viernes, 6 de abril de 2012

¿A quién corresponde educar en valores?

Es una interrogante que a simple vista se antoja responder, pero que cuando se ahonda en su reflexión y análisis se percibe la complejidad de la misma. La educación, como aspecto multidisciplinario, no recae sólo en la escuela, mucho menos cuando se refiere a aspecto de valores; con ella concurren además la familia y la sociedad. Si sólo se responsabiliza a la escuela el inculcar valores, ésta invariablemente tendrá un fuerte riesgo de fracaso y no porque la escuela o los maestros no atiendan esta situación, sino porque el niño pasa solamente una parte del día en la escuela y el mayor tiempo del mismo ocurre fuera de ella, en la familia y en la sociedad. La educación en valores necesariamente requiere la participación de la familia, la escuela y en menor medida de la sociedad, ante la ausencia de alguno de ellos el riesgo de fracaso presenta un alto grado de factibilidad.

La educación en valores corresponde a la familia, en virtud de que a ella le concierne iniciar el proceso de socialización y educación del niño, el cual es adquirido por el individuo de manera informal e inconsciente a través de la observación.

Si la familia no inculca y promueve la enseñanza y aplicación de los valores, el niño no tendrá el conocimiento y apreciación de los mismos.

Si los valores son promovidos fuera de la casa, en la escuela o la sociedad y en la familia no se favorece la práctica de los mismos, el niño al regresar a su hogar verificará la incongruencia de estos, se desacreditará lo aprendido y los valores se convertirán en simples ideas y frases bonitas sin aplicación en el medio inmediato para el menor; su casa, su familia.

A la escuela le corresponde educar en valores, porque la función primordial que desarrolla junto con los profesores es la enseñanza y formación de personas íntegras, para esta actividad fue diseñada e instrumentada la escuela junto con sus actores, los docentes, quienes participan de manera importante al convivir directamente con el educando.

La escuela es el centro educativo por excelencia y qué mejor que ella para educar en algo que le es común en sus actuaciones diarias, además de que en la misma se lleva una materia específica para los valores, como lo es formación cívica y ética, la cual irradia sus ideas y conceptos en el funcionamiento de la escuela misma.

La escuela es un medio adecuado para educar en valores, porque posee los elementos para efectuar esta labor; conocimiento de los valores, docentes con preparación académica que los puedan enseñar a partir de la transmisión del conocimiento sobre ellos, además de inculcar con su ejemplo a partir de la convivencia diaria que tiene el docente con sus alumnos y demás compañeros de labores.

Por último la participación de la sociedad es de suma importancia, para que el individuo íntegro que se formó en la casa y en la escuela encuentre una congruencia entre lo aprendido y la práctica, y de esta forma conviva de manera armónica con los demás, porque la educación en valores es finalmente una educación para la vida.

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