Todo el mundo es capaz de identificar las
personas que considera sabias, aunque no se tenga del todo claro qué es la sabiduría. Sabemos que
tiene cualidades intelectuales
y personales, pero su relación con el conocimiento académico no resulta
del todo directa.
“El hombre más sabio
que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir”, dijo el escritor
José Saramago. En esta cita se refería a su abuelo, que aunque analfabeto, tenía un
gran conocimiento de la vida, según Saramago.
Intuimos aquí un
ejemplo de lo que el imaginario colectivo entiende por sabiduría.
La definición oficial
de sabiduría en la R.A.E. dice:
Conocimiento profundo que se adquiere a través del estudio o de la experiencia.
Conocimiento profundo que se adquiere a través del estudio o de la experiencia.
Vemos así que la
sabiduría entonces se adquiere mediante un especial conocimiento y
comprensión de un campo mediante su estudio o su vivencia, siendo
conceptos como la vida,
el amor o el autoconocimiento campos tan válidos como otros
para que alguien se considere sabio.
Popularmente se
reconoce alguien es sabio cuando tiene una especial experiencia y conocimientos
para situaciones prácticas
y de la vida social,
o cuando tiene un especial conocimiento de un campo, pero no conocimientos sin
más, sino que además de tener conocimientos, estudios filosóficos recientes
sentencian que alguien para ser sabio necesita de algo llamado “virtudes epistémicas”
¿Qué es esto?
La epistemología es una
rama de la filosofía que se refiere al problema de “como conocernos” y valora virtudes personales
como la prudencia, creatividad, curiosidad, dedicación… virtudes que permiten
que una persona se acerque a un mejor conocimiento de su persona y su existencia.
Digamos que un sabio,
además de ser un cúmulo de experiencias y conocimientos, tiene esa cualidad
especial de ser un hombre con una moral ejemplar
que hace que su palabra tenga una especial importancia pues ha basado su vida
en el desarrollo de su razón y su intelecto, y ese simple hecho, ya desde
Platón y los Estoicos especialmente, es la base de una vida bien vivida.
Entonces yo les
pregunto ¿quién no tiene un amigo al que a pesar de tener muchos estudios se le
considera tonto?
¿Quién no conoce la típica persona que rebosa inteligencia pero que nunca se ha sentido
atraído por ningún tipo de conocimiento? ¿Quién no conoce a algún sabio del que
le gustaría parecerse no solo por sus conocimientos, sino por algo más?
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