Lo que tenga
que ser será a su tiempo y en su momento
Lo que tenga que ser será, a su tiempo y en su momento,
porque el destino es incierto y a veces simplemente los vientos no soplan a
nuestro favor ni nuestras velas están por la labor de izarse a pesar de nuestro
empeño.
Dicen que las mejores cosas no se planean,
que simplemente suceden y que es mejor no presionar al tiempo. Porque realmente
si algo debe pasar, sucederá de todas maneras. Y si no debe hacerlo, pues no lo
hará. Es simple.
Por eso de vez en cuando es bueno no
planear ni esperar, dejar de exigir razones por las que seguir avanzando por un
camino que no vemos muy claro y bajarnos del mundo de las expectativas y de las
programaciones.
El hecho de que las cosas sean más
sencillas de lo que en origen nos planteamos nos abre un gran abanico de posibilidades
para disfrutar de la vida desde otra perspectiva mucho más relajada y simpática
para nuestro bienestar.
Todo pasa, todo llega, todo se
transforma
Probablemente todos estaremos de
acuerdo en que somos producto de nuestras circunstancias y de nuestros deseos.
Sin embargo, a veces estos resultan incompatibles o, al menos, nos cuesta
digerir las consecuencias que acarrean. Esto genera preocupaciones que hacen
que nos sintamos angustiados y, como se suele decir, amargan nuestra
existencia.
En esta ocasión es bueno que echemos
mano de un famoso proverbio árabe que encierra en sí mismo una lógica
aplastante: Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿por
qué te preocupas?
Lo cierto es que sí, parece obvio que
no deberíamos preocuparnos de aquello que no podemos resolver, pero dejarse
llevar y mantener la calma en ciertos momentos puede ser prácticamente
imposible.
Por eso quizás lo que debemos
aprender es que hay ciertas cosas que se escapan de nuestro control y que dejar
que la vida fluya y aceptar cuáles son las circunstancias es la mejor de
nuestras opciones en muchas ocasiones.
No somos la coraza, somos la
respiración
Somos aquello que digerimos, las
piedras con las que tropezamos, los rasguños que no curamos y los finales trágicos
de nuestra vida. No somos todo sonrisas, alegrías o verdades, también somos
mentiras (las que nos cuentan y las que nos contamos), somos las críticas y las
lágrimas que no lloramos.
Así que para abarcar con nuestras
riendas todo lo que nos compone lo tenemos más que complicado. Pero esto no
significa que tengamos que desconfiar de la felicidad o, simplemente, de las
casualidades de la vida.
No se trata de creer o no creer en el
destino, sino de dejar que las circunstancias nos sorprendan y así abrir las
ventanas del relax emocional para que nos ayuden a reavivar nuestros
sentimientos.
De vez en cuando es necesario huir de
nosotros mismos y de nuestras expectativas. O sea, lavar nuestra mente para
tomar perspectiva, contar hasta diez y rellenar de oxígeno nuestros pulmones.
Esto nos ayudará a no perder trenes y
a no arrepentirnos de aquello que hemos perdido por nuestra inquieta manía de
marcar los signos de puntuación de un texto. Cuando tenga que ser punto y
final, que lo sea, pero respetemos los puntos suspensivos, las comas y los
puntos y aparte.
Dicen que lo que no te mata te hace
más fuerte y que es precisamente ese impulso el que te ayuda a recorrer
kilómetros y kilómetros de caminos de piedras con los pies descalzos. La
verdad es que la clave está en estrujar los errores y en disfrutar de los vientos
del cambio.
Recuerda que aquellas partes de ti
con las que no conectas habitualmente pierden la fuerza que necesitan para
activarse. Por eso, no dejes que la vida pase mirando cómo se consumen las
pilas de tu reloj, no retrocedas en el tiempo.
Dale continuidad, aprende a
relajarte, a mirar con lupa aquellos pensamientos que te dañan y a contemplar
la vida con paciencia. No intentes planear cada milímetro de tu recorrido, a
veces simplemente necesitas desenfocar tu cámara, dejar que pase el tiempo y
dejarte llevar por las casualidades.
Bibliografía recomendada:
Csikszentmihalyi, M. (1997). Fluir
(flow): una psicología de la felicidad. Barcelona: Kairós. ISBN: 9788472453722
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