viernes, 24 de julio de 2015

LAS CARRETAS


Las carretas


Aún se observan carretas en el ámbito rural de Coahuila. Fueron el medio de transporte más utilizado para el transporte de mercancías. 

Era tal su importancia, que se llegó a dar el caso de que el dueño de una línea de transporte impartía sus órdenes y casi era el dueño de la población donde operaba, porque traficaba a su libre arbitrio las mercancías que transportaba.
 

Desempeñaron un rol importantísimo para la fundación de las poblaciones de Coahuila hasta que apareció el ferrocarril a finales del siglo XIX.
 

No solo se utilizaban para el transporte de mercancías, minerales y dinero, sino para llevar pasajeros. Las carretas eran estiradas regularmente por yunta de bueyes y en ocasiones por cuatro mulas o machos, como se les decían a los animales híbridos resultante de la cruza de burro y yegua.
 

Es conocido lo mal hablados que eran los carreteros conductores de estos vehículos, ya que cuanto mas empinados y difíciles eran los caminos, más violentos eran sus juramentos.
 

Arrieros y carreteros, maldecían cuando hacían el camino, mencionando su alma, renegando de quienes les habían engendrado y del día en que nacieron, sin olvidar maldecir el día en que se hicieron carreteros.
 

El cuerpo de la carreta era angosto, medían cerca de dos veces lo que tenía de ancho y era protegida por una franja de aros; tenían un techo como protección que los cubría del sol, agua y viento, construido de lona gruesa, de pieles o simplemente de hojas de palma.
 

Tenían cuatro grandes ruedas de construcción pesada y resistente; estas eran altas, porque tenían que cruzar ríos y arroyos muy cargados de agua en tiempos de lluvia.
 

El gobierno colonial de la Nueva España reglamentó la construcción de carretas en todo el país. Existe un comunicado extraído del archivo de Santa Rosa, hoy Melchor Múzquiz, que fue enviado desde Cuatro Ciénegas el 2 de septiembre de 1808, que decía: “Al Señor Justicia Mayor del Real Presidio de Santa Rosa del Sacramento.
 

Por disposición superior pasa para ese Real Presidio el Ingeniero Carretero Don Francisco Morales, a fin de que, reuniéndose con los principales vecinos de ese lugar, proceda a instruirlos en el modo de fabricar las carretas de ruedas, para la cual, hará Usted que se trasladen a los bosques del Río Sabinas, donde cortarán las maderas necesarias, procurando no cortar árboles jóvenes, que más tarde harán falta a la riqueza pública.
 

Concluido este trabajo, pasará el citado Ingeniero Don Francisco Morales al Real Presidio de San Fernando de Austria -actual Zaragoza-, para lo cual la autoridad real del digno cargo de Usted, dará la escolta bastante y hará que se le guarden el respeto y las atenciones a su rango”.
 

Mi amigo Homero Flores, inquieto historiador saltillense, se ha dado a la tarea de reproducir a rigurosa escala con algunos colaboradores, las carretas de la época, utilizando los materiales genuinos de aquella época, que ahora son parte de la historia, de las cuales me obsequió dos verdaderas joyas artesanales, que resguardo con admiración y respeto. (A. Canales Santos)

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