miércoles, 4 de abril de 2012

Los Jinetes del Nuevo Apocalipsis

La furia y el miedo son los sentimientos predominantes en todo el mundo, a excepción de Asia, declara el sociólogo francés Moisi. Vivimos la Edad de la Furia, dice el New York Times. ¿El capitalismo del Siglo XX le está fallando a la sociedad del Siglo XXI?

En Suiza, en el Foro Económico Mundial 2012 la pregunta aún no ha sido contestada. Desempleo, desorden climático, desigualdad e inseguridad son los jinetes del nuevo Apocalipsis, según Davos. La edición del 2012 comenzó con la difusión del documento sobre los riesgos para el mundo. “Se acabó la era de los alimentos baratos”, sentenció el presidente mundial de Unilever, quien llamó a la creación de un fondo multimillonario para el desarrollo de soluciones alimentarias en el que participarían gobiernos, empresas y organismos multilaterales.

El tema del Fondo Económico Mundial 2012 es ‘La Gran Transformación: Creando Nuevos Modelos’; modelos de crecimiento y empleo; liderazgo e innovación, sostenibilidad y desarrollo, así como modelos sociales y tecnológicos. El economista alemán Klaus Schwab sorprendió al auditorio al convocar a la comunidad mundial a reflexionar sobre la necesidad urgente de una transformación del capitalismo. ¿Por qué urge transformar el capitalismo? Porque según el propio Foro Económico Mundial en su informe de riesgos Globales 2012 se considera que la creciente desigualdad social será “una de las mayores amenazas para la economía mundial en los años por venir”. Éste es el gran reto que hay que atender en estos momentos en que se vislumbra el riesgo de una nueva recesión económica mundial.

En el mundo de la economía en el pasado se consideró que los mercados siempre funcionaban perfectamente y no deberían ser regulados. Oferta y demanda. Hoy los nuevos economistas de un mundo globalizado sostienen que los mercados están peligrosamente amenazados de ser controlados por intereses particulares de los grandes capitalistas, quienes buscan protección de la competencia, inclusive utilizando la acción gubernamental.

Un mercado global ideal sería aquél en que no impere la Ley de la Selva, sino que el juego sea parejo, con reglas conocidas y transparentes donde todos tengan la posibilidad de participar y ganar. La falta de reglas provoca que los mercados sean imperfectos por la imposición del más fuerte (el capitalista), o el hecho de que existan reglas inadecuadas que impongan barreras a la competencia que por lo general afecta a los países en desventaja.

Nuestro mundo se estremece ante las constantes manifestaciones ciudadanas de inconformidad y nos lleva a preguntar: ¿Por qué tanto malestar, tanta pobreza, tanta desesperanza, tanta violencia? ¿Por qué tanto dolor? El dolor se esparce en el mundo entero, tanto en los países del primer mundo como aquellos en desarrollo. El libre mercado y la tecnología parecían resolver las carencias en los países menos privilegiados y hoy se dan las movilizaciones con mayor frecuencia y mayor furia. Los economistas advierten que en la raíz del malestar está la disonancia entre la realidad y las expectativas.

No es casualidad que uno de los puntos más críticos sea la educación, y las movilizaciones que se generan en torno a ella. El cuestionamiento a la calidad de la educación y particularmente su relación con la inequidad en todo tipo de transacciones comerciales produce la cruda e incómoda sensación de que, en efecto, las expectativas distan bastante de la realidad.

El desempleo a nivel mundial, el desorden climático ocasionado en gran medida por el descuido del medio ambiente, la desigualdad provocada particularmente por una ecuación injusta de trabajo y capital, y la inseguridad social que se origina por la profunda insatisfacción de muchos por la actuación de unos cuantos, son planteamientos que se discutirán en los próximos días en el Foro Económico Mundial 2012. Klaus Schwab, presidente y fundador del Foro declaró: “El Capitalismo, en su forma actual, no se adapta ya al mundo a nuestro alrededor. Hemos fracasado en aprender las lecciones de la crisis de 2009. Se necesita urgentemente una transformación global y debe empezar con establecer un sentido global de responsabilidad social”.
La Gran Transformación: un grito de guerra para encontrar nuevas soluciones duraderas a los problemas del mundo.

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