad que comparta lo
necesario para sentir su propio sentimiento nacionalista.
Es algo paradójico pues lo que ha permitido la creación de los estados, es lo que impide que nazcan otros. No puede haber estados sin nación, ni naciones sin estado, pues son peligrosas.
Es algo paradójico pues lo que ha permitido la creación de los estados, es lo que impide que nazcan otros. No puede haber estados sin nación, ni naciones sin estado, pues son peligrosas.
Es mucho lo que se
podría debatir sobre los nacionalismos, pero puestos a hablar de filosofía, lo
que realmente debería interesarnos es la influencia que tiene sobre los sujetos
y su pensamiento.
Nos da unas fronteras
que hemos de asimilar
innatamente aunque nada hayamos influido para su realización.
Nos impone una condición similar a todos las personas que contienen dichas fronteras aunque no tengamos más bien poco en común.
Lo peor de todo es que para los más débiles de mente, crea un dios por el que merece la pena morir, millones de vidas entregadas a símbolos y banderas impuestas, por luchar los intereses y ambiciones de otros que no van a dar la vida por nadie.
Nos impone una condición similar a todos las personas que contienen dichas fronteras aunque no tengamos más bien poco en común.
Lo peor de todo es que para los más débiles de mente, crea un dios por el que merece la pena morir, millones de vidas entregadas a símbolos y banderas impuestas, por luchar los intereses y ambiciones de otros que no van a dar la vida por nadie.
¿Qué son los símbolos
nacionales? ¿Quién
los pone? ¿De dónde vienen y por qué tenemos las fronteras que tenemos? ¿Me
identifico con quien gobierna
mi estado? ¿Debería entregar la vida
por una bandera y su historia o me la guardo para mi mismo? ¿Es posible vivir
en un estado y no
tener sentimiento nacionalista?
Son preguntas para
pensar antes de hablar nacionalismo, y que deberíamos tener claras cuando
oigamos su llamada, ya que además, suele ser en los peores momentos de un país
cuando suele resurgir esta ideología.
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