miércoles, 15 de septiembre de 2010

NUEVAS INTERPRETACIONES DEL PROCESO INDEPENDENTISTA vol. 2

Enrique Florescano. Los últimos treinta años han bastado para dar un giro radical a las interpretaciones oficiales de la independencia, Florescano rescata algunas de estas nuevas visiones que provienen de campos diversos, principalmente de la historia política, centradas en el análisis de las estructuras del poder y en el examen de las prácticas y derroteros de los actores políticos
En escasas tres décadas, de 1980 a la fecha, los estudios que se publicaron sobre el proceso de independencia lograron constituir una biblioteca considerable, cargada de sorpresas y regalos para el lector. Las sorpresas se encuentran en el cajón de las revisiones críticas que rechazan o corrigen interpretaciones largamente aceptadas, o introducen matices antes inadvertidos. Los regalos vienen envueltos en un empaque innovador, en cuyo interior hallamos instrumentos que han sido desarrollados por otras disciplinas y que han resultado benéficos y apropiados para leer textos, escenarios, lenguajes, testimonios o imaginarios que antes no eran perceptibles o que no alcanzábamos a calibrar.

Se trata de interpretaciones que provienen de campos diversos, pero principalmente de la historia política, que están centradas en el análisis de las estructuras del poder y en el examen de las prácticas y derroteros de los actores políticos. Quizá lo que más llame la atención en estas interpretaciones de los procesos políticos sea que no suelen tomar como punto de observación un solo mirador para apreciar el complejo campo de la política.

Como se verá adelante, uno de sus rasgos característicos es la propensión a ampliar sus niveles de comprensión y a establecer redes y vínculos con las distintas formas de inquisición que en nuestros días renuevan el oficio de historiar.
Pero se trata, también, de una literatura dilatada, la cual explora innumerables vetas que escapan a mi competencia. Por ello, aquí me limitaré a considerar las perspectivas abiertas por unos cuantos de esos filones. Comenzaré por los estudios que superaron antiguas interpretaciones y se esforzaron en ubicar:

Los sucesos de la Independencia en su contexto

En la primera mitad del siglo pasado las interpretaciones canónicas del movimiento de independencia en Nueva España consideraron este proceso "un brote puro del enciclopedismo del siglo XVIII", como decía Edmundo O'Gorman.1 Esta tesis fue desacreditada por las obras de Gabriel Méndez Plancarte, Juan Ortega y Medina y otros autores, que resaltaron las "características más bien tradicionales de los pensadores de la emancipación".2

Este tradicionalismo se identificó entonces con el pensamiento político español. Luis Villoro fortaleció dicha propuesta cuando demostró que la mayoría de los letrados, clérigos y abogados que integraban en 1808 el ayuntamiento de la ciudad de México "debían poco al pensamiento revolucionario francés y mucho al derecho hispánico". Es decir, hizo ver que comulgaban más con "las ideas del constitucionalismo histórico de autores como Melchor de Jovellanos, Francisco Martínez Marina y José María Blanco" que con la ideología de los revolucionarios de 1789.

No hay comentarios:

Publicar un comentario