miércoles, 1 de septiembre de 2010

INICIA MES DE LA PATRIA Y DEL BICENTENARIO

Con el inicio del mes de septiembre entramos en la recta final de los festejos conmemorativos del aniversario número 200 del inicio de la guerra de independencia que concluyó con el nacimiento
de la nación libre que hoy conocemos como México.

La fecha obliga, como lo han señalado múltiples voces, no solamente a realizar actividades orientadas a inflamar el orgullo patrio y a festejar que hace dos siglos nuestros antepasados decidieran romper las cadenas de la opresión y construir para los futuros mexicanos un país de libertades.

¿Qué significa esto? Fundamentalmente que realicemos todos un balance objetivo de los logros que ha tenido nuestro país luego de casi dos siglos de vida independiente.

¿Cuál es el parámetro para realizar dicho balance? Evidentemente el comparar las condiciones de vida en un territorio conquistado con las de una nación libre, pues la libertad no es un fin en sí mismo, sino un vehículo para arribar a un determinado estadio.
Terminar con la etapa de dominación española tenía que ver, a principios del siglo 19con la necesidad de abandonar el papel de vasallos, de súbditos y, por ende, de individuos inferiores, carentes de los atributos que da la ciudadanía, es decir, la pertenencia a una sociedad libre. Y no existe mejor parámetro para tener clara la transformación que nuestra sociedad ha sufrido gracias a la conquista de su libertad que lo alcanzado en materia educativa en las décadas precedentes.

Sobre el particular, la Secretaría de Educación Pública dio a conocer ayer un dato perturbador: ocho de cada 10 estudiantes tiene un conocimiento “insuficiente y elemental” de la historia nacional, y solamente los dos restantes alcanzan evaluaciones de buenas y excelentes. No es ninguna novedad, desde luego, conocer cifras que demuestran el fracaso de nuestro sistema educativo y de cómo éste no ha servido a los propósitos de la lucha libertaria y revolucionaria en el país: formar ciudadanos verdaderamente libres, capaces de contribuir a la construcción de una sociedad más igualitaria.

Pero no siendo ello una novedad, sí lo es la necesidad de aprovechar el impulso de los festejos del bicentenario para darle un nuevo impulso a las tareas educativas y remontar, en el tercer centenario de vida independiente, los rezagos que aún nos lastiman.
Porque la independencia de los pueblos no se conquista solamente derrotando a los opresores, sino fundamentalmente proveyendo a los hombres de todas las herramientas para acceder al disfrute pleno del estatus de ciudadano. Mientras no logremos eso en México, la independencia no se habrá consumado plenamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario