martes, 19 de abril de 2011

ADIÓS EXPROPIACIÓN

Alma Carolina Viggiano
Adiós expropiación
“¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?”. Henry George


A unos días de haberse conmemorado el día de la expropiación petrolera, es inevitable reflexionar sobre lo que nos depara el destino como país productor de petróleo.

Para México, el petróleo ya no es negocio y ya no lo es porque el dinero que entra por un lado sale por otro. Y esto es así porque mientras nosotros vendemos petróleo crudo, Estados Unidos, India, Venezuela, Brasil, Medio Oriente y Asia nos venden el barril de gasolina 7 dólares más caro que el barril de petróleo crudo; es decir, por cada barril que vendemos le estamos perdiendo, en promedio, 80 pesos.

Parece mentira que en algún momento de nuestra historia llegamos a ser el cuarto país productor de petróleo más importante a nivel mundial. Ya no somos ni la sombra de lo que fuimos, pero lo peor de todo es que el presidente Calderón no esté actuando de manera estratégica al respecto.

El Presidente está condenando a los mexicanos a seguir con esa dependencia, porque para él, y para sus economistas, cualquier cosa es mejor que invertir en refinerías.

Tenemos el ejemplo en Tula, donde a pesar de haber comprometido el proyecto de una refinería, se ha negado a invertir. Esa actitud no puede ser más que calificada de mezquina y de falta de responsabilidad con el futuro de México.

Y por si fuera poco, hace unos días, hubo otro incremento al precio de los combustibles, el tercero de los 12 que autorizó el Presidente para este año. Ahora tenemos que pagar la gasolina Magna a 9 pesos el litro; la Premium a 10.22 y el diesel a 9.36.

Es una pena que a 73 años de la expropiación petrolera, hoy tengamos una empresa debilitada, endeudada para financiar otros programas del gobierno y mal administrada, pues de los más de 500 mil millones de pesos generados por los excedentes petroleros, ni un peso ha ido a parar a Pemex para su modernización.

Preocupa que en los últimos años, y sobre todo en los últimos cinco, la caída de la producción ha sido histórica y somos testigos de que cada vez se protegen y se cuidan más los intereses de empresas extranjeras, en detrimento de la empresa nacional.

No es para alarmarlos, pero no se sorprendan que el Gobierno federal esté buscando cómo justificar la privatización de Pemex.

No olvidemos que así inició el proceso de desaparición del Sindicato de Luz y Fuerza del Centro y hoy miles de desempleados pueden dar testimonio de esas malas intenciones.

Por todo lo anterior, los legisladores priístas estamos comprometidos con los derechos de los trabajadores y la preservación de los empleos. Que no quepa duda de que el PRI inaugurará una nueva etapa de rescate del nacionalismo y la reactivación económica para que México vuelva a ocupar el lugar que merece a nivel internacional.

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